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Mancini, un tipo insoportable

Mancini se enojó con Balotelli y Cucurto con Mancini Gentileza Daily Mail

AMSTERM --Mientras en toda Europa arrecia un frío tremendo. Yo recién llego a Amsterdam. Invitado por el Palacio Real, vengo a recibir el Premio Príncipe Clauss, junto a mis compañeros de Eloísa Cartonera. Pasaré unos días inolvidables junto a la Reina, Máxima, su marido, y el otro Príncipe Constantine. Apenas llego, camino por los canales de Amsterdam y desde mi ventana del hotel L`Europe, el más exclusivo de Amsterdam que, dicho sea de paso, significa entre ríos. O sea que, Amsterdam, vendría a hacer una especie de ciudad construida entre los ríos.

Toda Amsterdam está convulsionada por la pelea de ayer por la mañana entre el genial Balotelli, un crack indiscutido y el mediocre, maleducado e insoportable director técnico Mancini. Aquí, en esta ciudad de juguete, todos están a favor del grone. ¡Y cómo no estarlo si es un crack! Al fin y al cabo, el que entra a la cancha y brinda espectáculo es Balotelli, mientras que Mancini no es más que un burócrata agrandado, creyéndose que se las sabe todas.

¡Y no es así, señores, porque Balotelli tiene chispa! Mientras que Mancini se toma este deporte demasiado en serio, se llena la boca de palabras llenas de superprofesionalismo, en medio de una práctica te toma a golpes con uno de sus dirigidos, con el supuestamente, niño malo de la clase. ¿Cómo se entiende? Mancini no debería dar el ejemplo. Eso dicen los holandeses en sus diarios, en la calle y sueñan con que Balotelli venga a jugar a Amsterdam.

Yo también sueño con que Balotelli venga a jugar a Argentina, ¡le haría tan bien al fútbol argentino!

A este mundo del fútbol le hacen falta jugadores distintos, "barderos", impredecibles, tipos que se salen de la regla o mejor dicho, jugadores para los cuales no existen las reglas. Patear una pelota es todo.

Y lo que vimos en ese intercambio de golpes en la práctica del City no es más que un cruce de estilos e ideologías. Están los caretas insoportables como Mancini, a los cuales lo único que les importa es ganar a cualquier costa. Estos señores tratan a sus jugadores como si fueran mercancía, les dan órdenes y órdenes y no lo dejan ser.

Por eso la actitud de Mario Balotelli debe ser una llamada de atención para los organizadores del fútbol. Los jugadores se están cansando de ser maltratados por los dirigentes y sus directores técnicos.

Todo esto se comenta en Amsterdam, cuando hasta la Reina está a favor de Balotelli.

Pedante, engreído, insoportable, así es el técnico del City, quien ya tuvo serios cruces con otros jugadores, entre ellos un jugadorazo, un tipo muy bueno y disciplinado como Carlitos Teves quien jamás tuvo un problema con nadie. Recordemos que, en este incidente, Mancini lo mandó al frente con la misma hinchada.

Mancini es así, en vez de proteger a sus dirigidos, los expone, los ridiculiza y hasta parece que quiere pegarles en público.

Para el mundo del fútbol (donde nadie se sale de la raya) sería una obviedad que el City tenga que tomar medidas ejemplares. Mancini también tiene que tener una sanción. Él también es empleado del club y faltó a su trabajo como profesional.

El más dañado en este asunto es Mario Balotelli, el crack, el jugador distinto, el irreverente revolucionario irresoluto. Balotelli, un tipo que llevó tragedia y humor a las canchas del mundo. Ojalá continúe jugando al lado de Carlitos, pues los dos, junto a Sergio Agüero son los mejores jugadores que tuvo el City en cien años. ¿No se da cuenta el ridículo de Mancini