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Enamoró a la gente

VARSOVIA (Enviado especial) -- Como habíamos previsto, en el National Stadium de esta capital polaca nos encontramos con una numerosa y caliente hinchada germánica.
Los hinchas nos impresionaron con una coreografía hermosa y con cantos y coros de verdadera pasión. Escenas muy bellas, que adornaron de manera perfecta el que terminó por ser un espectáculo maravilloso. También eso lo habíamos previsto.

Sin embargo, a pesar de jugar prácticamente en condición de "visitante", más allá de que los alemanes llegaron como favoritos para levantar la copa y no obstante los pronósticos contrarios, Italia le ganó a Alemania y, de esa manera, mantuvo su histórica paternidad sobre el seleccionado teutónico.

Nuevamente la victoria llegó en semifinal, cómo en el 1970 y en el 2006 en Dortmund, sólo que en esta ocasión la Azzurra se impuso en una Eurocopa, algo que nunca había ocurrido hasta ahora (en los dos anteriores casos se trataba de Mundiales).

Al final el resultado fue de 2 a 1, un marcador que nos cuenta fielmente de un desafío equilibrado y reñido, pero que estuvo muy bien jugado por ambos seleccionados y fue sin dudas brillante y emocionante.

>Ambos entrenadores cambiaron algo en sus equipos para adaptarse al adversario que tenían de frente. Por como se dio el resultado, deberíamos decir que Prandelli supo prever mejor lo que debía ocurrir, pero en realidad al inicio la diferencia entre los dos cuadros estuvo simplemente en la eficacia italiana a frente de la imprecisión alemana.

En efecto, el conjunto de Löw, tras un empiezo algo distraído, pasó a empujar con todo y puso en serias dificultades a Italia. La Azzurra, como nos contó el mismo Prandelli respondiendo a nuestra pregunta en conferencia de prensa, debía renunciar un poco a la posesión del balón lucida en los anteriores partidos, para buscar la profundidad con Balotelli y el uno contra uno de Cassano.

Esas eran las armas para aprovecharse del hueco que dejaba Alemania en el centro de su defensa, por culpa de la "jaula" que el entrenador germánico había construido en el medio de la cancha para no dejarles espacio a Pirlo y a De Rossi.

Sin embargo, siguió explicando el técnico italiano, en los primeros minutos sus muchachos no lograron hacer eso con eficacia y su táctica mostró sólo su lado negativo, es decir el del riesgo de conceder balones centrales. Fue justamente así que llegaron las mejores ocasiones alemanas.

Sin embargo, con el pasar de los minutos la Nazionale fue encontrando la manera de aplicar lo estudiado en los entrenamientos, ganó paulatinamente cancha y cuando había equilibrado el match metió el 1 a 0, que corrió la aguja de la balanza en su favor.

Todo fue mérito de Cassano (el pibe de Bari realmente la rompió hoy), quien encantó al público mientras hipnotizaba dos defensores por izquierda, para luego dibujar un centro perfecto que le pasó apenas arriba a Hummels y bajó justo en la frente de Balotelli: el delantero sacudió un latigazo con todo el cuerpo y de cabeza la mandó a guardar.

El 1 a 0 fue como gasolina al fuego para Alemania, que se tiró con todo hacia delante. Buffón fue determinante con un par de atajadas increíbles, así como también la defensa azzurra se pasó para lograr controlar la maniobra ofensiva germánica.

Pero Italia no se dedicó sólo a cubrirse sino que siguió atacando con buen juego, una verticalidad increíble y con Pirlo y Cassano iluminantes. Así, la Azzurra sumó algunas buenas chances para aumentar la ventaja y, al final, logró ponerse 2 a 0 de contra al minuto 36.

En esa ocasión todo le salió bien a la Nazionale: primeo Buffón cumplió un milagro para sacar al córner un disparo hermoso de Khedira. Luego el mismo arquero alejó el centro desde la banderilla, para que Montolivo recogiera sobre el límite lateral del área y se la llevara para la izquierda.

Desde ahí el volante vio el gran movimiento de Balotelli (quien sólo contra Lahm amagó a irse por la franja y luego picó por el centro) y le puso un pelotazo largo al medio: Mario controló, apuntó y sacudió un sablazo talmente poderoso y preciso, que al mismo Neuer no le quedó otra que aplaudirlo (un gesto fantástico el suyo, que quisiéramos y deberíamos ver en todos los partidos).

En el complemento, Löw metió enseguida dos cambios para darle vivacidad al ataque. En realidad, quizás debía seguir jugando como antes, puesto que su seleccionado no merecía estar perdiendo por dos goles de diferencia y, en realidad, estaba jugando realmente muy bien.

Al principio las movidas parecieron funcionar pero Italia rápidamente tomó las medidas (fue fundamental el ingreso de Thiago Mota en ese sentido). Así, no sólo Alemania no pudo pasar más, sino que al revés fueron los azzurri los que sumaron las mejores chances de gol con algunas contras increíbles. Pero esta vez la eficacia a la hora de realizar no fue la del primer tiempo y los de Prandelli no lograron liquidar el trámite.

Sobre el final, el referí le otorgó un penal a los germánicos que no debía ser pero que, de todas maneras, más allá de los nerviosos últimos cuatro minutos vividos por Italia, tuvocuanto menos el poder de darle al marcador un aspecto más justo.

Ahora Italia puede festejar y se va para Kiev, para enfrentarse a España. Esa misma España que ya desafió en el debut de esta EURO2012 y que supo poner en gran dificultad, a pesar de que los itálicos aún no jugaban como lo están haciendo en este momento.

La impresión es que la Azzurra se presenta a la final con grandes posibilidades de poder levantar el título. Claramente, los favoritos siguen siendo los ibéricos: campeones de Europa y del Mundo en carga.

Pero Prandelli y sus muchachos tienen lo necesario para sacarse esa satisfacción, considerando que no tienen casi nada que perder, porque para todo el mundo lo de ellos ya es un increíble triunfo.

Además, si esta vez fueron prácticamente visitantes, hay que considerar que no será así en Kiev, ciudad que les dedicó a los cisalpinos una calurosa y emocionante hinchada en cuartos ante Inglaterra. La misma actitud que les dedicaron los polacos aquí en Varsovia, en esta semifinal. Una situación que dibuja perfectamente lo que supo hacer este seleccionado: enamorar a la gente.