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Ofensiva en serie

BRISTOL -- En la vida hay que tomar decisiones. El éxito o el fracaso dependen si las decisiones son buenas o son malas.

Este año, cuatro equipos erraron en sus ofensivas por decisiones concernientes a sus coordinadores. Dos de esos equipos, Jets y Pittsburgh están eliminados. Otro, Chicago, ha perdido cinco de sus últimos siete partidos y peligra su clasificación. El último, Baltimore, parece haber recuperado el sentido común en lo que respecta a su ofensiva y está semana amarró el título de su división después de tres derrotas consecutivas.

Para que una ofensiva funcione es necesario que se conjuguen tres factores: 1) la filosofía ofensiva; 2) tener a los jugadores que puedan implementar esa filosofía; y 3) un QB capaz y deseoso de ejecutarla.

Durante años se ha debatido si un equipo deben de buscar el tipo de jugadores ideales para un sistema específico, como lo hizo San Francisco durante años con el sistema Costa Oeste; o, adaptar el sistema al talento de sus jugadores, como lo hizo Miami cuando pasó de ser un equipo que enfatizaba el ataque terrestre a un que lanzaba cuando seleccionaron a Dan Marino. Esta decisión depende del entrenador en jefe y del gerente general. Los problemas empiezan cuando el tipo de jugadores no van con un sistema, o cuando un "superestrella" sacrifica el bien común a favor del logro personal.

Tomemos cada ejemplo por separado.

Jets
Después de no alcanzar por primera vez la postemporada en su gestado como entrenador en jefe, Rex Ryan optó por despedir a Brian Schottenheimer como su coordinador ofensivo. En sus primeros dos años dirigiendo el ataque de los Jets, Schottenheimer estableció un ataque terrestre demoledor. Fueron la mejor ofensiva terrestre en 2009 y la cuarta mejor en 2010. En ambos años fueron un equipo que tuvo más acarreos que pases y junto con una defensiva sofocante llegaron a disputar al campeonato de su conferencia. La historia cambió en 2011, cuando decidieron que su QB, Mark Sánchez, estaba listo para subir de nivel entre los QBs de la liga y buscaron tener una ofensiva más abierta. Un problema fue que dejaron ir a dos receptores, Jerricho Cotchery y Braylon Edwards, con los que Sánchez se entendía bien, y no los reemplazaron adecuadamente. Otra dificultad que tuvieron fue encontrar un tackle derecho adecuado después de la salida de Damien Woody. La producción ofensiva declinó y el chivo expiatorio fue Schottenheimer quien fue despedido.

Para recuperar su identidad de equipo corredor, Ryan contrató a Tony Sparano como su coordinador ofensivo. Sparano, recién despedido como entrenador en jefe de Miami, había sido el coordinador del ataque terrestre un año bajo Bill Parcells. Su única experiencia como coordinador ofensivo había sido en Boston University de 1990-93. Los resultados no han sido positivos. Mark Sánchez, sin tener receptores de calidad a su disposición, ha retrocedido en su técnica individual y ha perdido la confianza como jugador. El sistema de Sparano, y la selección de jugadas, no le ayudaron a explotar sus cualidades ni a esconder sus deficiencias. La presencia de Tim Tebow en el equipo, y su participación esporádica durante los juegos creo una situación inestable y voluble.

En las últimas semanas los Jets buscaron recuperar su identidad como equipo corredor y tuvieron victorias impresionantes contra Indianápolis y San Luis, pero en general han sido un buque navegando a la deriva sin un rumbo definido. Sánchez fue relegado a la banca. Brincaron a Tebow como opción de titular y el experimento con Greg McElroy fue un rotundo fracaso frente a San Diego.

Jets tendrá que empezar desde abajo con un QB nuevo, un coordinador ofensivo diferente y buscando receptores de mejor nivel.

Baltimore y Chicago
Baltimore y Chicago tienen situaciones similares. Ambos cuentan con equipos formados para implementar un ataque terrestre con poder, pero cuentan con QBs de segundo nivel con ambiciones de QB élite. Jay Cutler y Joe Flacco anhelan tener la libertad para cambiar jugadas y ejecutar ofensivas en serie como lo hacen Tom Brady, Peyton Manning, Aaron Rodgers y Drew Brees. El problema es que ninguno de ellos tiene el nivel de Brady, Manning , Rodgers ó Brees, ni la calidad de receptores o ni la filosofía ofensiva de estos.

El coordinador ofensivo de Baltimore era Cam Cameron, altamente respetado como seleccionador de jugadas en la NFL. Sus mejores años fueron en San Diego de 2002 a 2006 bajo Marty Schottenheimer. La filosofía de Marty, era ser un equipo que corría con poder con un FB de primer nivel que fue Lorenzo Neal escoltando a un gran corredor en LaDainian Tomlinson. Al mando de Cameron, al ofensiva tuvo su mejor año en 2006 cuando fueron la unidad más prolífica de la NFL anotando 496 puntos. Fue el tercer año consecutivo que la ofensiva de Cameron anotaba 400 puntos ó más. Los QBs esos años fueron Drew Brees del 2002 al 2005 y Philip Rivers, ambos jugadores que seguían las instrucciones de su entrenador en jefe y coordinador sin ínfulas de gloria.

Cameron y Flacco llegaron a Baltimore en 2008. Calificaron a la postemporada los dos primeros años en un sistema diseñado para proteger el balón y controlar el tiempo de posesión. La llegada de Ray Rice en 2009, y su desarrollo como corredor principal creó un conflicto de filosofías. A principios de 2011, Flacco declaró públicamente que quería la iniciativa de la ofensiva. Los problemas con Cameron empezaron cuando John Harbaugh despidió a Jim Zorn, y nombró a Cameron como entrenador de QBs. A pesar de contratar a Vonta Leach, el mejor FB de la NFL, ese año, los Cuervos pasaron de ser un equipo que corría con poder y se convirtieron en un equipo que pasaba de manera inconsistente. Lograron clasificar a la postemporada gracias a una defensiva de primer nivel bajo el mando de Chuck Pagano.

La contratación de Pagano como entrenador en jefe de Indianápolis y la ausencia de varios jugadores importantes como Jarret Johnson, Cody Redding y, durante seis partidos, Terrell Suggs, trajo una mediocridad defensiva no vista en Baltimore en toda su historia. Este factor, conjugado con una ofensiva sin dirección, produjo a un equipo que ganó partidos con dificultad ante rivales mediocres y que entró en una racha de derrotas que propició el despido de Cameron después de la Semana 14.

El domingo, en su segundo partido como coordinador ofensivo, Jim Caldwell no quiso buscarle la cuadratura al círculo, y optó con un ataque terrestre con poder usando a Ray Rice como Cameron usó alguna vez a LT. Rice tuvo 24 acarreos para 107 yardas y seis recepciones para 51 con un TD. El novato Bernard Pierce contribuyó con 14 acarreos para 123 yardas y con esa ofensiva, Baltimore arrolló a los Gigantes de NY.

Qué fácil es el fútbol americano cuando se usa el sentido común.

Chicago tiene una situación parecida que empezó este año con la designación de Mike Tice como coordinador ofensivo. El problema el ataque de los Osos se vio venir desde principios de temporada cuando el mismo Tice declaró públicamente que todavía no definía cuál sería su filosofía ofensiva... ¡¡En serio!! Tice, que al igual que Caldwell, había sido entrenador en jefe pero NUNCA coordinador, se ha visto perdido en su selección de jugadas y en sus esquemas de protección y de bloqueo. Jay Cutler, quien tampoco es una perita en dulce, ha tenido varios altercados con Tice durante partidos. Con la llegada de Brandon Marshall y Michael Bush al equipo, y la selección de Alshon Jeffery en el draft, Chicago parecía tener las armas ofensivas para complementar a una de las mejores defensivas de la NFL. Después de 16 semanas tienen la ofensiva Nº 28 de la NFL en yardas totales y la Nº 16 en puntos. Es necesario mencionar que en esta última estadística se incluyen los TDs en regresos que tiene el equipo que son un total de diez.

Lovie Smith no es el tipo de entrenador que haga cambios durante la temporada, pero el año próximo anticipo a Jeremy Bates, el predilecto de Cutler, como coordinador ofensivo de los Osos. Esto asumiendo que Smith regresa como entrenador en jefe.

Pittsburgh
En Pittsburgh se anticipaba un relación difícil entre Todd Haley y Ben Roethlisberger. Haley siempre ha tenido dificultades con sus jugadores y QBs a lo largo de su carrera. Se dice que es la única persona que ha logrado que Kurt Warner diga maldiciones. Big Ben tenía una relación estrecha con Bruce Arians, su antiguo coordinador quien volvió a brillar este año como CO y entrenador en jefe interino en Indy. Mike Tomlin tomó la decisión de despedir a Arians porque se decía que Big Ben hacía lo que quería, que improvisaba demasiado, y que arriesgaba su salud y longevidad.

Con Haley se esperaba un mayor énfasis en el ataque terrestre y un sistema de pase más conservador con más pases cortos. Después de un comienzo inconsistente que vio a los Acereros lograr una marca de 3-3, Pittsburgh parecía haber entrando en ritmo con tres victorias consecutivas. Big Ben completaba el 67 por ciento de sus pases con 16 TDs y sólo cuatro intercepciones y se le empezaba a mencionar como candidato a jugador más valioso. Hasta que llegó el peor equipo de la liga a estropear la temporada de Pittsburgh. En un lunes por la noche contra Kansas City, Roethlisberger salió seriamente lastimado dislocándose una costilla, lo cual puso en peligro su vida, y lastimándose el hombro derecho.

Pittsburgh no ha sido el mismo desde entonces. Roethlisberger ha perdido los dos partidos que ha iniciado lanzando intercepciones en tiempo extra que le facilitaron el triunfo a Dallas y Cincinnati respectivamente. Después del partido de Dallas se quejó de la selección de jugadas de Haley. Brandon Carr, quien interceptó para Dallas, comentó que sabía cuál jugada iba a mandar Haley debido a que conocía su estilo ofensivo desde los años que compartieron en Kansas City.

Respecto a Pittsburgh surgen varias preguntas respecto a su ofensiva: ¿Cuál es la filosofía? ¿Quién controla la ofensiva en Pittsburgh, Haley o Big Ben? ¿Por qué Tomlin ha permitido este tipo de indisciplina? ¿Tuvo daño permanente Roethlisberger? ¿Peligra su futuro como se ha rumorado recientemente?

Las respuestas tendrán que llegar pronto a un equipo que está ya eliminado.

Les deseo una muy Feliz Navidad.

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