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En busca de la gloria

Stepanek iba 2-0 en la final de 2009 y Ferrer ganó en el 5º set Getty Images

BUENOS AIRES -- La gloria golpea la puerta. Y quieren abrirla República Checa y España, en una final especial ya que se trata de la Nº 100 en la historia de la mítica Copa Davis. En Praga, el local llega con un muy leve favoritismo a este gran duelo debido a la superficie muy rápida. Ambos países integran los 13 que ya ganaron alguna vez la ensaladera de plata: el anfitrión quiere su segundo título y el primero ya sin jugar bajo la bandera de Checoslovaquia y el visitante pretende obtener su sexta copa.

Se trata de una definición que genera una enorme expectativa. La gran diferencia entre estos cuartetos es que los checos se basan sólo en dos jugadores, su as de espadas, Tomas Berdych, más Radek Stepanek, quienes disputan los singles y el dobles, pese a que el capitán, Jaroslav Navratil, haya designado en el sorteo -una vez más- a Lukas Rosol e Ivo Minar. En cambio, los españoles abren el juego a sus cuatro piezas, ya que disputan los individuales su líder, David Ferrer, y Nicolás Almagro y la dupla la forman Marcel Granollers y Marc López, campeones del Masters.

República Checa llega con mucha confianza tras ganar en semifinales en Argentina, sobre arcilla, con un Berdych implacable aún en su cancha más esquiva. En tanto, España ganó sus tres series de este año en casa y en polvo de ladrillo, la más reciente contra Estados Unidos, otra vez con un Ferrer en alza. En un hecho poco común, casi todos los protagonistas fueron de la partida en el torneo de Maestros de Londres: jugaron en singles Berdych y Ferrer, mientras que Almagro estuvo como suplente, y al título en dobles de Granollers y López se sumó Stepanek, que llegó a semi.

Así las cosas, el panorama es muy atractivo en la segunda final entre estos dos países. La anterior, en 2009, quedó para España en el polvo de ladrillo de Barcelona por 5-0. De aquel cruce sólo permanece Ferrer en el conjunto más ganador de esta década y continúan Berdych y Stepanek en la formación checa. Como ocurrió en la definición que España ganó sorpresivamente en Argentina en 2008, ahora afronta un durísimo desafío sin Rafael Nadal (4º), otra vez lesionado, y sobre una superficie aún más veloz, considerada por Ferrer la más rápida que pisó en esta temporada en el circuito.

La diferencia es que esta vez la Armada española enfrenta a un equipo más exigente y es el piso el que puede ayudar a inclinar la balanza a favor de los locales, que llevan tres eliminatorias sin vencer a los españoles. En cinco de los seis últimos años el campeón de la Copa Davis fue el dueño de casa y el único visitante que se coronó fue precisamente España, en la citada final en Argentina. Y esta vez pretende repetir aquella sorpresa, ahora en la primera experiencia de Alex Corretja como conductor.

La muy buena relación entre los jugadores y de ellos con el capitán es clave en un deporte individual y tan egoísta. Y vaya si eso lo saben los españoles, que hacen de la unión su fuerza mayor. Igual ocurre con las figuras del equipo checo. Esta vez, la novedad fue la polémica que se dio con Feliciano López (40º, ex 15º), zurdo, ofensivo, muy irregular, que fue fundamental en aquel batacazo de la final de 2008, llevado a Praga como quinto hombre y que no reemplazó, como él quería, a Almagro en el cuarteto titular. Se molestó con Corretja y dijo que sólo él puede ganarle a Berdych (6º) el primer día.

Para algunos, esa decisión del capitán, de optar por un tenista potente y con mejor presente como Almagro (11º en el ranking) puede ser un error, pero sin duda apuesta por la mayor solidez de este jugador que viene con más rodaje y confianza. Ese no es, tras el veredicto del sorteo, el partido que abre el fuego en esta gran final, ya que el primer cruce lo protagonizarán Stepanek (37º), ex top-ten, y Ferrer (5º). Se trata de un encuentro con antecedentes y uno muy especial, de aquella definición de 2009.

Ferrer disfruta de su primera temporada como el jugador con más títulos (7) y se dio el gusto de ganar hace dos semanas su primer Masters 1000, en París, en indoor. La superficie del estadio O2 Arena de Praga, bajo techo, es aún más rápida y fue elegida por los anfitriones, como era previsible, para incomodar lo más posible a la visita, aún cuando el combativo y gran contragolpeador Ferrer viene en racha. Los puntos a buscar son los de Almagro y el dobles, más allá de la confianza que se tiene Berdych frente a Ferrer.

Vayamos por partes. Ferrer domina 6-3 a Stepanek en los choques personales y el español está 3-2 en canchas rápidas. El gran antecedente fue el de la final de 2009, cuando el checo barrió en los dos primeros sets, el incansable local se recuperó llevándose los tres siguientes de manera ajustada y le dio ese valioso segundo punto de la final a su equipo. Tratará Stepanek, con su estilo de ataque, versátil, muy poco visto en la actualidad, de sacarlo del fondo y variarle mucho a un Ferrer que igual es favorito por su presente, siendo más agresivo, aunque llega con mucho desgaste. Igual, eso pareciera no ser un problema para él, al menos hasta ahora.

Después, Berdych es el candidato en un partido "picante" contra Almagro, porque no se llevan bien y ya tuvieron cruces en el circuito. Es más: el local criticó esta semana al español, calentando el clima, diciendo que sólo obtuvo torneos menores de la ATP. Ambos no son muy constantes en el rubro mental, pero es el checo superior en una superficie veloz y buscará tomar la iniciativa con su drive. Berdych supera 8-3 a Almagro y ya se enfrentaron cinco veces en 2012 (el checo está 4-1 esta temporada y ganó los tres últimos). En superficies rápidas lidera el anfitrión por 4-1.

En caso de darse una igualdad el viernes, el dobles vuelve a jugar un papel importante en esta tradicional Davis y allí la ventaja es de la dupla local. Berdych y Stepanek se entienden de maravillas y este año se impusieron en los tres encuentros. Es más: Berdych no pierde en singles ni dobles coperos desde hace un año y medio. Tratarán de atacar y ponerles mucha presión a Granollers (10º del mundo) y López (6º), quien juega mucho desde la base, y llegan dulces con el título de Maestros debajo del brazo. Igual, los españoles vienen de perder en las series ante Austria y Estados Unidos.

El plus lo aporta Stepanek, que arriba en su mejor momento en dobles (4º del mundo), especialidad en la que este año ganó un Grand Slam (Australia) y perdió en otra final grande (US Open), en compañía del indio Leander Paes. Será un cruce electrizante, de alto vuelo, con dos locales que se mueven mucho mejor en una cancha ultra rápida, donde es decisivo el saque y poder tomar la red primero y definir allí. Por eso, a priori el local podría llegar 2-1 arriba al crucial domingo.

El primer punto de ese día, el cuarto de la eliminatoria, será Berdych-Ferrer, entre dos top-10. El español está 5-3 sobre Berdych y no se enfrentan desde el Masters del año pasado, donde ganó el checo. En superficies rápidas va 2-1 el español. Allí el visitante buscará resistir y contraatacar, tratando de impacientar al tan agresivo dueño de casa. En el caso de un eventual 2-2, la definición sería entre Stepanek y Almagro, ya que Rosol (71º) y Granollers (33º) sólo ingresarían en el caso de una lesión de un titular.

Stepanek supera por 2-1 a Almagro y este año ganó el español en cuatro sets en el debut del US Open. Igualan 1-1 en canchas duras. El presente individual podría inclinar un poco la balanza a favor de Almagro, pero en otra superficie, ya que por estilo y la fe de jugar en casa y ante su público será durísimo el obstáculo de Stepanek. Está claro, obviamente, que será una final muy pareja y donde habrá adrenalina y emoción garantizadas.

República Checa busca ser el primer país en ganar las tres copas en el mismo año, ya que viene de conquistar la Hopman mixta y la Fed femenina. Además, quiere su primera ensaladera de plata desde 1980, cuando la ganó pero siendo Checoslovaquia. Para España la meta es alcanzar su sexto título en 13 años, desde su primer éxito en 2000, a la vez que intenta ser el primer país en adjudicarse cuatro veces la Copa Davis en un período de cinco años, desde que lo hizo Estados Unidos hace justo 30, en 1982. La gloria está a un paso y hay dos grandes pretendientes.