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Del Potro también se llevó aplausos

TIGRE -- Juan Martín del Potro salió airoso de lo que fue una verdadera apuesta: su reencuentro con el público argentino tras su convulsionado último paso en septiembre por la Copa Davis.

Era una verdadera incógnita. La respuesta de la gente hacia el N° 7 del mundo era una de las cosas a seguir en estas dos exhibiciones con el suizo Roger Federer. Y, más allá de algún grito aislado, fue puro aplauso y reconocimiento desde los cuatro lados.

También, claro, hubo dos variables que no deben dejarse de lado. La sabia y acertada decisión de Del Potro de ponerse en todo momento en segundo plano de Federer, sabiendo que éste era lo importante en estos días, y la presencia -quizá- de un público menos fervoroso que el que generalmente acude a las series de Copa Davis.

Así, desde el anuncio del conductor del evento hasta el saludo de despedida, Del Potro volvió a sentirse en casa. Sonrisas, regalo de remeras al público y una caricia al ego del argentino. Un mimo que, sin dudas, le hacía falta. Aunque él mismo dijera, en la conferencia del martes, que estaba muy contento de volver a jugar en la Argentina y evitar tocar el tema Copa Davis, en su mente seguramente estaba la duda de cómo iba a ser recibido. Ganó tranquilidad el miércoles y sumó confianza el jueves.

Se dio el gusto de recibir a Roger en su país, recibió el cariño de la gente y además fue un gran rival para el suizo en la Argentina, jugando dos partidos de alto vuelo. Hoy, aún sin sanar del todo las heridas de septiembre, hubo un impasse de sonrisas para Del Potro en su país. Habrá que ver cómo y cuándo será su próxima presencia en una cancha local. La Davis de febrero parece lejana. Mientras, duerme más tranquilo.

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