<
>

La historia del debutante

CÓRDOBA (Enviado especial) -- "Olimpia es un gigante que está dormido, alguno lo va a despertar". Cuando Gerardo Pelusso dijo "alguno", en realidad no se refería a cualquier entrenador, si no a sí mismo. Él sabía, cuando llegó al equipo más ganador de la historia del fútbol paraguayo, que era el indicado para sacar a Olimpia de un letargo que llevaba más de una década. Asumió y casi como primera acción importante, dio la vuelta olímpica en el torneo Clausura 2011, la primera para el Decano desde el tetracampeonato obtenido en 2000.

Gerardo Cono Pelusso Boyrie, quien debutará como seleccionador de Paraguay en el partido ante Argentina en Córdoba, nació el 25 de febrero de 1954 en Florida, Uruguay. Tuvo una aceptable carrera como futbolista, ya que jugó en Nacional de Montevideo, en Liga de Quito y Emelec de Ecuador y también suma algunos partidos con la Selección nacional. Sin embargo, lo mejor para él llegaría tras colgar los botines.

Debutó como director técnico en 1984 en Emelec y luego dirigió a equipos de Florida, su pueblo natal. Su primer gran éxito fue en 1994, cuando condujo al humilde Cerro al subcampeonato uruguayo. Ese año clasificó a la Copa Libertadores y luego dirigió a Iquique y Everton de Chile antes de volver a su país para trabajar en Racing y Frontera Rivera.

En 2004 comenzó una etapa de gloria que se extendió por cinco años, en los que ganó la impresionante suma de 13 títulos. Sí, un promedio de casi tres por temporada. La primera de esas victorias fue con Danubio, equipo que se consagró campeón después de 16 años de hegemonía casi total de los dos grandes uruguayos. El conjunto de la Curva de Maroñas venció al poderoso Nacional en la final y se quedó con la gloria. "Este destino estaba reservado para Danubio", afirmó y también destacó el trabajo realizado por el equipo.

Dos años más tarde pasó a Alianza Lima y también se coronó campeón nacional. En Perú dejó un grato recuerdo no sólo por sus triunfos deportivos, sino también por lo que transmitió como conductor de grupos. "Matute fue mi casa, los trabajadores. Todo. Nunca me sentí tan bien en un país como en el Perú", declaró tiempo después de su salida y su regreso a Uruguay.

Nacional era su cuenta pendiente. Tras crecer en ese club, le llegó la oportunidad de dirigirlo en 2008. "Dirigir a un club con tanta historia y gloria como Nacional es un desafío tan grande como la propia institución", dijo en su asunción. Y luego fue consecuente con su idea, porque no sólo logró el título uruguayo, sino que también condujo al Tricolor a las semifinales de la Copa Libertadores, una instancia a la que no llegaba desde hacía décadas.

"Los ciclos tienen un principio y un fin y creo que mi ciclo en Nacional ha llegado al final". Con esas palabras Pelusso dejó el club de Montevideo y pasó a Universidad de Chile, donde plantó la semilla que cosechó Jorge Sampaoli. En la U formó un equipo seguro y confiable, que no ganó ningún título pero sí consiguió el hecho inédito de llegar a semifinales de la Libertadores 2010.

En 2011 Olimpia estaba muy necesitado de ganar un título, ya que se había cumplido una década sin festejos. Entonces, decidió ir a buscar a uno de los técnicos más exitosos de Sudamérica, que venía de triunfar en tres países distintos. El uruguayo llegó a Asunción, hizo algunos cambios menores, le dio una identidad al equipo y ganó el torneo Clausura. Ese título le sirvió para convertirse en nuevo seleccionador de la Albirroja tras la salida de Francisco Arce. Pelusso describió este nuevo proyecto como "El reto más importante de mi carrera".

En una entrevista con FIFA.com pocos días después de asumir su cargo en la Selección de Paraguay, Pelusso fue muy claro a la hora de hablar de sus objetivos en el equipo: "Apuntamos a clasificar a Brasil 2014. Pero no soy muy partidario de ilusionar a la gente por demás, sino de trabajar. ¿Les voy a decir que confíen? Van a confiar igual. ¿Que vengan al estadio? Vendrán igual. De nuestra parte, es el momento de hacer lo que sabemos: poner manos a la obra y trabajar".