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De militar a estrella de la NFL

BRISTOL -- Fue reclutado en la ronda N° 10 del draft. Eso habla de que el futuro miembro de Salón de la Fama, Roger Staubach, era considerado un verdadero riesgo para cualquier gerencia de la NFL. Reclutar a Staubach significaba tirar los dados.

Y no, no había preocupaciones de posición. Staubach era un mariscal de campo ganador del Trofeo Heisman procedente de Navy, y nadie estaba sugiriendo que tendría problemas para jugar como pasador en la liga.

Entonces, ¿por qué Staubach cayó y cayó, al punto de que todavía estaba en la pizarra en la ronda N° 10 del draft de 1964? Y, ¿por qué, aún así, los Dallas Cowboys fueron cuestionados por la elección después de que la hicieron?

Bueno, Roger Staubach tenía un impedimento profesional. Y era inevitable.

Era militar.

Esta era una cuestión practica, no una personal, y no importa lo ridículo que parezca ahora. Staubach, en aquel momento, aún pertenecía a Navy por cinco años más; era el trato que hizo cuando aceptó su nombramiento en la Naval Academy, el acuerdo que hacen todos los que asisten a Annapolis. Staubach iba a cumplir su servicio. Era la década de 1960 y era la vida real.

Y aún así, los Dallas Cowboys posiblemente estaban gastando su selección de décima ronda del draft en este tipo con un récord colegial de élite y un impedimento profesional. Para el momento en el que Staubach estaba programado para volver de su servicio, sería un novato de 27 años de edad.

Al final, el entrenador en jefe, Tom Landry, y el presidente y gerente general, Tex Schramm, siguieron adelante. Firmaron a Staubach con lo que equivalía a un contrato a "futuro" --como cuenta la historia, Schramm escribió los detalles en un bloc de notas durante una reunión con Staubach en un hotel-- que consistía en que él entrenaría con los Cowboys durante sus licencias, y cuando Staubach renunciara a su comisión, en 1969, Dallas sería su equipo.

¿El mejor contrato a futuro en la historia de la NFL tenía notas a mano de un ejecutivo de un equipo? Me inclino a decir que probablemente.

Si ustedes tienen cierta edad, Roger Staubach es lo primero que uno recuerda de una época dorada de los Cowboys, durante la cual la frase "El equipo de América" se sentía que podía aplicarse a la perfección. Algunos de nosotros crecimos pensando que todos los equipos de Dallas eran muy buenos, porque cuando Roger jugaba los Cowboys casi siempre lo eran.

Landry lo elogiaba. El gran Sid Luckman decía acerca de él, "Sabías que alguien especial estaba en el campo". Eso era obvio. Uno sentía que Dallas tenía la ventaja en cada partido, porque los Cowboys tenían a Staubach y el otro equipo no.

Aún así, Staubach esperó. ¿Hablan de la paciencia de un mariscal de campo joven en la NFL? Prueben esto: Staubach sirvió por cinco años en las fuerzas armadas, finalmente entró a la liga a los 27 años, y después esperó dos temporadas más detrás de Craig Morton. No fue hasta 1971 que Landry finalmente hizo el cambio, y aún así lo hizo sólo después de un partido en el que literalmente alternó a Morton y Staubach en todas las jugadas (como resultado: casi 500 yardas ofensivas, pero siete balones perdidos).

Staubach asumió la titularidad y llevó a los Cowboys a 10 victorias consecutivas y luego a su primer título de Super Bowl. Fue mariscal de campo de cuatro equipos campeones de la NFC durante la década de 1970 y llegó al Pro Bowl en seis ocasiones.

Era una figura imponente y sin duda uno de los más grandes líderes del equipo de todos los tiempos. Staubach se ganó el apodo de "Captain Comeback" por dirigir 23 marchas para ganar partidos en el último cuarto, a excepción de nueve, la mayoría de ellas llegaron en los últimos dos minutos o en tiempo extra. Parecía demasiado bueno para fallar alguna vez.

Y era militar. Staubach voluntariamente sirvió ese año en Vietnam. Realizaba entrenamientos de fútbol americano cuando podía durante los otros años, jugaba en algunos de los equipos del servicio para tratar de mantenerse en forma. Atribuye a su tiempo en las fuerzas armadas por ayudarle a forjarse como líder.

Aquí en la cúspide del Día de los Veteranos, vale la pena preguntarse si alguien como Staubach va a aparecer de nuevo. David Robinson pasó de una breve estancia en Navy a la NBA y posteriormente al Salón de la Fama, y la historia de los deportes profesionales está repleta de historias de grandes jugadores --Ted Williams, Bob Feller, y la lista sigue-- cuya carrera fue acortada en su mejor momento por su servicio.

Sin embargo Staubach tuvo que esperar para empezar, lo que puede explicar por qué, una vez que tomó las riendas de los Cowboys, casi nunca las soltó.

Literalmente acuñó el término Ave María. Imaginen esto: Staubach creó el término sólo por responder una pregunta honestamente. Sucedió después de una de sus remontadas, en un partido de playoffs en 1975 en contra de los Minnesota Vikings. Con el tiempo agotándose y su equipo perdiendo 14-10, Staubach se escapó de la presión y lanzó un pase de 50 yardas campo abajo, hacia donde pensaba que Drew Pearson podría estar corriendo.

Los reporteros querían saber: ¿Qué sucedió después?

"Sólo cerré mis ojos y dije Ave María", explicó posteriormente Staubach. Un Ave María. ¿Qué podría ser más perfecto? Pearson hizo una gran recepción del pase imperfecto de Staubach y terminó la jugada, los Cowboys derrotaron a los Vikings, 17-14, y el fútbol americano de pronto se encontró en posesión de una nueva frase.

En aquel momento, desde luego, no se podía lanzar un pase sin acuñar una frase de guerra. A menudo se ha dicho que el fútbol americano en los Estados Unidos se popularizó como sustituto para la guerra en tiempos de paz, y entre los ataques por tierra, asaltos aéreos, bombas, generales en el campo y cargas, la NFL hizo un trabajo maravilloso confundiendo su juego con contiendas reales (Años más tarde, "juego" y "contienda" llegaron a significar lo mismo en el fútbol americano, probando que el plan tuvo éxito más allá de la imaginación de cualquiera).

Sin embargo Roger Staubach, al igual que muchos otros en el deporte a través de las décadas, realmente sirvieron en combate. Él sabía la diferencia entre un juego y una contienda. Y quizás ya no las harán así nunca más.