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Una película de Bollywood

"Mamá, ¡Juancito me pegó!"
"¡Pedrito no quiere jugar con nosotros!"
"Ricardito, ¡ya no soy más tu amigo!"
"Má, ¿yo qué hice?"
"Bueno, chicos, ¡se portan bien o no hay chocolate de postre!"

BUENOS AIRES -- Reemplacen los nombres ficticios de estas situaciones domésticas por los de Leander Paes, Mahesh Bhupathi, Rohan Bopanna, Sania Mirza, la AITA (Asociación India de Tenis) y "el pobre" de Vishnu Vardhan para tener una breve síntesis de lo ocurrido. Todos ellos fueron protagonistas de la mejor -o peor- novela del tenis olímpico en los días previos a los Juegos de Londres.

Estas semanas aparecieron conflictos en torno al tenis olímpico, generalmente relacionados con la no participación previa de jugadores en sus equipos de Copa Davis y Fed, requisito para asistir a los Juegos. Aparece el caso de Marion Bartoli en Francia, de Alexander Dolgopolov en Ucrania (conflicto de varios años, la asociación ucraniana dice que Dolgo pide mucho dinero), quienes no estarán en Wimbledon y criticaron a sus federaciones. Hay una doble situación en Sudáfrica: Kevin Anderson y Chanelle Scheepers, los mejores singlistas, declinaron de participar y los directivos no lo entienden, figuras del pasado como Kevin Curren los critican... En los casos citados y otros similares, los problemas son entre jugadores y dirigentes. En el caso indio, primero son los tenistas los que discuten entre ellos: el problema es que había que formar parejas de dobles. Los dirigentes se metieron más tarde.

Primero, el contexto: los doblistas indios son verdaderos héroes deportivos nacionales y, en Londres, tienen grandes posibilidades de sumar medallas en el dobles masculino y en el mixto. Paes y Bhupathi han sido compañeros y campeones de Grand Slam –los primeros: Roland Garros y Wimbledon 1999-, pero tienen una compleja relación. Ya se pelearon, se amigaron y se volvieron a pelear. Allí germinó el problema.

Bhupathi no quiere formar dobles con Paes y eligió como compañero a Bopanna, otro representante indio instalado en la elite del doble. Bhupathi y Bopanna fueron dupla estable durante 2012 para practicar con los Juegos en el horizonte. El problema es que Paes es el mejor ranqueado en la especialidad y el único top ten –además de ex medallista olímpico, en single en Atlanta 96-, por lo que la AITA le dio prioridad y lo designó con Bhupathi como la única pareja india en Londres. Los dirigentes se encapricharon con mandar una sola dupla porque "buscaban calidad y no cantidad", tal cual expresaron.

Mahesh se negó ("No hablo con él desde noviembre. Me mintió muchas veces", dijo), la AITA entonces fue por Bopanna para juntarse con Paes y, como era de esperar, Bopanna siguió los pasos de su compañero Bhupathi. Según los dos últimos, la AITA no les había anticipado que seleccionaría a una sola pareja; inclusive en marzo había sugerido que enviaría a dos. Allí comenzó un nuevo episodio de esta historia: las cartas públicas, la manera por la cual todos nos hemos enterado de las distintas posturas.

"No enviar a una de las mejores parejas del mundo a los Juegos y, en cambio, nominar a una que lo intentó cuatro veces sin éxito (por Paes-Bhupathi), no pone a los intereses de la nación en primer lugar", dispararon Bhupathi y Bopanna en carta a la AITA. El pedido de ellos era el siguiente: si Paes se clasificó directamente por ser top ten en dobles y puede elegir compañero, y ellos ingresaron por la suma del ranking de los dos, que Paes elija a otro, la AITA envíe dos parejas y todos contentos.

La dupla Bhu-Bop recurrió a una instancia superior y tuvo éxito: el ministro de deportes, Ajay Maken, intervino para que la AITA enviara dos parejas. S.M. Krishna, ministro de Asuntos Exteriores, también entró en acción para convencer a Paes de que aceptara participar con otro compañero.

Paes enfureció, como era de esperar, y escribió otra carta que tomó estado público. Leander se quejaba de que le quitaban el derecho que, como top ten, tenía de elegir pareja; decía no tener problemas en jugar con Bhupathi o Bopanna, que la nación estaba primero, que no era lo mismo jugar con el 207 o el 306 del mundo que hacerlo con el 13 o el 15 y que, si la situación se mantenía, "no había otra opción más que resignar los Juegos Olímpicos".

Yuki Bhambri, de 19 años, es aquel "306", su posición en el ranking de dobles. Buen proyecto junior, campeón de un torneo challenger en singles en mayo, le contestó a Paes: "Hay tres grandes jugadores y uno queda sin pareja. Es la primera vez que tenemos la oportunidad de enviar a dos. ¿De qué tienen miedo? ¿Por qué las dudas?". Vardhan, el "207", de 24 años, dijo estar preparado por si lo llamaban.

Paes, que a los 39 jugará por sexta vez los Juegos, finalmente eligió a Vardhan, impuesto por la Federación Internacional. Sin embargo, Leander no tuvo demasiado tacto en sus declaraciones al India Today: "Es un buen chico, pero nunca ha estado en Wimbledon y no sé si el pobre tiene calzado para el césped". Luego acorralado y sin opción, concedió: "Estoy contento de jugar con él sin importar los obstáculos. Juego al deporte, no a la política". Vardhan respondió que sí tiene las zapatillas apropiadas pero bajó el perfil, sólo dijo que Paes buscaba lo mejor para él, y ya están practicando en Wimbledon, tratando de resbalar lo menos posible.

La historia tiene un último capítulo y quizás aquí se explique el "sí" final de Paes. Desde detrás del telón aparece Sania Mirza, el último personaje de esta obra repleta de enredos y acusaciones. Mirza brilla como el objeto de deseo de los hombres en lucha: es la 18ª del mundo en dobles, única campeona india de un Grand Slam, compañera ideal de cualquiera que sueñe con una medalla en el mixto. La gema del barrio.

La AITA intentó un nuevo acto de compensación, esta vez con Paes, y designó a Mirza para que fuera su pareja. Problema: ella quería jugar con Bhupathi, de hecho juntos han ganado Roland Garros en mayo, y participaron en Wimbledon, donde, ya no suena extraño, Mirza ni se cruzó con Paes.

La reacción de Sania apuntó hacia el lado correcto: su utilización como objeto. Otra carta pública: "Como mujer india del siglo XXI, lo que encuentro decepcionante es la manera humillante en la que fui puesta como una carnada para pacificar a los estandartes del tenis indio. Si bien me siento honrada y privilegiada de ser elegida para formar con Leander, la manera y los tiempos del anuncio apestan a machismo por ser ofrecida como compensación".

"La situación del tenis indio no podría haber estado peor", se lamentó Bhupathi al conocer la noticia. En todo momento, Mirza afirmó que pondría a los intereses de la nación por sobre sus preferencias personales, pero nunca ocultó que habría elegido a su habitual compañero del mixto.

"No es un crimen tener preferencias, y yo prefería jugar con Mahesh, inclusive por una cuestión tenística: Leander y yo jugamos del lado del drive, es la razón por la cual no formo con él en los Grand Slam. Con Mahesh eso no pasa. Todo el mundo que conozca de este deporte, sabe lo que eso significa", le dijo Mirza a la CNN.

La AITA también ejerció actos de compensación con Sania: pidió a la Federación Internacional una invitación en dobles femenino –otorgada: Mirza jugará con su compatriota Rushmi Chakravarthi, de 34 años y 502ª en la especialidad- y además eligió a su madre, Naseema, como manager del equipo (¿equipo?) indio.

Los involucrados en esta historia ya se encuentran en Wimbledon y eligen concentrarse en lo que viene. El martes a las 11 de la mañana vence el plazo para presentar las parejas del mixto y Mirza finalmente jugará con Paes. El único representante en individuales será Somdev Devvarman, quien fue operado en el hombro derecho en enero y necesitó de una invitación de la FIT para ingresar al cuadro. Devvarman, de buen pasado reciente en singles, había dicho que no tendría problemas en jugar con Paes, pero su invitación se confirmó después de la designación de Vardhan.

El quíntuple campeón mundial Viswanathan Anand también ofreció su opinión sobre esta historia y, como buen ajedrecista, apuntó a la estrategia y a las oportunidades perdidas: "Es normal que haya desacuerdos en el deporte, pero deberían haber hecho todo con tiempo y en forma pensada, con bajo perfil. Lo que pasó es desagradable".

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