<
>

El Pirata que sueña y espera

Télam

CÓRDOBA -- Pese a ser uno de los días mas lluviosos en mucho tiempo en la ciudad de Córdoba, para los hinchas de Belgrano fue una tarde inolvidable, soñada, imaginada hace mas de cien años. Y esta tarde de lluvia se le vió al equipo cordobés.

Y ni siquiera la pasión, el gran amor que siente Ivana Maritano, fotógrafa, socia e hincha del Pirata pudo imaginar un partido tan perfecto. Ivana, en la inauguración de su muestra fotográfica sobre fútbol y sobre todo del club de Alberdi dejó en claro una preciosa definición del hincha. "Ser hincha de Blegrano es como una religión. Como esa causas que, por ahí otros no entienden. Nose puede explicar porqué uno es hincha. Si sos capaz de explicarlo es porque no lo sentís". Sabías palabras de Ivana Maritano.

Ivana sabe mucho de fútbol y habría que hacerle caso. Es difícil explicar este triunfo de Belgrano ante un Boca desconocido, sin identidad, sin pasión, sin juego, todo lo que le sobra a los hinchas y a los jugadores del equipo cordobés.

Difícil explicarlo desde el punto de vista racional, porque en la cancha Belgrano, estrenaba camiseta y ganaba en todos los sectores de la cancha. Boca, bien, gracias, un fantasma que casi establece la muerte de su director técnico.

Bien, lo sabe Ivana, que este partido fue el más importante de los últimos tiempos, lógicamente. Por lo que significa. Porque Belgrano es un club de Primera y solo piensa en objetivos de Primera división. Y por supuesto, bailó a Boca Juniors.

En un estadio imponente, la cuna del fútbol cordobés, el estadio Mario Alberto Kempes, Belgrano le ganó a Boca 3-1 pero pudo ser por más... Es cierto, con pragmatismo, con cierta contundencia, con muchísimo amor propio, Belgrano se llevó por adelante a un Boca pinchado desde lo anímico y completamente borrado desde lo futbolístico.

Muy flojo en defensa. ¿No es hora que Falcioni arme una defensa de verdad? Con Somoza como único recuperador en el medio campo (fue superado por todos los mediocampistas de Belgrano) y con un Erviti sin juego, ni contención. Lo mismo sucedió con Ledesma y Chávez.

Como sacándole tarjetas, como cobrándole viejos favores o deudas impagas, la mayoría de los jugadores de Boca jugaron muy en contra de la permanencia de Falcioni como director técnico. Al final del partido, Orión fue claro, "los que perdemos los partidos somos los jugadores, hay que hacerse cargo". ¿Un mensaje para el técnico? ¿Un mensaje para cierto sector del plantel de Boca que se mantiene al margen de la disputa técnico-jugadores amigos de Riquelme?

Como sea, porque más allá del talento de Belgrano, Boca perdió un partido contra sí mismo. Sin quitarle méritos al excelente equipo cordobés, a Boca le ganó su crisis internada que parece endurecerse cada día mas.

Por su parte, Belgrano mostró un equipo sólido, con una excelente performance técnica e individual, Boca no tenía de ganarle a este equipazo.

Y por eso perdió, por falta de carisma y de cariño. Cierto amor a la camiseta que a veces los jugadores suelen olvidar. Y éste es el triste caso de Boca Juniors. Mas preocuopados en pelearse, en no perder espacio de influencia, los jugadores pierden y no están unidos en la cancha.

Dentro de un campo de juego, se enfrentaron en Córdoba y bajo la lluvia, dos equipos con una historia y un presente muy distinto.

En el caso lejanísimo e hipotético de que Boca Juniors pierda el clásico ante su rival de toda la vida, se meterá en un bolonqui de película, una tormenta sensorial y dialéctica de la cual le costará horrores salir indemne. Mas para su dté.

Belgrano, por su lado, está viviendo uno de los mejores momentos de su historia. Con ganas de pelear el campeonao, el Pirata del cual Rodrigo fue su hincha mas querido, sueña y espera. ¿Con qué? Con dar el gran batacazo y demostrar que el fútbol del centro del país está para cosas grandes.