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Dos que están listos para dar el salto

BUENOS AIRES -- Aquel éxodo masivo de jugadores argentinos hacia Europa de finales de los 90 y comienzos del nuevo siglo tuvo un efecto contrapuesto: por un lado dejó tambaleando a la Liga Nacional, pero al mismo tiempo generó una marcada evolución en el juego de muchos de ellos, que resultó determinante para robustecer a la selección nacional y en los magníficos resultados por esta conseguidos.

Desde diversos sectores se empieza a alimentar la idea de que sería bueno que algunos de los valores jóvenes de Argentina emigren en busca de su desarrollo personal, lo que por carácter transitivo será beneficioso para el seleccionado.

Por supuesto que el cuadro de situación no es el mismo que hace 15 años. En Argentina la competencia se consolidó económicamente, mientras que la crisis que se vive en Europa achicó mucho el margen de maniobra de sus clubes. Aunque siempre el poder del euro marcará diferencias, hoy la desigualdad se estrechó.

Esto puede comprobarse en los muchos jugadores que podrían haber continuado en Europa, pero decidieron regresar.

Pero hoy la realidad es distinta también porque la oferta de jugadores de jerarquía no es tanta. En la época anterior los clubes de Europa se llevaron a grandes jugadores, a otros correctos y a algunos de dudosos méritos. Pero todos apostaban. Económicamente les era redituable a las dos partes.

Claro que muchos jugadores pensaron que el solo hecho de jugar en Europa ya era provechoso de cualquier manera. Entonces recalaron en categorías de flojísimo nivel, que en algunos casos contribuyeron negativamente en el desarrollo de esos jugadores.

En la actualidad se redujo tanto la demanda como la oferta, por eso en los últimos años fueron más los que hicieron el camino de regreso, que los que cruzaron el Atlántico buscando dar un salto de calidad en lo deportivo y lo económico.

Entre los jugadores sin experiencia en el exterior, hay dos casos que sacan la cabeza por encima del promedio general y que parecen estar aptos para una experiencia en Europa: Marcos Mata y Facundo Campazzo, ambos de Peñarol de Mar del Plata.

Mata (alero, 26 años y 2,00) se muestra en un momento ideal para dar ese salto. Tiene la talla y la capacidad atlética que exige el medio europeo, pero además es idóneo técnicamente, con buen tiro a distancia y poder para penetrar y rebotear.

En cuanto a Campazzo (base, 21 años y 1,78), lo que le falta en centímetros, lo compensa con una fortaleza e intensidad fuera de lo común para un jugador con esa altura. Es rápido y tiene una aceptable puntería de larga distancia. Además, es agresivo en defensa, algo siempre bien valuado.

Ambos jugadores podrían encajar perfectamente, tanto en España como en Italia, por virtudes deportivas, las que se potenciarían en medios tan competitivos. Pero no solo esas cuestiones influirán para que puedan marcharse.

Tener pasaporte comunitario será fundamental, pero también lo será que les salga una opción positiva. Los grandes clubes europeos será complicado que se fijen en ellos, ya que por poderío económico apuntan a figuras comprobadas, de esas de las que se espera rendimiento inmediato, mientras que a los argentinos deberían darles un tiempo de adaptación.

En cambio equipos de segunda y hasta tercera línea de Europa pueden ser buenas alternativas para su progreso, aunque ahí habrá que ver hasta dónde pueden estirarse esos clubes con su oferta y cuál sería su lugar en el equipo.

Es posible que ambos jugadores, del mismo modo que lo hizo un consagrado como Pablo Prigioni para llegar a la NBA, resignen la parte económica en un principio, para ir detrás del desafío que les representa el medio europeo.

Sea cual fuere el destino final, para que se cumpla el objetivo, necesitarán recalar en un equipo en el que sean tenidos en cuenta. Pasar demasiado tiempo sentado en el banco de relevos, más que progreso, se decantará en involución.

Tanto Mata como Campazzo vienen confirmando virtudes y margen para seguir mejorando. Un ambiente tan competitivo como el de Europa colaboraría en su crecimiento.

Mata termina su contrato con Peñarol al final de esta temporada en la Liga Nacional y podría decidirse por partir, en cambio a Campazzo le queda una temporada más de su vínculo con el equipo marplatense. La juventud del cordobés invitaría a tener paciencia y no partir apresuradamente.

Suena poco probable que el club acepte que se marchen al mismo tiempo, sobre todo si se confirma el alejamiento del entrenador Sergio Hernández, quien proyecta un tiempo de descanso.

Entre los jugadores jóvenes con proyección también aparecen Nicolás Laprovíttola (base, 22 años y 1,86), Marcos Delía (pivote, 20 años y 2,06) o Franco Giorgetti (alero, 20 años y 2,01), entre algunos otros, como quienes pueden albergar alguna expectativa de llegar a Europa. A los dos últimos, sobre todo, les debería servir otro ejemplo, el de los jugadores que se afirmaron primero en la LNB y recién cuando lo lograron, fueron por más...

Pero lo cierto es que a corto plazo todo indica que la selección argentina estará integrada, a diferencia de lo que pasó en la última década, por más jugadores de la Liga Nacional que por los que vienen del exterior.

Los resultados y los rendimientos individuales durante los próximos años demostrarán cómo influye esa nueva realidad.

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