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Del Potro: "Es tiempo de disfrutar"

AP

TORONTO -- Poco más de una hora había pasado del último punto perdido ante Radek Stepanek; veinte minutos faltaban para acompañar al checo en el partido de dobles, pero ya había una decisión de no presentarse, y no era por rencor a su rival/compañero. Mientras la dupla Fish-Knowles ingresaba al estadio para tomar el lugar vacante, Juan Martín del Potro, vestido ya con ropa "de calle" y no "de tenista" (como si el tenista no anduviera por la calle), subía al auto de la organización que lo dejaría en el Hotel Hilton de Toronto, y de ahí al aeropuerto, para regresar a la Argentina vía Nueva York.

Antes de partir, el flamante bronce olímpico se sentó a conversar con ESPNDeportes.com. Afirmó que "todavía cuesta caer", que "a medida que pasa el tiempo voy entendiendo lo que conseguí, la historia que marqué", y justificó su decisión de regresar a su país a pocos días del comienzo del Masters 1000 de Cincinnati.

"El logro se vive mucho más estando en la Argentina, desde acá es más difícil. Son cosas muy fuertes y quiero disfrutarlo con la gente que merece estar compartiendo este momento conmigo; no sólo con mi grupo, sino con todo el país", afirmó el ganador de la primera medalla de la delegación argentina en los Juegos de Londres.

Los amigos tandilenses le prometieron un festejo especial. ¿Será paseado por su ciudad natal en el coche de bomberos, como aquel final de invierno en 2009? El objetivo del Nº 8 del mundo es, principalmente, desoxidar la cabeza: "Hoy estuve muy cansado, completamente cansado. Es común que los que vengan de los Juegos pierdan, o que haya más abandonos". En efecto: un rato más tarde, Jo-Wilfried Tsonga, medalla de plata en dobles en Londres, también caía en su debut torontino, frente a Jeremy Chardy.

El objetivo de Del Potro es festejar responsablemente. Hay un antecedente en aquellas semanas post Flushing Meadows, que servirá para dimensionar lo ocurrido sin terminar abrumado. "Todavía es muy rápido para decir si la medalla influirá en lo que haga en el circuito. Me acuerdo lo del US Open, cuando me costó volver a centrarme, a tranquilizarme mentalmente, volver a mi laburo (trabajo)...", recuerda sentado en la sala de conferencias de la Rogers Cup, con la mirada al piso.

En aquel momento, a los 20 años, le resultó difícil manejar el crecimiento de su popularidad. Como villano invitado, apareció el problema en la muñeca derecha, que requirió operación. "Esto también es muy grosso, me va a costar también, pero aquella experiencia, lo que pasó en la mano, ser consciente de que nunca sabés qué puede pasar con tu carrera...me va a ayudar. Creo que ahora es tiempo de disfrutar la medalla, cargarse de energías y volver a salir". Dice salir en el sentido de "salir al ruedo", también "salir del país". ¿Irá a Cincinnati? "Quiero jugar, pero necesito tiempo para relajarme".

-Ahora que pasaron unos días, ¿qué pensás que hiciste distinto en el torneo olímpico? La recuperación anímica fue fundamental, pero pregunto estrictamente por lo tenístico.
-El saque. Contra Federer y Djokovic saqué muy, muy bien, y era fundamental si quería tener alguna chance. Había que jugar, no diez puntos, sino once, durante mucho tiempo, como pasó. Mantener una regularidad. Y eso que casi me voy sin nada...

Del Potro conoce las particularidades de este deporte: "la Grandeza y la Chiqueza" (nombre de un genial libro del dibujante y humorista gráfico argentino Rep) se definen por dos puntos. A dos puntos estuvo de pelear por el oro en aquel recordado 17-19 del tercer set ante Federer; bien podría haberse quedado sin nada a posteriori contra Nole. "Fue muy difícil pensar que después de esa gran derrota tenía que jugar con Djokovic, ni más ni menos. Había estado cerca de hacer historia por una medalla, y me ponía mal saber que quizá me iba sin nada", repitió.

Esas lágrimas que, tras la derrota frente a Roger, cayeron hasta las 3 de la mañana, se fueron secando a medida que llegaban los mensajes de apoyo a su teléfono móvil, al facebook, al correo electrónico. "Las felicitaciones, el apoyo, las ganas...fueron increíbles. Me sorprendieron, era un apoyo sincero". No quiere hacer nombres para no olvidar alguno, pero destaca a basquetbolistas, jugadores y jugadoras de hockey sobre césped, también actores, como sus compatriotas Ricardo Darín o Guillermo Francella.

Dos días después, entró y pudo vencer a un Djokovic algo deslucido. "Entré a la cancha muy tranquilo, con todo el apoyo del mundo: un apoyo real, que me llegó al corazón, y eso no lo voy a olvidar nunca en la vida". En Londres también se encontraban Martín Jaite y Mariano Zabaleta, actuales capitanes de Copa Davis, así como Modesto Tito Vázquez, el capitán anterior, todos ellos formando parte de la delegación del tenis albiceleste. Sin embargo, los consejos principales partían, lógicamente, de su entrenador Franco Davin y el preparador físico Martiniano Orazi.

"Me preparé bien, tenía una gran ilusión. Fue una buena preparación. Después, te pueden salir bien o mal las cosas, pero es una recompensa haber hecho un gran esfuerzo y que todo resulte como lo soñás. La medalla es un premio hermoso, pero el reconocimiento y ver que la gente está feliz por lo conseguido, lo supera todo".

-¿Recordás cuando, hace un año, resbalabas todo el tiempo en el césped?
-Eso también lo hace más espectacular. Se dio en una superficie en la que no somos expertos. De un año en que me caía todo el tiempo a otro de jugar bastante bien, es un gran avance. Por ahí, al ser tan grande lo que pasó, esos detalles no se ven, pero son muy valorables.