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Cuando el Monumental queda lejos

Argentina jugó su último partido en la Bombonera en 1997, frente a Colombia AP

CÓRDOBA (Enviado especial) -- Desde la Copa del Mundo de 1978, el estadio Monumental de River Plate se convirtió en el hogar de la Selección Argentina. A partir de las Eliminatorias 1986 -las primeras tras el Mundial disputado en casa-, el conjunto nacional jugó sólo dos partidos fuera de Nuñez. Sin dudas, esa decisión tiene mucho que ver con la capacidad, la ubicación y las comodidades, pero también con los resultados: Argentina sólo perdió un partido oficial en esa cancha.

Pero aunque hoy parezca que desde el principio de los tiempos el equipo de todos compartió su sede con River Plate, la "mudanza" fue reciente. La "casita de los viejos" fue, paradójicamente, la Bombonera. Allí el Seleccionado jugó el primer encuentro clasificatorio de su historia como local. Fue el 20 de octubre de 1957 y, con goles de Norberto Menéndez (2), Roberto Zárate y Orestes Omar Corbatta, goleó 4-0 a Chile.

Argentina había decidido no participar de los Mundiales 1938, 1950 y 1954, pero sí lo hizo en Suecia 1958. Una semana después de la goleada en cancha de Boca, se mudó al estadio de Racing, que había sido inaugurado por Juan Domingo Perón poco tiempo antes. Fue otra goleada 4-0, esta vez frente a Bolivia en un choque histórico porque marcó el récord de futbolista de un mismo club -River- en el representativo nacional. Ese resultado confirmó la clasificación para el certamen de Suecia, donde el equipo perdería 6-1 contra Checoslovaquia, una caída que cambiaría para siempre al fútbol argentino.

Para la Copa del Mundo de Chile 1962 la sede volvió a ser la Bombonera y la Albiceleste goleó una vez más. Fue 5-0 sobre Ecuador con tantos de Gómez en contra, José Sanfilippo, Corbatta, Rubén Sosa y Martín Pando. El conjunto dirigido por Victorio Spinetto logró clasificarse sin problemas, ya que sólo debía cruzarse en duelos de ida y vuelta contra los ecuatorianos.

En las Eliminatorias 1966 Argentina jugó su primer duelo oficial en el Monumental. Venció 3-0 a Paraguay y luego derrotó también a Bolivia, para lograr el pasaje al Mundial de Inglaterra, donde cumpliría la mejor actuación desde Uruguay 1930.

Para el torneo de clasificación a México 1970 regresó a la cancha de Boca Juniors. Allí disputó dos encuentros que marcaron a fuego no sólo la historia del estadio donde el Seleccionado juegue de local, sino también del fútbol nacional entero. En el Alberto J. Armando venció 1-0 a Bolivia y empató 2-2 con Perú, resultado que decretó la primera y hasta ahora única eliminación en el campo de juego. Tras aquella fatídica igualdad muchos creyeron que la Bombonera era una especie de terreno maldito para la Selección, aunque cuatro años después volvió a ser el hogar del equipo de todos.

Ese choque ante Perú es, sin duda, el más recordado de todos los que jugó Argentina por Eliminatorias fuera de la cancha de River. Claro que todas las razones de esto son negativas. Alberto Rendo lo recuerda así: "Hice el gol más triste de mi vida, ni lo festejé. Agarré la pelota rápido para sacar y buscar el tercero que nunca llegó. Nunca vi tanta amargura en un vestuario, varios compañeros lloraban y Pedernera -el DT- fumaba en un rincón sin pronunciar palabra. Fue una decepción grupal y personal, porque era mi última oportunidad para jugar un Mundial".

En la previa de Alemania 1974 el combinado nacional volvió a La Boca y la historia terminó mucho mejor. Derrotó 4-0 a Bolivia y 3-1 a Paraguay para lograr la clasificación a la Copa del Mundo que le regalaría al planeta la inolvidable Naranja Mecánica. A pesar de ese nuevo éxito, el fracaso de 1969 aún estaba fresco y por eso ya nadie volvió a proponer jugar en la Bombonera.

Argentina volvió a jugar en Boca casi treinta años después, tras disputar dos Eliminatorias completas en River. Ya estaba clasificado para el Mundial 98 y no había riesgo de una nueva frustración. En la última fecha de las Eliminatorias igualó 1-1 contra Colombia en un cotejo que sirvió para que Juan Román Riquelme haga su debut internacional. Fue una especie de premio y de reivindicación para uno de los escenarios más emblemáticos del fútbol mundial.

Desde su asunción como entrenador en 2008, Diego Maradona criticó una y otra vez al Monumental, no sólo por la "lejanía de las tribunas", sino también por el estado del campo de juego. Por esa razón, se decidió viajar a Rosario para recibir allí a Brasil, ni más ni menos. Pero el experimento no salió nada bien. El equipo perdió 3-1 en Arroyito y complicó su clasificación a Sudáfrica 2010. Aquella fue la segunda derrota como local en las Eliminatorias, después del increíble 0-5 ante Colombia en 1993. Una vez más, los agoreros indicaron que salir de Nuñez era sinónimo de derrota.

Argentina disputó 9 partidos de Eliminatorias fuera de la cancha de River, de los cuales ganó 6, empató 2 y perdió 1. En Boca se jugaron 7 encuentros, en Rosario Central 1 y en Racing 1. A pesar de que la impresión de la mayoría es que salir de River representa un fracaso casi seguro para la Selección, el récord es muy positivo y casi siempre logró el objetivo, excepto en 1969, cuando la eliminación tuvo mucho más que ver con un momento de anarquía y desorganización absoluta en el fútbol argentino que con el estadio donde se jugaron los partidos.

De todos modos, los resultados obtenidos en el estadio Liberti sí son para aplaudir de pie. Allí la Albiceleste ganó 32 encuentros, empató 10 y sólo perdió 1, el 0-5 frente a Colombia el 5 de septiembre de 1993. De los 10 empates, 4 fueron contra el rival de este viernes en Córdoba: Paraguay. Sí, al parecer el Monumental le cae bien a la Albirroja y salir de allí puede ser una buena manera de cortar esa racha que lleva décadas.

Hoy, en esta época de intentos por federalizar los campeonatos y por llevarle el fútbol grande "a todos y a todas", la idea de que las Eliminatorias no se lleven a cabo sólo en River es para celebrar. El público del interior del país parece valorar mucho más a los ídolos internacionales que el de la Capital. Eso se puede ver en los amistosos disputados fuera de Buenos Aires y también en la indiferencia que los porteños muchas veces le muestran al equipo nacional.

En ese contexto, que el Seleccionado comience su odisea por el país profundo era cuestión de tiempo. Hoy, muchas provincias tienen estadios de primer nivel, que fueron construídos o remodelados para la Copa América. Por eso, ya no había más excusas para seguir centralizando la pasión por la Selección. Porque, al fin y al cabo, la Copa del Mundo se vivirá con la misma pasión en todos los rincones del país.