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Roger: ¿ De qué estás hecho?

MÉXICO -- Cuando ayer un sereno y muy feliz Roger Federer levantaba el trofeo que le acredita como cinco veces campeón del Masters de Cincinatti, intentaba mirar hacia atrás, buscar en la historia del deporte blanco que jugador tuvo los arrestos para llegar a sumar los récords y el nivel que este tenista nos muestra cuando justo hace 12 días apagaba las velitas de su pastel, en su cumpleaños 31.

Y tal vez llegó a la mente la imagen de Jimmy Connors, que aún en 1991 nos obsequió con aquella fenomenal participación en el US Open, en la que cayó en semifinales tras dos épicas batallas de cinco sets, ante Aaron Krickstein y Paul Haarhuis, cuando días antes, coincidentemente, apagaba en las canchas de entrenamiento varios pasteles que le obsequió el publico por su cumpleaños 39, el 2 de septiembre.

Pero ya para entonces se trató sólo de un brillante destello de ese Connors y si, eran jugadores mucho más jóvenes, pero no se trataba de los top del momento, tanto así que el astro norteamericano cayo en semis ante Jim Courier, que se coronó en esa edición, era justo cuando nacía la leyenda de Pete Sampras, y André Agassi asombraba al ganar Wimbledon, cuando decidió por fin dejar sus neones y asistir respetuosamente de blanco, que no sin sus mallas de ciclista bajo el short, a la llamada Catedral del Tenis.

No sé si eran otros tiempos, como se suele decir al equiparar a estrellas de diferentes épocas, pero lo cierto es que ni André Agassi que a sus 35 todavía logró ganar su último título en el Abierto de Los Ángeles, supero entonces a los gigantes de la nueva generación, cuando ya Federer dominaba el panorama.

Y es que pareciera que hablamos de muchos años de distancia entre aquel Jimbo y Roger, pero no, apenas son 20, dos décadas en las que este chico de origen suizo, le ha dado al mundo el mejor espectáculo tenístico del planeta, uno que créame difícilmente veremos de nuevo... Y si, eso se dice siempre que surge un número uno que rompe jetaturas, pero lo que Roger hace a sus 31 años de edad, no es ganar un trofeo mas... ¡Es conquistar Wimbledon, recuperar la cima del ranking, es sumar 6 títulos en 8 meses y pelear por el oro olímpico!

Se dice fácil, pero no lo es, porque además lo hizo superando nada menos que a los mejores del mundo y por supuesto, más jóvenes que él, Novak Djokovic, al que le arrebató la cima del ranking y Andy Murray que son sus escoltas en el ranking ATP, como si eso fuera poco.

Y en el colmo de la genialidad, se da el lujo de ganar el torneo sin perder un set, y le propina un 6-0 a Nole... ¡Increíble!

Es decir que no se trata de en jugador que por sus características naturales sea longevo, y continua jugando, de pronto da un campanazo, como en su momento lo hizo el ecuatoriano Andrés Gomez que en 1990 se adjudicó Roland Garros a los 30 años de edad, pero ni antes ni después, tuvo un logro semejante.

El caso de Roger es fuera de serie, realmente muy especial, tengo prácticamente dos años escuchando a varios colegas, profesionales y aficionados al tenis especulando que Federer se retira y se retira, finalmente ya lo ganó todo prácticamente.

Y si, casi, se le escapó el oro olímpico, y se ve complicado que lo consiguiera en Río 2016, pero salvo eso y sumar el Grand Slam en una sola temporada, Roger lo tiene todo, hasta un par de gemelas que le dan más alegría a su vida.

Es cuando surge el cuestionamiento, ¿De qué estas hecho Roger?

Porque esto no parece humano, jugadores longevos los hay, ¡Pero que tengan los arrestos para ganar Wimbledon y recuperar la cima del ranking por encima de potentes y mas jóvenes rivales!... Es de verdad fuera de serie.

Tanto así, que antes de empatar la marca de 21 títulos de Masters 1000 con Rafa Nadal, mucho se especulaba si Nole podría recuperar la cima si ganaba este torneo, y finalmente sonaba lógico, a fin de cuentas ya Roger se había dado el lujo hasta de romper la marca de 270 semanas al frente del ranking ATP, de tal suerte que nadie lo veía favorito en Cincinatti.

Pero Roger se encarga siempre de mostrar que simplemente está hecho para jugar tenis, que la facilidad con que lo practica es tan natural para él, como lo es para nosotros comer, y por eso será que su nivel sigue intacto prácticamente.

No es sólo la longevidad, es la calidad de su tenis lo que más impresiona, su serenidad para definir, su naturalidad y elegancia para jugar y la sencillez para aceptarlo y claro, la cantidad de logros que sigue cosechando porque desde que llegó al top ten, no lo abandona y sigue demostrando que es el mejor, por encima incluso de ese terrible adversario: el tiempo.

No sabemos de que estás hecho Roger... ¡Pero ojalá que no se haya roto el molde!