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Se suspendió Central-Newell's

ROSARIO -- Un policía herido en el cuello en medio de una batalla campal entre efectivos e hinchas de Newell's Old Boys llevó este domingo al gobierno santafesino a suspender el clásico de fútbol de Rosario.

Casi una decena de hechos de violencia se habían esparcido desde hace una semana en distintos puntos de Rosario y este domingo continuaron en el Parque de la Independencia donde un policía fue baleado en el cuello y un hincha resultó con el glúteo agujereado por perdigones de bala.

Sobre el final de la jornada, el ministro de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, precisó que hubo "diez detenidos" y también que se halló "un arma nueve milímetros en la pensión de Newell's".

Las pedradas cruzadas con un grupo de hinchas de Central que pasaban mientras los de Newell's terminaban de almorzar en las parrillas junto al Estadio Marcelo Alberto Bielsa, aproximadamente a las 16, trocaron a disparos de armas de fuego y enfrentamiento con la policía que reaccionó al punto de meterse en el club donde había socios disfrutando de la jornada.

Pablo Orellano, agente de la comisaría 5, entró grave al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y hasta hubo trascendidos de que había fallecido, aunque primero fue el secretario de gobierno municipal Fernando Asegurado el que confirmó que el policía estaba vivo y luego el propio médico que lo operó, Sebastián Rena, quien explicó que el herido estaba fuera de peligro y lúcido.

"Está en buen estado de salud, es buena la evolución, no ha tenido lesiones de gravedad. Se le ha realizado una exploración quirúrgica y gracias a Díos el proyectil no ha tocado órganos vitales", precisó el cirujano en declaraciones para Radio 2.

El médico añadió que el policía que cumple funciones en la Comisaría Quinta "está en el área de estados críticos, pero consciente", e inclusive que hicieron pasar a la madre para que lo vea y "se quede tranquila".

Respecto de la herida, el facultativo, explicó: "Por la trayectoria que tenía parecía de bastante seriedad y por eso se lo llevó a quirófano lo antes posible".

Rena aclaró que durante la interervención quirúrgica se optó por no retirar el proyectil para evitarle daños innecesarios al paciente. El mismo jefe médico también dijo que se atendió a un hincha que recibió una herida causada por un perdigón "en la zona glútea" y que posteriormente ese simpatizante "fue retirado del hospital incluso por la Policía".

El ministro Lamberto fue quien dispuso la suspensión al ver que el plantel de Newell's, concentrado en el predio Ricardone, no se animaba a salir cuando habían pasado las 18 y casi 20 mil hinchas de Central ocupaban gran parte del Gigante de Arroyito frente al río Paraná.

Un bochorno que tuvo de todo, impericia oficial para darle seguridad a un clásico, declaraciones imprudentes y mucha impunidad.

"Falló la operatoria de inteligencia", sostuvo el titular de Newell's, Guillermo Lorente, impulsor de que en estos clásicos hubiera público visitante.

Aún con lo que pasó, siguió en su tesitura al apuntar que el entorno hubiera tenido "otra contención".

Como si la violencia fuera ajena a Central, su presidente, Norberto Speciale, sin empacho soltó que el partido se suspendió porque "hubo una parte que no vino" y que "el problema no es nuestro", deslindando la responsabilidad en Newell's.

Los dos clubes hace tiempo cobraron el millón que pagó la empresa World Eleven de Guillermo Tofoni, por lo cual la dirigencia defendió a capa y espada jugar estos clásicos.
Es que en su momento se creía que Central iba a ascender y ello no ocurrió.

Como para conformar a los hinchas de Central que se quedaron en el estadio, las autoridades del club decidieron hacer un entrenamiento abierto y que los simpatizantes tuvieran cierto contacto con los futbolistas. Inclusive les pidieron a jugadores que no iban a estar ni en el banco que se cambiaran para participar de la práctica especial.

Terminó en bochorno. Los jugadores apenas si estuvieron en la cancha pues quedaron perdidos entre una marea de hinchas que coparon el campo de juego y más por malas que por buenas se hicieron de las camisetas y pantalones auriazules.

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