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Una segunda oportunidad

Para la dupla base-entrenador, los años de Phoenix Suns fueron dorados Barry Gossage/NBAE/Getty Images

Puedes escucharlo en su voz. Puedes verlo en su sonrisa. Puedes percibirlo aún después de su cirugía reconstructiva de rodilla, y ante la sombra asfixiante de Phil Jackson.

El mismo Mike D'Antoni que no pudo llegar al micrófono el jueves para su primera conferencia de prensa en Lakerland sin la ayuda de una muleta para quitar el peso de su rodilla izquierda, usó los siguientes 45 minutos para tratar de que todos comprendieran que él se considera el entrenador más afortunado sobre la faz de la tierra.

"No mucha gente en este deporte tiene la oportunidad de dirigir a Steve Nash", le dijo D'Antoni a ESPN.com más tarde esa noche. "Y yo tendré una segunda oportunidad.

"Increíble".

Nash seguramente desparramará los mismos elogios ni bien se recupere de su lesión en la pierna izquierda. Este no es el mejor momento para pedirle que mida lo afortunado que se siente cuando sabe, como estudiante voraz de la mecánica corporal desde que él y D'Antoni se unieron por primera vez en el desierto durante el verano del 2004, que probablemente ya estaría de vuelta en la cancha si el impacto de la colisión que sufrió en la noche de Halloween con el novato Damian Lillard de Portland hubiera estado una o dos pulgadas alejado del lugar donde desafortunadamente recibió el golpe y salió cojeando con el peroné fracturado.

"No puedo recordar la última vez que tuve un hueso fracturado", dice Nash. "Probablemente no había perdido tanto tiempo en 10 años. Pero en general soy optimista. Estoy un poco consumido por mi salud ahora mismo, pero será increíble tener la oportunidad de volver a jugar para Mike. Estoy entusiasmado por la oportunidad de jugar en un gran equipo y tratar de construir un gran equipo".

El jugador de 38 años ha dejado de tratar de predecir cuánto tiempo más estará fuera después de dos largas semanas como espectador. Asimismo, es un diplomático canadiense en toda regla, como era de esperar, cuando le piden que reflexione sobre cómo era tratar de liderar la malograda ofensiva Princeton de Mike Brown. En marcado contraste con la forma inolvidable en que nuestro Kevin Arnovitz alguna vez describió la transición de su amigo de D'Antoni a Terry Porter -- como "un colibrí atrapado en una bolsa de sándwich" -- Nash dice de la Princeton: "Compré y traté de hacer que funcionara".

Sin embargo, el alivio en su voz es evidente cuando el tema pasa a la proyección de qué clase de impacto estratégico tendrá la llegada de D'Antoni en la perspectiva de los Lakers de ganar ahora o nunca. Más allá de todas las preguntas legítimas acerca de la forma y el momento de la decisión de los Lakers de despedir a Brown y luego contratar a D'Antoni cuando todo el mundo del básquetbol (D'Antoni inclusive) se preparaba para el regreso de Jackson, Nash tiene mucho para decir sobre lo que solía ser la Siete Segundos o Menos y cómo se verá en Los Angeles en lugar del Triángulo de campeonato de Jackson.

Esto es lo que opina Nash sobre la ofensiva de D'Antoni en general y si podrá hacer por Dwight Howard como hombre de llegada al aro lo mismo que hizo por Amar'e Stoudemire: "Creo que será grandioso para él. Dwight ha tenido un año difícil físicamente, sin jugar por mucho tiempo. Todavía no es él mismo, pero del lado ofensivo Mike (nos ayudará a) encontrarle la vuelta. En Phoenix no lanzábamos el balón al poste y estoy seguro de que vamos a hacerlo más a menudo ahora. Algunas veces se parecerá a Phoenix y otras veces se verá como algo nuevo. Las cosas van a evolucionar, y eso lleva su tiempo".

Sobre el temor de que los Lakers no tienen suficientes lanzadores perimetrales para abrir espacios adecuadamente como lo hacían los Suns de D'Antoni: "Creo que en todos los equipos de Mike aparecen lanzadores de triples que nunca antes habían sido considerados lanzadores de triples. Esperemos que con la libertad que tendremos (al jugar en este sistema) y con mejores espacios podamos meter algunos tiros que no hemos estado acertando".

Sobre la teoría de que Pau Gasol, a pesar de todo lo que se dice sobre lo bien que funcionó en el Triángulo, podría encontrar un nicho Boris Diaw-esco en el codo de esta ofensiva: "Creo que definitivamente hay algunas similitudes. Tal vez Pau no vaya hasta la línea de tripes tanto como lo hacía Boris, pero al sacar el balón de los pick-and-rolls y como creador de juego, puedo ver eso como un arma para nosotros".

Sobre la diferencia que Howard puede hacer para callar a aquellos que sostienen que el enfoque de D'Antoni, con abundante ofensiva y diversión, nunca tendrá la disciplina necesaria para ganarlo todo: "En Phoenix, creo que lo que nos impidió ganar --más que la mala suerte o cualquier otra cosa-- es que nunca tuvimos un centro defensivo. Si miras a los equipos que ganan casi todos los años, tienen un gran centro defensivo con altura. Miami fue una excepción, pero tiene grandes defensores como LeBron (James) y (Shane) Battier y fue un excelente equipo defensivo. Pero esa es la línea de fondo. A veces son las pequeñas cosas como ceder un rebote ofensivo de más o perder en tiros libres porque eres pequeño y te veías obligado a cometer faltas adentro".

Y finalmente sobre el temor de que Kobe Bryant no podrá aceptar una ofensiva que gire en torno a cualquier otra persona: "Yo no creo que eso sea un problema. Kobe es un anotador natural. Puede anotar en cualquier sistema. Si hubiéramos tenido a Kobe en Phoenix, habría sido una ofensiva centrada en dos escoltas. Kobe ejecutará muchos pick-and-rolls. Kobe y yo podemos hacer pick-and-rolls juntos. Creo que él también ve a Mike como si hubiera sido uno de sus entrenadores durante los últimos cuatro o cinco años (gracias al tiempo que compartieron en el Team USA). Él se siente muy familiarizado con todo esto. Habrá muchas maneras de anotar para Kobe ".

Es más, Nash sostiene que la carga de las diversas estrellas en este conjunto de Hollywood le ayudará a D'Antoni a lidiar con los recordatorios diarios de que él no es Phil. O que no ha ganado una serie de playoffs desde el 2007. O que es el primer entrenador de los Lakers sin siquiera un viaje a las Finales de la NBA en su currículo desde Randy Pfund en 1992-93.

"Va a ser un microscopio, sin duda", dijo Nash, "pero estoy seguro de que ustedes (los medios) nos presionarán a todos".

Dado que Nash y Howard están en busca de sus primeros anillos, y que a Kobe le falta uno para igualar los seis de Michael Jordan, el mariscal de D'Antoni ciertamente tiene razón.

Tal como Nash, dejando de lado la salud, tiene motivos de sobra para pellizcarse. Los Suns ciertamente no estaban obligados a canjearlo en julio al equipo que odian más que cualquier otro. Los Lakers tampoco estaban obligados a reunirlo con su jefe favorito más rápido de lo que nadie podría haber previsto.

"Es increíble", dijo Nash. "Es como dice mi amiga Simone: 'Si hubiera apostado 10 dólares el 1° de julio que serías un Laker y D'Antoni sería tu entrenador, sería millonaria'".

Tal vez nada pueda explicar la racha de mala suerte que Phoenix sufrió con D'Antoni y Nash, empezando por la fractura del hueso orbital de Joe Johnson en los playoffs del 2005, las suspensiones de Stoudemire y Diaw después de que Robert Horry manoseara a Nash en los playoffs del 2007, y hasta el 2008, cuando la triple daga de Tim Duncan desde el lateral detonó el desmoronamiento de la sociedad. Sin embargo, ahora es difícil escuchar al entrenador con muletas, tan poco tiempo después de una fea separación con los Knicks y de una superestrella en Carmelo Anthony que no quería jugar el estilo de D'Antoni, sin pensar que su suerte, y la de Nash, parece estar cambiando.