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El N°1 va por la Maestría

LONDRES -- Novak Djokovic puede descansar tranquilo. Ya no hay incertidumbres numéricas que le eleven la consulta sobre el ranking. La calculadora ha quedado a un lado y ahora es tiempo de que hable su juego. El mismo que lo hizo transitar otro año al máximo nivel y que lo ve terminar, una vez más, en lo más alto de la clasificación.

El serbio llega a Londres luego de mostrar "el lado oscuro de la fuerza" en París. Máscara de Darth Vader en el ingreso y un panorama negro tras una ventaja de 6-0 y 2-0 que inexplicablemente se evaporó a cuenta del estadounidense Sam Querrey. Djokovic no pasó una buena semana, reconoció inconvenientes físicos y prefirió no explayarse sobre sus problemas personales.

Con varios días para recuperar energías y "limpiar" la cabeza, Nole tendrá revancha en Londres. Y más aún: tendrá revancha con Londres, que, entre junio y julio, lo vio quedarse sin final en Wimbledon, perder el N°1 a manos del suizo Roger Federer y terminar sin podio en los Juegos Olímpicos.

Tras la "agridulce" estadía en la capital inglesa, Djokovic tuvo que volver a empezar. Emprendió viaje a Toronto, soportó el jet lag, el repentino cambio de superficie (del césped inglés al cemento norteamericano) y "puso la cara" por el Big Four: con Nadal ya entonces ausente por lesión, Federer no jugó y Murray se bajó al segundo partido por problemas de rodilla. Incluso Ferrer prefirió descansar y Del Potro, su verdugo en el duelo por el bronce, cayó en el debut y desertó de jugar dobles.

Con el cuadro abierto, el oriundo de Belgrado no tuvo problemas para levantar un nuevo trofeo de serie Master, pero sobre todo para volver a gritar campeón después de casi cinco meses, algo insólito para sus estándares "normales". "Es un gran impulso, me da mucha confianza. No ganaba un título desde Miami y eso que había jugado varias finales, así que para mí es una gran manera de comenzar la gira de canchas duras", decía Novak luego de la consagración en Canadá.

No jugué muchos torneos en el año y traté de enfocarme en dar siempre lo mejor en los grandes eventos

Y es que así como en 2011 se le seguía la estadística de su impresionante racha de triunfos seguidos (llegó a 43), en ese extraño pasaje de 2012 la cuenta viraba hacia sus días sin títulos. Muy atrás quedaba esa victoria en Miami y su espectacular coronación en Australia a principio de año directamente ya parecía pertenecer a otra temporada. Federer lo tumbaba en Wimbledon y retomaba el liderazgo; Murray le cortaba el paso en los Juegos y rompía su maleficio en torneos grandes; Nadal, su vencedor en la final de Roland Garros, era noticia semana a semana por las bajas consecutivas y la postergación de su regreso. Djokovic parecía sobrevolar la escena, a un costado, esperando el momento para volver a los primeros planos.

De allí en más, el serbio hilvanó otras cuatro finales al hilo: Cincinnati (cayó con Federer), US Open (perdió un partido maratónico con Murray), Pekín (venció a Tsonga) y Shanghai, donde se "vengó" del británico y remontó un duelo increíble. La parábola lo llevó entonces de vuelta a París y a su esperado regreso ya como N°1 (aunque todavía no institucionalizado por cuestiones del calendario ATP), luego de dos semanas de descanso. Pero el resto de la historia es por todos conocida: vómitos, máscaras, frustraciones y un adiós desconcertante.

Todo eso ahora queda atrás. Es tiempo del "enfrentamiento final", como promociona la ATP. "Ha sido una gran temporada para todos estos jugadores. Hubo cuatro campeones diferentes de Grand Slam por primera vez en mucho tiempo, así que estamos en un momento muy interesante del tenis masculino", concede Novak.

Djokovic ya sabe de qué se trata levantar una Copa Masters. Lo hizo en 2008, tras doblegar al ruso Nikolay Davydenko en la final. ¿Podrá repetir? La incógnita pasa por su físico, pero el propio jugador explicó en la previa: "Más allá de los Juegos Olímpicos, la planificación del calendario ha sido genial para mí: no jugué muchos torneos en el año y traté de enfocarme en dar siempre lo mejor en los grandes eventos". ¿Veremos al mejor Djokovic, entonces? La cita se lo demanda.

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