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México: logros y asignaturas pendientes

LONDRES -- México: logros y asignaturas pendientes

Londres es una sede que se le acomoda al deporte de México. Así lo fue en 1948, cuando ganó cinco medallas (dos de ellas de oro) y así fue 64 años después. México cumplió la mejor participación de su historia fuera de casa: los atletas vuelven en las maletas con siete medallas, una de ellas de oro.

La delegación mexicana saltó también algunos obstáculos que la persiguieron a lo largo de su historia olímpica: uno de ellos, fue la posibilidad de ganar medalla de oro en Juegos Olímpicos consecutivos. Otra, que sus deportistas (Paola Espinosa y María del Rosario Espinoza) ganaran medallas en olímpicos seguidos, hazaña que no se repetía desde los logros de Joaquín Capilla.

México ganó más medallas que en los pasados olímpicos, pero se colocó en el lugar 39 del cuadro de medallas, dos lugares más abajo que en Beijing. Y esta vez se gasó mucho más dinero.

La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte ejerció en cuatro años un presupuesto de 15 mil 200 millones de pesos, más de tres veces lo gastado en el ciclo olímpico previo a los juegos de Beijing. Con esas cuentas, y restando la del futbol que no entra en el presupuesto gubernamental, cada medalla costó casi 2 mil 500 millones.

Las mujeres siguen con la mano levantada. En los dos Juegos Olímpicos previos a Londres, habían ganado cinco de las siete medallas del país. En estos juegos continuaron con esa tendencia. Cinco de los siete metales se ganaron en la rama femenil: tiro con arco, clavados y taekwondo

La mejor actuación la cumplieron los clavados, una disciplina que desde 1948 da medallas constantemente, pero que en Londres se convirtió en la más exitosa del deporte mexicano, con un total de 13 medallas. Antes de 2012, había ganado 10 podios, casi todos gracias a dos entrenadores: Mario Tovar y Jorge Rueda. Pero hace poco menos de una década, el entrenador Iván Bautista comenzó un trabajo organizado y con limitados fundamentos científicos en Guadalajara y los resultados se notaron: sus alumnos Iván García, Germán Sánchez y Alejandra Orozco (quien ganó plata al lado de Paola Espinosa) estuvieron involucrados en dos podios de estos juegos. La otra medalla la ganó Laura Sánchez en el trampolín de tres metros.

La segunda mejor actuación se dio en tiro con arco, el único deporte que se ha convertiden élite en las últimas dos administraciones de la Conade. Aída Román y Mariana Avitia ganaron plata y bronce, pero sus logros van más allá: dieron a conocer a los mexicanos una disciplina que sólo se conocía en las novelas fantásticas europeas. La historia no terminó con las medallas. El equipo varonil se quedó a dos puntos de pasar a la final y a cinco de ganar la medalla de bronce.

Después el taekwondo. El deporte más constante de los años recientes (ha ganado por lo menos una medalla en los últimos cuatro olímpicos) obtuvo un bronce con los pies de María del Rosario Espinoza, quien se convirtió en la mujer más triunfadora en la historia del olimpismo mexicano: tiene un oro y un bronce, además de títulos en Centroamericanos, Panamericanos y Campeonato Mundial.

Al final ganó el futbol un oro que la Conade no podrá incluir en su cuenta institucional y que le ayudó a escalar en el medallero.

Hubo otras grandes actuaciones que no tuvieron medalla, pero que merecen unas líneas: el quinto lugar de Daniel Corral en las barras paralelas y la actuación de Alberto Michán en el salto de la equitación, en el que también quedó quinto.

México vuelve con esos triunfos, pero también con muchas asignaturas pendientes: los dos deportes que reparten más medallas en los juegos, el atletismo y la natación, no entran en los cálculos de la Conade. En la alberca México no tuvo ningún representante entre los 16 primeros.

En el atletismo tampoco hubo buenos resultados. Las pruebas más tradicionales, la caminata y las carreras de fondo, entregaron el sexto lugar Éder Sánchez y el octavo de Juan Luis Barrios. Las demás pruebas sólo existen para la anécdota.

La delegación fue conformada por 102 atletas. Pero hay disciplinas que no se recordarán: el boxeo, el pentatlón, la lucha, el canotaje, el ciclismo, el bádminton, el tenis de mesa, la vela, el triatlón, el remo y el tiro. Estarán en los almanaques deportivos, pero forman parte de la verdadera realidad del deporte nacional, esa que está lejos de los podios.