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NUEVA YORK -- El domingo en la tarde el Madison Square Garden vivió un ambiente parecido a los años 90. El equipo visitante no pudo anotar su 50 puntos hasta el tercer cuarto. En ese entonces la defensa de los New York Knicks era su principal atributo, cosa que están volviendo a implementar con creces en esta temporada. La víctima de la jornada dominical fue los Indiana Pacers, conjunto que perdió 88-76 gracias a una hermética defensa de los neoyorquinos. Fue el cuarto triunfo de los Knicks en su hogar en esta temporada sin derrotas, y el primero después de ver su invicto caer ante los Memphis Grizzlies el viernes. Ahora están con marca de 7-1. En estos primeros cuatro juegos en la "arena más famosa del mundo" los Knicks han anulado completamente a la oposición, a tal punto que ninguno han llegado a los 94 puntos y el promedio general es de 84.5 en ese recinto, esto incluyendo a equipos como el Miami Heat, la primera víctima del esquema defensivo que plantea el entrenador Mike Woodson. Aunque el equipo no estuvo a la altura a la ofensiva durante la primera mitad, anotando solo 41 puntos, la defensa de los Knicks hizo trizas a los Pacers, limitándolos a apenas 30 unidades para un miserable 26 por ciento de aciertos al canasto. Esta demostración del domingo es una clara señal de que los llamados favoritos de la Conferencia Este tendrán que esforzarse a fondo para vencerles; y que, aunque es joven la temporada, los Knicks, sin su segundo hombre defensivo como lo es Iman Shumpert, pueden ser una bestia contra la mejores ofensivas.
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