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Chelsea y su título más anhelado

Didier Drogba fue el gran héroe de los Blues para conseguir el título europeo AP

BUENOS AIRES -- José Mourinho, el técnico más exitoso en la historia del Chelsea, no había podido conseguirlo. Pero su sucesor, Avram Grant,
quien asumió el cargo interinamente, llegó a la final y, si no fuera por unos
desafortunados penales, casi se le da.

André Villas-Boas fue buscado por el multimillonario ruso por su lauros en el Porto, donde había conquistado la Europa League y, porque
también es considerado un "discípulo" de Mourinho. Él tenía que ser el hombre que llevara una Orejona a las vitrinas de Stamford Bridge. Pero
la paciencia de Roman se agotó en apenas ocho meses y no le dio chances de demostrar si podía o no.

Roberto Di Matteo sucedió al portugués como interino, llegó a la final y esta vez consiguió lo que nadie: la primera UEFA Champions League
para Chelsea. Las vueltas del destino...

Pero el camino hacia Munich comenzó mucho antes, allá por septiembre de 2011. André Villas-Boas debutó con buen pie y también con mano firme.
Dejó en el banco a Frank Lampard y para John Terry, ni eso. Se la jugó por Fernando Torres -que andaba muy bajo- ante la lesión de Didier
Drogba y le salió muy bien, porque el español dio las dos asistencias en el justificado triunfo 2-0 sobre Bayer Leverkusen, en Stamford
Bridge.

En Mestalla tampoco estuvo Terry, pero sí Lampard, quien anotó el gol, pero la ventaja fue neutralizada sobre el final por Soldado para el
Valencia.

En la tercera fecha, goleó cómodamente al Genk belga en Londres y dio un paso grande hacia octavos, sin Terry entre los convocados, otra
vez...

Después de una primera rueda sin sobresaltos, las dudas que habían empezado aparecer en la Premier League y, por las cuales ya se empezaba a
hablar de separaciones en el plantel y la mala relación de Villas-Boas con la "vieja guardia", se trasladaron a Europa. En Bélgica, Ramires
logró la ventaja, David Luiz falló un penal que pudo ser el 2-0. Chelsea no supo definirlo, Genk le empató y le postergó la clasificación.
Terry y Lampard estuvieron en el banco. El segundo ingresó, el primero no.

El equipo de Villas-Boas llegó golpeado a Leverkusen, tras el punto en Bélgica y luego de perder con Liverpool en la liga. El DT puso por
primera vez de inicio a Terry y Drogba, pero salió peor de Alemania porque, pese al gol del marfileño, sufrió una agónica derrota y complicó
aún más su continuidad en el torneo.

En la última fecha en Stamford Bridge, Chelsea goleó 3-0 al Valencia de la mano del inoxidable Drogba. En realidad, el resultado habla mucho
mejor de los Blues de lo que fueron. Porque el africano consiguió la ventaja rápido, el equipo se abroqueló atrás y lo definió de
contragolpe. Fue mucho más que el boleto para octavos, también significó oxígeno para el DT.

El 2012 empezó complicado para Chelsea y la caída por 3-1 en Nápoli, por la ida de octavos de final, fue un golpe casi definitivo para
Villas-Boas, quien días después reconocía públicamente que Roman Abramovich estaba "decepcionado" con la marcha del equipo y cuando el ruso
se pone mal...Dos partidos más duró el portugués, quien fue despedido tras sólo ocho meses y luego de los 15 millones que había costado su
desvinculación del Porto.

Roberto Di Matteo, ayudante del Villas-Boas, asumió como interino, la misión de rescatar a un equipo que no se estaba clasificando a la
Champions 12/13 en la Premier, entonces, la única opción era ser campeón. Cosa que parecía altamente improbable en ese momento.

Los comienzos con Di Matteo no fueron fáciles, pero el ítalo-suizo volvió a darle lugar a la "vieja guardia" y justamente, Drogba, Terry y
Lampard marcaron tres de los cuatro goles que sirvieron para dar vuelta la serie ante Napoli, lo que significó el pasaje a cuartos de final
en Londres. Era el comienzo de la epopeya.

Para el inicio de la siguiente serie en Portugal, Di Matteo sacó a relucir su gusto por el Catenaccio. Dejó en el banco a figuras como
Drogba, Lampard, Essien y Sturridge para reforzar la retaguardia y buscar ahogar la creación del del Benfica. Jugado al contragolpe, con el
gol de Kalou se volvieron en ventaja a Inglaterra.

En Londres, con el 1-0 a favor, fue Benfica el que tuvo que salir a buscar y Terry asumió el liderazgo para mantener al fondo en orden.
Mediante un penal, Lampard amplió la diferencia y entonces el equipo de Di Matteo se volcó definitivamente a un juego defensivo. El conjunto
portugués empató a los 85', justo cuando Chelsea se había decidido a adelantarse. Y Meireles firmó el 2-1 en el descuento, de un final
vibrante. Boleto a semifinales en mano. Increíble. Pero tocaba cruzarse con Barcelona, favorito absoluto.

Pero Di Matteo tenía un plan...¿A Barcelona le gusta tener la pelota? Entonces se la regalo, habrá pensado el DT. En su concepto, no era tan
necesaria. Le plantó una muralla al entonces equipo de Pep Guardiola y confió todo el poder ofensivo en pelotazos para Drogba. La idea
funcionó. El marfileño marcó en el final del primer tiempo y no hubo paciencia catalana que pudiera cambiar las cosas.

La segunda semifinal estuvo llena de guiños para Chelsea, claro, eso visto en retrospectiva. Porque en el momento, para todos, Barcelona
debió ganarlo y estar en la final en Munich. Y es que Di Matteo otra vez apostó a meterse atrás y el acedio culé no dio respiro. A los 12'
Cahill debió irse lesionado y a los 37' Terry fue expulsado. Duro golpe para los Blues, justamente en su defensa. Y lo sintió. en ocho
minutos, Busquets e Iniesta consiquieron una ventaja que los clasificaba. Pero Barcelona se equivocó y Ramires descontó en el tiempo añadido
a la primera etapa.

En el inicio del complemento, Leo Messi falló un penal. El equipo español nunca se cansó de buscar, pero le faltó puntería. Alexis Sánchez
anotó el 3-1 a los 81, pero fue anulado por off-side. Dos minutos después, Messi se perdió otra gran ocasión. Y si no fue esa...De contragolpe
-no había otra manera-, Fernando Torres mató cualquier esperanza del Barça, con el gol del 2-2, a los 92. Europa se quedó con la boca
abierta. El equipo de Guardiola que deleita los ojos futboleros quedó afuera y el antiestético Chelsea se colaba en una definición en la que
nadie lo esperaba.

Como en la serie anterior y más en el escenario del Allianz Arena, el gran favorito de la final era Bayern Munich. El partido tuvo la misma
tónica de los duelos con Barcelona. El equipo bávaro fue dueño del balón y del juego ante un Chelsea muy retrasado y conservador. La final
parecía ser para el olvido, hasta que el minuto 93, Thomas Müller anotó de cabeza el gol que parecía ser el del campeonato. Pero estos Blues
sabían actuar bajo presión y Drogba obligó a los alemanes a guardar el confeti, al menos 30 minutos más.

El tiempo suplementario vio a un Chelsea más animado, con otra actitud. Sin embargo, fue Bayern el que tuvo la chance de ponerse arriba, pero
Arjen Robben, exblue y figura del once germano falló un penal y el equipo inglés salió fortalecido mentalmente. No hubo más goles, pero el
final fue intenso y pudo ser para cualquiera.

En los penales, el gran arquero Manuel Neuer pudo transformarse en el héroe de la noche, al detenerle el primer disparo a Mata. Pero Cech
emparejó la serie en el cuarto tiro alemán (a Olic). Quedaba un penal por lado. Sebastian Schweinsteiger estrelló el balón contra el poste,
mientras que Drogba convirtió el suyo e inscribió su nombre y el de Chelsea, por primera vez, en la historia de Europa.

Seguramente, este campeón no será recordado como uno de los más brillantes, pero después de todas las dificultades y obstáculos que superó
Chelsea para llegar a la cima, que no quepan dudas que esta vez tenía que ser.