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La pesada losa de 15 años

Mexsport

MÉXICO -- Cuando Carlos Hermosillo convirtió de tiro penal el gol de oro con el que Cruz Azul venció al León en la final del torneo Invierno 1997, la Máquina le puso fin a 17 años que llevaba esperando una nueva coronación en la liga mexicana.

Jamás se hubieran imaginado Hermosillo, el director técnico Luis Fernando Tena, los directivos cementeros ni mucho menos la afición celeste, que tras aquel dulce momento bajo el sol del Bajío mexicano el equipo pasaría 15 años en sequía de títulos... más los que se acumulen.

Este viernes se cumple justamente el 15º aniversario de aquel campeonato de liga en el Estadio Nou Camp, cuando el histórico goleador mexicano, que había ingresado al juego hasta los tiempos extra debido a una lesión de costillas, se levantó de la artera patada que le propinó en el rostro el portero Ángel David Comizzo dentro del área para que se marcara el penalti decisivo.

Hermosillo, con el rostro cortado y manchado de sangre, se perfiló y engañó con su tiro suave y a la derecha a Comizzo, quien de manera inexplicable no había sido expulsado por el árbitro Arturo Brizio.

El atacante veracruzano y el guardameta argentino quedaron registrados, por igual, en la historia del Cruz Azul esa tarde del 7 de diciembre de 1997, sobre todo a la luz de lo ocurrido en la siguiente década y media.

No deja de sorprender que cuando la Máquina ganó ese título de la primera división para llegar a ocho en su historia, solamente el Guadalajara tenía más trofeos de campeón en sus vitrinas (10), que el Toluca sólo había sido monarca del circuito tres veces (hoy acumula 10 estrellas) y que el Pachuca, hoy pentacampeón, nunca había dado la vuelta olímpica en la máxima categoría.

Cuando Cruz Azul se alzó con ese título del Invierno 1997 bajo las órdenes de Tena, los Pumas sólo habían ganado tres campeonatos (hoy tienen 7) mientras que el Monterey y el Santos Laguna sólo se habían coronado una vez en su historia (hoy cada uno ha agregado tres celebraciones de título). Y el América, mayor rival de la Máquina, tenía también ocho campeonatos, dos menos de los que ahora acumula a pesar de su propia historia reciente más de fracasos que de éxitos.

Los celestes han tratado de volver a levantar el trofeo pero ya han sido 30 torneos infructuosos, mientras que los Xolos de Tijuana, fundados hace menos de seis años como club de fútbol y con tan sólo tres temporadas en la primera división ya tienen más coronas de liga que los cementeros en los pasados 15 años.

La espera ha sido eterna para el Cruz Azul; las decepciones, incontables, a pesar de números altamente positivos en el largo periodo.

Desde el gol de Hermosillo, la Máquina ha ganado 227 partidos de torneo regular a cambio de 150 derrotas y 141 empates. Pero en postemporada los números han sido grises, por no decir negros si se considera la calidad de jugadores y entrenadores del equipo: 29 juegos ganados, 21 empatados y 32 perdidos.

Y los datos prosiguen siendo dolorosos y llenos de contraste para uno de los llamados equipos grandes del fútbol mexicano pero que sinceramente ha perdido en la cancha esa denominación a manos de otros nuevos protagonistas como Toluca, Pachuca, Rayados y Santos Laguna.

Desde su último campeonato, el Cruz Azul ha llegado a la liguilla 22 veces, pero en 12 ocasiones no pasó de la primera ronda, en seis más se quedó en las semifinales y en cuatro disputó la final, perdiendo contra el Pachuca en el Invierno 99, Santos Laguna en el Clausura 2008, Toluca en el Apertura 2008 y Monterrey en el Apertura 2009. También hubo dos torneos que para los originarios del estado de Hidalgo actualmente avecindados en La Noria (Xochimilco) terminaron en la fase de repesca y seis en los que no se logró llegar a la postemporada.

Los nombres de Pablo Hernán Gómez, Alejandro Glaría, Daniel Ludueña, Sergio Amaury Ponce, Hernán Cristante, Humberto Suazo y Aldo de Nigris son parte de una lista de 'bestias negras' de la Máquina en finales, más otros como Jaime Lozano, Miguel Zepeda, Ramón Morales y Juan Carlos Cacho que dejaron heridas profundas con sus jugadas y goles en liguillas en los que el club cementero estaba llamado a concluir con la demora y finalmente ajustar sus deudas históricas de campeonato.

En total, Cruz Azul ha tenido desde su última gran conquista cuatro lideratos generales y 11 campañas en las que fue uno de los tres mejores en la tabla de posiciones; han desfilado por su banquillo nueve directores técnicos, seis que fueron campeones de liga con otros clubes (Tena, Enrique Meza, José Luis Trejo, Mario Carrillo, Benjamín Galindo y Guillermo Vázquez) y que se combinan para 10 títulos domésticos, y eso no incluye a otro estratega internacionalmente reconocido como Sergio Markarián.

Y como siempre cuando se habla del Cruz Azul y su ahora eterna historia de compromisos incumplidos y quebrantos en el corazón del equipo y sus seguidores, la pregunta recurrente es, ¿por qué?

La respuesta es mucho más difícil de encontrar que el optimismo por cada nuevo torneo y cada nueva oportunidad de olvidar el pasado. Si fue por errores técnicos, por fallas tácticas, por mala fortuna, por excesos de confianza, por débil convicción, por 'pecho frío' o por una supuesta maldición en la que resultaría difícil identificar a un culpable, lo importante para los cruzazulinos es simplemente ganar, y cuando eso suceda la celebración será, justificadamente, larga y escandalosa.

Hoy, a 15 años de distancia, Cruz Azul voltea a su pasado, aquel de gloria, urgido y desesperado, con una enorme losa de cemento sobre sus hombros.