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De promesa a realidad

BUENOS AIRES -- Si hay algo que se puede decir del atleta granadino de 400 metros Kirani James es que no le teme a las finales. No le escapa a los desafíos. Al contrario; se agranda ante ellos.

Lo demostró en el último mundial al aire libre de atletismo, en Daegu, Corea del Sur. Con apenas 18 años y casi desconocido en la elite mundial, James corría la final en la misma pista que uno de sus referentes, el estadounidense LaShawn Merritt, campeón olímpico y mundial en ese momento.

Apenas lo miró.

Concentrado en su propia carrera, con el corazón latiendo a mil, salió muy bien ante el tiro que marca el comienzo. Imperturbable, siguió así hasta el final. Ante la incredulidad del público, le ganó a Merritt sobre la raya, en un final ajustadísimo.

Ese momento lo transformó en el atleta más joven de la historia en ganar un título mundial de 400 metros llanos.

El estupor generalizado no lo incluía a él. Porque pese a lo escueto de su foja de antecedentes en el primer nivel, el caribeño se había tenido fe desde el primer momento.

Es que en lo que sí le sobraba experiencia era en eso de correr finales y ganarlas. Lo había hecho tanto en el Mundial Juvenil Bressanone 2009, como en el de categoría Junior de Moncton, en 2010.

Es decir, a razón de una por año.

James nació el 1 de septiembre de 1992 en Saint George, la capital de Granada, un país sin mayor tradición en el atletismo. Vivió la mayor parte de su vida en la localidad pesquera de Gouyave, donde compartió con su padre y su hermano la pasión por el básquetbol.

Sus éxitos en categorías juveniles llevaron a que universidades de Estados Unidos se interesaran en él. Eligió la de Alabama, donde actualmente estudia. Pero además, esas victorias le habían dado cierta popularidad en su país, una pequeña isla en el Caribe, Centroamérica.

Su triunfo en el Mundial lo convirtió directamente en una estrella en Granada.

A la vuelta de ese torneo, fue recibido con una multitudinaria fiesta, a la que asistió hasta el primer ministro de Granada, Tillman Thomas. Recién cuando lo vio a Thomas, James tomó real conciencia de la trascendencia de su gesta.

Correrá en Londres 2012 con 21 años y rodeado de promesas importantes. Pero él tiene una diferencia a favor: Ya ganó un gran título.

¿Como sería el recibimiento en su país si la medalla dorada con la que volviera fuera ahora olímpica?