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BUENOS AIRES. -– La 53º edición de la Copa Libertadores de América ya tiene a su primer finalista: Corinthians. Sí, por primera vez en su historia, el popular "Timao" alcanzó la instancia decisiva del máximo torneo continental. Había estado cerca en 2000, cuando se quedó en semifinales ante Palmeiras, en un certamen que después ganó aquel inolvidable Boca de Carlos Bianchi. Pero ahora no falló en el cruce semifinal entre brasileños. Esta vez fue Santos el oponente, el actual campeón que quería repetir el doblete conseguido con Pelé en 1962-1963. No pudo ser para el "peixe" de Neymar. Y resultó fundamental el resultado de la ida, en Villa Belmiro, cuando los paulistas se impusieron 1-0 con gol de Emerson (no jugó en la revancha). Porque la vuelta, en el Pacaembu, fue empate (1-1). El conjunto conducido por Tite, entonces, espera por el ganador de la serie que cerrarán esta noche en Santiago la Universidad de Chile y Boca Juniors (la ida fue 2-0 a favor de los argentinos). Pero volvamos al juego que otorgó el tan preciado pasaje a la gran definición. GOLPEÓ NEYMAR En la previa se habló, y mucho, de la clara superioridad de Corinthians sobre Santos. Compartimos sólo en parte este concepto. Porque sí creemos que Corinthians es más sólido, más táctico, y que defiende mejor. Pero los de Muricy Ramalho no son mucho peores en esos aspectos, y tienen mejores individualidades para resolver choques tan cerrados. Por tanto, considerábamos en los papeles que la diferencia radicaba en la ventaja obtenida por Corinthians en la ida. El resto, lo veíamos muy parejo. El primer tiempo fue cerrado, con muy pocas llegadas a los arcos. La cancha, pesada por las lluvias, no colaboraba. Dentro de ese contexto, Corinthians parecía más ágil, sobre todo para salir de contra y sorprender. Santos, con la pelota, lastimaba poco y nada. Pero claro, apareció el más crack de toda la cancha, Neymar. Abrió a la derecha para Alan Kardec, éste la metió al medio, Borges alcanzó a tocar, palo, y el mismo Neymar que la había iniciado 25 metros más atrás, la empujó al gol casi sobre la línea de meta (octavo para él en su cuenta personal en esta Copa, por ahora máximos anotadores de la edición junto al argentino Matías Alustiza del Deportivo Quito). Arriba Santos. 1-0 para los visitantes y volver a empezar. Hasta allí, habría penales. DILUVIO, Y DANILO En el complemento, la tormenta se acentuó y se transformó en diluvio. Y enseguida, nomás, Danilo consiguió un empate que lo cambiaba todo. Fue a los 2 minutos. Tiro libre desde el sector izquierdo. El zurdo Alex la puso en el área, y por el segundo palo, muy sólo, apareció Danilo para dominarla con tranquilidad en la puerta del área chica y tocar de zurda a la red. A partir de allí, muy poco de ambos. Porque Corinthians, sabiendo de su fortaleza defensiva, confió en ella. Y Santos jamás pudo encontrar los huecos para perforarla. Muricy Ramalho apeló a dos históricos como Elano y Leo, pero todo siguió idéntico. Hasta que el árbitro brasileño Leandro Vuaden, que no sacó una sola tarjeta (ni amarillas ni rojas), pitó el epílogo y desató el delirio en el Pacaembu (en ese mismo estadio Santos se consagró en 2011 ante Peñarol). UN SUEÑO ENORME "Una Nación con 30 millones de torcedores", rezaba una bandera gigantesca del Timao. Y sí, Corinthians es un coloso por su gente, uno de los 2 clubes más populares del inmenso Brasil (el otro es Flamengo), por lo que tiene un respaldo externo tremendo. Dentro de la cancha es granítico. Marcha invicto, con 7 victorias y 5 empates, 19 goles a favor y apenas 3 en contra (Neymar fue el único que le convirtió como local). Los números, se ve, son contundentes. Apoyado en ellos, y también en su monumental torcida, Corinthians irá en busca de su primera Copa Libertadores de América. Su "Nación" quiere festejar.
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