Wallace Matthews 11y

Más Mariano, más de lo mismo

Durante los últimos 10 días, los Yankees de Nueva York han vuelto a firmar a Hiroki Kuroda, Andy Pettitte y, ahora, al panameño Mariano Rivera.

Así que, ¿cuando, exactamente, es que van a mejorar?

No me malinterpreten. Cada una de esas firmas son positivas, cada uno de esos jugadores son absolutamente necesarios si los Yankees esperan ser tan buenos en 2013 como lo fueron en 2012.

Pero ese es precisamente el problema.

En este momento, la rotación de abridores parece que será la misma que la de mayo del año pasado, lo cual es algo positivo, porque de todos los problemas que tenían los Yankees del 2012, el pitcheo abridor no era uno de ellos.

Y el bullpen luce al menos tan bueno como lo fue a finales del año pasado, aunque sólo sea porque Rivera es el mejor en su trabajo en la historia del béisbol. Los Yankees y Mo finalizaron un contrato de un año el viernes que le pagará unos $10 millones garantizados -- una reducción salarial de $5 millones -- con incentivos que presumiblemente podrían acercarlo al sueldo de la temporada pasada, si se mantiene saludable.

Así que, incluso sin Rafael Soriano, el bullpen debe estar en muy
buena forma.

Y, sin embargo, lo que estamos viendo ahora es un equipo que no ha hecho nada desde finales de temporada mas que mantener su status quo.

Ese equipo era bueno. Ganó 95 partidos en el Este de la Liga Americana. Pero no era lo suficientemente bueno para ir más allá de la primera ronda de los playoffs.

Por lo tanto, voy a volver a preguntar: ¿Cuándo exactamente es que los Yankees comenzarán a mejorar?

La pérdida de Russell Martin a la agencia libre no fue una mejora, aunque traerlo de vuelta habría sido, una vez más, una medida para preservar el status quo.

Así, también, traer de vuelta a Ichiro Suzuki, quien, según un informe de tabloide está impaciente por la inactividad del receso de temporada de los Yankees hasta el momento y ha empezado a acercarse a los otros equipos. Esto, por supuesto, puede tratarse de estrategias de agente para motivar al gerente general, Brian Cashman, a soltar más dinero por otro jugador de 38 años de edad. Buen intento.

Pero la verdad es que hasta ahora los Yankees no han hecho nada para mejorar el club que fue humillado en la serie de campeonato y que también estuvo a punto de perder en la primera ronda. Lo único que han hecho es traer de vuelta más de lo mismo.

Rivera no cae en esa categoría. Su historia y su carácter hacen que sea fundamental el que los Yankees lo traigan de regreso por lo menos un año más.

Sin embargo, sería prudente que todos nosotros, incluyendo a los Yankees, moderásemos nuestras expectativas un tanto para un jugador que, no sólo viene de una cirugía de rodilla, sino que intenta hacer algo sin precedentes en la historia del juego: ser un cerrador eficaz a los 43 años de edad.

Asimismo, en lo que respecta a Derek Jeter, quien tuvo un repunte trascendental en 2012, sólo para verlo finalizar tirado en el terreno del Juego 1 de la serie de campeonato, se rompió el tobillo y junto a él, las esperanzas de los Yankees para avanzar.

Jeter cumplirá 39 años esta temporada y viene de una lesión que le ha mantenido prácticamente en el sofá durante los últimos dos meses. ¿Es absurdo pensar que puede volver y batear .316 en 2013? Probablemente.

Por lo tanto es esencial que, a pesar de las constricciones presupuestarias aplicadas por los propietarios y los grilletes puestos en los contratos onerosos que ya van asfixiando su nómina, Cashman no busque sólo traer de vuelta al mismo equipo que envió el año pasado, sino uno más joven, más hambriento y más atlético. Un mejor equipo.

Hasta el momento, ningún jugador que ha firmado hace eso, a menos que se piense que Eli Whiteside es el Mesías.

Obviamente, Hal Steinbrenner habla en serio sobre la reducción de la nómina en 2014, demostrado por el hecho de que los Yankees no igualaron la oferta de dos años hecha por los Piratas de Pittsburgh a Martin ni reclaman, al menos públicamente, estar dispuestos a quedarse con tres receptores de reserva en lugar de un abridor consagrado.

Sin embargo, es el trabajo de Cashman y su personal el identificar a los jugadores que pueden mejorar a su equipo dentro de los límites de su presupuesto.

Ahora que el pitcheo ya está resuelto, un área que el gerente general dijo que era su primera prioridad desde el principio, es el momento de empezar a buscar a esos jugadores.

Significa encontrar jugadores que puedan llegar a la base, conectar en el momento crítico, anotar carreras en las noches en las cuales la pelota no sale del estadio y lo más importante, ser capaz de hacerlo durante toda la temporada hasta octubre sin quedarse sin combustible.

Probablemente significa desviarse de la norma, dejando detrás el status quo. Podría significar decirle adiós no sólo a Martin, sino también a jugadores como Ichiro y Andruw Jones (que se habría ido probablemente de todos modos), Eric Chávez, y sí, incluso Raúl Ibáñez.

Ciertamente significa tres días productivos en Nashville la semana que viene, en las reuniones invernales del béisbol; es una necesidad.

Kuroda, Pettitte y Rivera fueron buenas adiciones al roster, pero seamos sinceros, lo único que hizo fue asegurar que el personal de pitcheo de los Yankees sea el mismo que la temporada pasada.

Eso está bien. Es el resto del club que tiene que mejorar. Ya es hora de que los Yankees se pongan a trabajar en ello.

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