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El héroe mostró su peor cara

Cuando era pequeño seguía unas historietas semanales de un personaje que pasaba por todo tipo de aventuras. Un día la trama terminó con el héroe amarrado y amordazado en un hueco infectado de cocodrilos hambrientos sin ninguna posibilidad de escape. La espera del siguiente capítulo fue larga y llena de preocupación. Recuerdo haber acampado cerca del kiosco para espiar la llegada de la camioneta de la editorial con la continuación de la saga y, de hecho, casi no le di tiempo a que le quitaran los plásticos protectores de lluvia que cubrían a todo el lote de revistas. Al abrir el ejemplar, la historia comenzaba de la siguiente manera: "Luego de matar a los cocodrilos y salir del hueco...".

No sé si fue una estrategia del autor en reconocimiento de la poca importancia que realmente tenía la manera como sobrevivía el héroe o simplemente la imposibilidad de encontrar otra vía de escape, pero en algo me recuerda a Lance Armstrong.

Vamos a saltar los tradicionales párrafos sobre la vida y logros del ciclista para ir directo al grano. La duda que me generaba la supuesta confesión del siete veces ganador del Tour de Francia, horas antes de su transmisión, se basaba en como enmarcaría las palabras y hasta que punto aceptaría toda su culpa. Estamos hablando de una persona que, junto a su equipo de asesores legales, ha salido victorioso en innumerables problemas y procesos legales a pesar de no haber dicho la verdad. Esos mismos abogados, en mi opinión, tuvieron la tarea de prepararlo para minimizar los posibles efectos e impacto legal de su conversación con Oprah .

Si Armstrong cometía un error en la manera como confesaba se abriría un abanico de acciones legales en su contra de una magnitud considerable.

El fundador de Livestrong negó bajo juramento la utilización de sustancias prohibidas como parte de un proceso de arbitraje con una compañía aseguradora que no quería pagarle un bono de 5 millones de dólares por sus victorias en el Tour de Francia. Eso implica que cualquier confesión posterior podría significar el regreso de más de 7.5 millones de dólares adjudicados en esa disputa más no el cargo de perjurio al haber prescrito, a menos que haya sido interrumpido que es algo no confirmado hasta los momentos.

Está la amenaza de una demanda federal por la utilización de más de 30 millones de dólares en el equipo del US Postal Service que podría, al incluir daños, llegar a 100 millones de dólares. Un diario en Londres pagó 500 mil dólares al estadounidense en un juicio por difamación y seguramente le gustaría recuperar ese dinero más los intereses correspondientes.

Adicionalmente, muchas personas afectadas en todos estos años por ataques públicos/legales de Lance pudieran aprovechar esa oportunidad para iniciar sus propios procesos por difamación. Finalmente no es descabellado pensar que algunos patrocinantes se incorporarían a la piñata legal alegando daños a su brand o imagen. En fin, el panorama legal no era fácil, sólo había que esperar la confesión.

Oprah no perdió tiempo el jueves 17 de enero e inició la entrevista de la siguiente manera:

Oprah: ¿Te dopaste en tu carrera?
Armstrong: Si

Oprah: ¿Usaste EPO en tu carrera?
Armstrong: Si

Oprah: ¿Usaste transfusiones de sangres en tu carrera?
Armstrong: Si

Oprah: ¿Usaste otras sustancias prohibidas en tu carrera?
Armstrong: Si

Oprah: ¿Usaste sustancias prohibidas para ganar los 7 Tours de Francia?
Armstrong: Si

La entrevista continuó con detalles sobre la manera como el ciclista utilizó las sustancias prohibidas y otros puntos adicionales pero ya el mal estaba hecho. El camino para los abogados está abierto y ya veremos hasta donde llega la cantidad de demandas que se iniciarán incluyendo las mencionadas anteriormente.

¿Hacía falta la confesión para ejercer acciones legales contra Armstrong? Con todo el caudal de pruebas recolectadas por USADA y en otros trabajos serios de información se puede llegar a la conclusión que no. A Roger Clemens le siguieron un juicio por perjurio teniendo como principal testigo a una persona de dudosa reputación, mientras que con el ciclista se cuenta con el testimonio de 11 compañeros de equipos y otras evidencias desde hace algún tiempo que lo involucran con el tráfico y consumo de sustancias prohibidas. Ahora sin duda que la confesión facilita las cosas.

¿Por qué no se inició una demanda por perjurio contra Armstrong a pesar de las pruebas existentes mucho antes de la confesión? No tengo la respuesta, habría que preguntarle a los fiscales responsables si, de nuevo, se confirma su prescripción.

Los verdaderos motivos de la confesión nunca se sabrán, a menos que uno haga un gran esfuerzo para creerle algo a Lance Armstrong. Si es para poder continuar con los triatlones o con el fin de limpiar al deporte a estas alturas creo que poco importa. No estoy en contra de darle segundas y terceras oportunidades a las personas, por el contrario soy fiel retrato de la imperfección humana. Este es un caso complejo de errores, manipulaciones, extorsiones, acosos, amedrentamientos y bullying de alguien considerado como uno de los grandes ejemplos deportivos y humanos de su generación que ahora desea reinventarse y limpiar de nuestras memorias muchas cosas detestables.

Lance Armstrong cayó en un hueco lleno de cocodrilos hambrientos y, al ser protagonista/autor de esa historia, nos quiere vender el próximo ejemplar comenzando con "luego de matar a los cocodrilos y salir del hueco...".

Usted es libre de ir a su kiosco preferido para continuar leyendo sobre sus hazañas.

-El Licenciado Arturo Marcano es el especialista en leyes de ESPN.