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Sabe que tiene sus chances

Es su tercera vez. Sí, Juan Martín del Potro, ese gigante argentino que está gozando con un "revival" sensacional, otra vez dando pelea en la elite mundial, se da el gran gusto de jugar su tercer torneo de Maestros. Y cuidado, porque la Torre de Tandil llega en un altísimo nivel y con la confianza muy alta, aún por arriba de su espigada figura. Y eso es mucho decir. Consciente de lo difícil que es cruzarse mano a mano con otros 3 de los top-8 del circuito para intentar avanzar a las semifinales, arriba con la mano caliente gracias a sus recientes títulos en Viena y Basilea.

Del Potro aterriza en Londres tras una de las temporadas con más copas levantadas, ya que ganó 4, al igual que en 2008, cuando se hizo conocido en el planeta tenis. Aquella vez, pisó la cita de Maestros, en Shanghai, a probar suerte, como pidiendo permiso, y al menos logró una victoria. En 2009, aún con la mente dispersa por el ruido de lo que le provocó su actualmente única corona de Grand Slam, tras imponerse en el US Open, llegó a Londres en otra sintonía. Y vaya si le fue bien, al punto de que se metió en la finalísima.

En ese Masters, el ahora 7º del mundo venció al mismísimo Roger Federer en el cierre del grupo y así ambos se clasificaron para las semifinales, siendo el suizo el líder de la zona. El por entonces rey cedió a manos del ruso Nikolay Davydenko, quien luego truncó el sueño de Del Potro en el choque decisivo. En esta ocasión, viene de conseguir dos certámenes y el último triunfo fue el más resonante de todos, porque le arruinó la fiesta a Federer justo en la definición de Basilea, en la ciudad que vio nacer el considerado por la mayoría como el tenista más grande de todos los tiempos.

Por eso, es un momento especial en la carrera de Del Potro, ya otra vez metido en la conversación contra los grandes monstruos. Sin ir más lejos, este año, con 24, se sacó la espina de poder coronarse bajo techo, en la misma condición en la que se juega este selecto torneo londinense. Es más: 3 de sus 4 títulos de 2012 los logró en canchas indoor. Así las cosas, es una situación particular para el potente argentino, que intentará martillar durísimo con su mejorado saque, impactar letal con su derecha tan temida por sus rivales y mantenerse firme con un revés sólido y con el que se equivoca muy poco.

El Masters es un torneo especial para disfrutar. Es un premio al sacrificio de todo el año. Y lo tomo sin presión, pero con mucha seriedad.

"Sin presión", así dice arribar a la capital inglesa. "Soy parte de ese gran grupo. Siempre me va a tocar con un rival duro. Trataré de ir preparado y hacerlo lo mejor que pueda", aseguró. No hay dudas de que eso no debe sonar a conformismo por ser "parte de", sino a una clara lectura de alguien que es realista. Cuidado que sus adversarios volvieron a tenerle un respeto supremo al argentino y esa victoria tan fresca sobre Federer es un signo de alarma para las otras figuras. Ellos saben perfectamente que, si impone presencia con su servicio como lo hizo en Suiza, crecerá su fe y será más peligroso todavía para el que se ponga enfrente.

Como si ese éxito en Basilea no fuera rotundo para sus aspiraciones, este año Del Potro logró 6 victorias sobre rivales top-ten. Su otra gran victoria fue, tras la maratónica semifinal de los Juegos Olímpicos de Londres perdida con Federer, frente al serbio Novak Djokovic para conseguir su primera medalla olímpica al obtener el bronce. Por eso, ya es nuevamente cosa seria y los otros aspirantes lo saben muy bien. Dependerá entonces de poder mostrar otra vez todo su potencial. Cerrar de manera soñada este gran año está en sus manos.

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