MÉXICO -- "Emmanuel Villa y Martín Romagnoli no realizarán el viaje a Monterrey para el partido que Pumas sostendrá el sábado ante Tigres". Esa fue la noticia que sonó con fuerza a finales de la semana pasada y que presagiaba dividendos no precisamente positivos para el club universitario.
Y es que una cosa es prescindir de ambos elementos de la alineación titular y otra de plano dejarlos en México, como si no tuvieran el nivel para salir a la banca.
Esta fue una decisión descabellada y no puede ser otra cosa que un problema serio en el vestidor; no se puede entender de otra manera. Es cierto, Carrillo no solicitó a estos jugadores y está en su derecho de no alinearlos, como sosteníamos en la columna de la semana pasada, pero también es verdad que son dos profesionales con capacidad probada y que suena a terquedad el no tenerlos siquiera en la banca para solucionar posibles contratiempos que surjan durante los partidos.
Sí, contratiempos como las complicaciones del sábado ante Tigres, donde la media cancha universitaria lució sin un comandante que pusiera orden y una delantera que careció de potencia. Romagnoli y Villa pudieron haber sido variantes que aportaran al equipo pero, por decisiones que parecen más de vestidor que de cancha, ni siquiera aparecían como opciones.
Y si a esto le sumamos la defensa de plástico y la floja actuación del guardameta Palacios, el resultado no podría ser otro. Un 5-0 que enciende los focos preventivos en el seno universitario, pues una institución de esta envergadura en el futbol mexicano no puede permitirse un revés de esta magnitud. Por si fuera poco, el domingo entrante recibe al América, en uno de los partidos que generan más pasión y rivalidad, uno de esos compromisos en los que puede pasar cualquier cosa para ambos clubes... menos la derrota.
Para sumarle todavía más sabor al caldo de este partido, Mario Carrillo enfrentará justamente al motivo principal que le genera el desprecio por parte de la afición puma: su pasado americanista, y sobre todo el hecho de haber sido campeón con el odiado rival, es algo que no olvida la tribuna. No quiero pensar lo que sucedería en caso de una victoria americanista, pues el público auriazul no perdonaría a su técnico y la presión sería tanta que, sin duda, la soga estaría lista rodeando el cuello de Carrillo. En caso del triunfo para los Pumas, quizá sería un buen paso para comenzar a revertir todas estas circunstancias
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La pregunta que se abre en la semana previa a este partido es si Mario Carrillo reconsiderará y utilizará a Emmanuel Villa y a Martín Romagnoli para encarar a América. Me parece claro que los delanteros de Pumas que han venido jugando no son mejores ni tienen la experiencia del Tito, pero quedará en el técnico puma la decisión de hacer cambios, o bien "morirse con la suya", y ahora sí, dicho literalmente.