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El camino abierto

Aplausos para Sir Roger, que puede volver a la cima en Wimbledon Getty Images

LONDRES -- Novak Djokovic ha tenido un impresionante 2011, con invicto hasta Roland Garros. Rafael Nadal se ha recuperado en su superficie favorita, descontó puntos y ahora debe confirmar los progresos en canchas más veloces. De pronto, nos encontramos con la chance de que acabe Wimbledon y el Nº 1 sea... Roger Federer.

¿Qué ha pasado? ¿Hubo un salto temporal del que no fuimos concientes? ¿Nos dormimos y despertamos en otra época? Nada de eso: el ranking es anual y la posibilidad de Federer no se ha forjado en uno o dos meses: comenzó el año pasado, continúa en el actual y se puede cristalizar en la noche del domingo 8 de julio.

Hay acción de su parte e inacción de sus colegas. Djokovic dominó el tour hasta septiembre, cuando sufrió el cansancio mental y problemas físicos (lesión intercostal en la semifinal de Copa Davis con Argentina). Andy Murray se adueñó una gira asiática que no contó con la totalidad de las grandes estrellas y Federer tomó la posta en la gira indoor de fin de año, ese momento en el que Djokovic y Nadal pedían vacaciones. En realidad, Rafa no se las tomaría; el Masters cayó en su pretemporada para el 2012; los descansos se irían encontrando con el circuito en marcha. Febrero de este año, por ejemplo.

Federer, entonces, sumó los títulos en Basilea, Paris-Bercy (Masters 1000) y el World Tour Finals, más conocido como Masters, en Londres. Tras caer frente a Nadal en semifinales de Australia, sumó títulos en Rotterdam (bajo techo), Dubai (cemento, uno de los más rápidos del circuito) y en Indian Wells, allí donde dio un salto de calidad ya que se trataba de estadios al aire libre, superficie más lenta, y aun así barrió a Nadal en semifinales.

Ese colchón de puntos en torneos 250, 500, Masters 1000 y el cierre de Maestros en Londres, sumados a buenas actuaciones en los torneos de Grand Slam –es semifinalista vigente en Australia, Roland Garros y US Open, cuartofinalista en Wimbledon- lo mantuvieron cerca de la cima. A la vez, proponíamos, hubo aporte de los demás.

El Djokovic de 2011 no es el mismo que el del año en curso, y no es algo que sorprenda: es casi inhumano lo del serbio, eso de mantenerse invicto desde enero hasta las semifinales de Roland Garros. Aun así, este año se llevó Australia y Miami, con lo que conservó su lugar de privilegio. El crecimiento de Nadal a partir de la llegada de la temporada de polvo de ladrillo –el naranja- provocó que los puntos se repartieran. El serbio no tenía el dominio de la temporada anterior: Australia para Djokovic, Francia para Nadal.

Ahora es el turno de Federer; él debe mover sus piezas y atacar al mejor estilo Kasparov. El cuadro le regaló la oportunidad: para llegar al Nº 1, sólo debe ganar sus partidos y no esperar otros resultados. Según los cálculos, necesita que Djokovic no pase de semifinales y él ganar el título: el sorteo determinó que el serbio cayó de su lado en la llave. Esa parte está resuelta por las fichitas con los nombres de los protagonistas. Federer y Djokovic ya se instalaron en tercera ronda, están a tres victorias de verse las caras, como en Roland Garros.

Aclaración necesaria: Federer –todos, en general- pelean por los títulos antes que el ranking, aunque éste sea muy importante. El suizo quiere su séptimo Wimbledon y 17º Grand Slam. Sin embargo, en relación a sus marcas, justamente, hay una piedra en el zapato: haber quedado a sólo una de las 286 semanas en las que Sampras mantuvo el Nº 1 del mundo. El propio Pistol Pete manifestó que no tiene problemas en que su amigo Federer lo pase, que sería un honor.

En Wimbledon, el suizo perdió apenas nueve games en sus primeras dos rondas, ante el español Albert Ramos y el italiano Fabio Fognini. En el debut, visitó inusualmente el estadio Nº 1: la última vez que no visitaba la central fue en la primera ronda del 2003, cuando venció en la Nº 2 al surcoreano Hyung-Taik Lee. Roger tiene hoy 107 victorias en césped, lo que es una plusmarca para jugadores activos.

En esos dos partidos, mostró una novedad que se convierte en necesaria para su éxito: visitó la red con mayor frecuencia partiendo desde el saque. Su servicio no es una bomba pero suele tener buena ubicación. "Los marcadores me dieron la posibilidad de probar cosas que serán importantes más adelante. No es común a este nivel que el resultado venga cómodo", expresó el suizo. El césped está muy lento, las pelotas son pesadas, pero a los 31 años, y aun pese a su buena forma física, Roger no buscaría peloteos eternos en el probable choque con Djokovic. No ha ocurrido en Roland Garros, no sucedería aquí.

"Sería fantástico igualar a Pete. Siempre le he admirado desde que era muy pequeño", admitió Federer. En el camino hacia semifinales tiene al francés Julien Benneteau, luego a Verdasco, Malisse o Simon, y cuartos con Tipsarevic, Youzhny, Istomin, Falla o Mahut. El sistema de ranking tiene sus fallas e injusticias, pero es claro que para llegar al primer puesto, en la coyuntura planteada, la diferencia la conforman dos o tres victorias más en un Grand Slam. Roger no gana uno desde Australia 2010. En Londres tiene una chance más de agregar una página destacada a su libro gordo de hazañas deportivas.