<
>

Ofensiva en serie

Jim Harbaugh apostó a Colin Kaepernick como mariscal de campo, y el joven QB respondió. USA TODAY Sports

BRISTOL -- Empezó lenta, con partidos hasta cierto punto tediosos en la semana de comodín, pero recordaremos los playoffs de la temporada del 2012 de la NFL como una de las más emotivas y trascendentes de los últimos tiempos.

Antes que nada, es necesario hacer una aclaración sobre un tema delicado. He escuchado críticas sobre la decisión de Jim Harbaugh de alinear a Michael Crabtree mientras es investigado por la policía de San Francisco por un supuesto abuso sexual. No comparto esas críticas.

Como decía mi padre, QEPD, "a una mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa". El abuso sexual y la violencia hacia una mujer es una ofensa imperdonable. De acuerdo a declaraciones de los mismos jugadores de San Francisco, esa es la postura de Harbaugh. Es la única falta que, de acuerdo a Dashon Goldson, no está dispuesta a perdonar su entrenador en jefe.

En el caso de Crabtree, no se ha comprobado si en realidad hubo o no abuso sexual o violencia contra una mujer. En los Estados Unidos, una persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad sin una causa razonable de duda.

Hasta el momento no existen pruebas contra Crabtree, sólo acusaciones. Es posible que haya cometido los actos de los que lo culpan, pero también es posible que sean sólo elucubraciones de una persona tratando de aprovechar la celebridad de un joven que carece de juicio. Recientemente seguí una historia similar que involucraba a dos jugadores de fútbol americano de la Universidad de Texas que habían tenido relaciones íntimas, pero que días después fueron acusados de abuso sexual. Al final fueron exculpados por tratarse de una persona que, aprovechando la situación, buscaba extorsionar a dos figuras públicas.

Estoy seguro que si se le comprueba a Crabtree que cometió este tipo de actos indebidos, será suspendido por Jim Harbaugh del equipo y posiblemente despedido. Espero no haya víctimas en esta situación y que se resuelva positivamente. De una forma u otra, debe de servir de lección para el futuro.

Hablando de Crabtree, hice un análisis para "NFL Semanal" sobre la dependencia de Colin Kaepernick de él en el juego de pase. Contra Green Bay le lanzó once pases y completó nueve. Al resto de los receptores del equipos les lanzó ese día 20 pases y sólo completó cuatro. Solicité al departamento de estadísticas de ESPN el índice de QB de Kaep con Crabtree y con el resto del equipo. El primero fue de 131.6 y el segundo 89.7 para una diferencia de más de 40 puntos.

Después de ver este dato la estrategia defensiva de Atlanta parecía ser obvia: 1) no dar espacios a Colin Kaepernick y forzarlo a lanzar; y 2) neutralizar a Michael Crabtree. Eso fue lo que hicieron, pero el plan no les resultó. Normalmente la ofensiva de los 49ers usa entre seis y nueve acarreos de su QB, la mayoría por diseño. Contra Atlanta tuvo una escapada de 23 yardas, y un acarreo planeado en el que perdió dos. Crabtree terminó con seis recepciones para 57 yardas y no fue factor.

El comienzo del partido parecía indicar que Kaep jugaba como un QB con sólo 8 partidos como titular. Tom Brady también asumió el puesto titular en su segundo año por lesión al QB titular (Drew Bledsoe). Estas son las estadísticas de Brady en su noveno partido al frente de los Pats: 19 de 27, 185 yardas, sufrió dos capturas y lanzó un TD con dos intercepciones para un índice de 70.8. Nueva Inglaterra perdió ese partido contra San Luis 17-24. Las estadísticas de Kaep el domingo fueron: 16 de 21 para 233 yardas, con una captura y lanzó un TD sin intercepción para un índice de 127.7.

El éxito de Kaep se debe primero que nada a su gran talento y precocidad deportiva, pero también al elenco que lo rodea y a Greg Roman, su coordinador ofensivo. Roman tuvo fe en Kaep contra Atlanta. Kaep no defraudó. Con el marcado 0-17 y teniendo todo tipo de problemas a la ofensiva, me preguntaba si Jim Harbaugh usaría a Alex Smith si la siguiente serie ofensiva terminaba sin puntos. Nunca tuvo la necesidad de evaluar esa posibilidad anotando TD en una serie ofensiva de 11 jugadas y 80 yardas. SF estableció primero su dominio en la línea de golpeo y procedió después a confiar que su QB respondería a la presión. En circunstancias difíciles y de gran presión, Kaep empezó a lanzar en primera y segunda oportunidad. De acuerdo a Trent Dilfer, colega de ESPN, Colin Kaepernick lanzó 15 de 16 pases en primera o segunda oportunidad contra Atlanta, y con Crabtree neutralizado, encontró otras opciones, especialmente Vernon Davis. Davis tenía sólo siete pases en los últimos siete partidos. Terminó con cinco recepciones para 106 yardas con un TD.

Atlanta no tuvo respuesta. Una y otra vez esta temporada han demostrado que cuando llega el momento de fajarse los pantalones y ganar los partidos en las trincheras, se arrugan. A la ofensiva dejaron de ser los mismos en el momento en que Matt Ryan lanzó una intercepción. Por segunda semana consecutiva perdieron una ventaja considerable. Este domingo no pudieron tener un regreso milagroso.

El libro de la historia de Colin Kaepernick está apenas en sus comienzos. En el campeonato de la NFC se añadió otro capítulo de la historia. Este se trató del QB que sí puede ganar lanzando, que sí puede encontrar diferentes opciones y que sí puede remontar marcadores en momentos apremiantes. Yo fui de los que criticó la decisión de Jim Harbaugh de sentar a Alex Smith, quien por fin estaba jugando a un gran nivel. Mi postura era que Harbaugh sacrificaría el presente para establecer una posible dinastía con una ofensiva diferente y un QB de mucho talento pero sin experiencia.

Todavía pienso que el Alex Smith del 2012 habría llevado a su equipo al Super Bowl, pero también veo las opciones ofensivas que se abrieron para San Francisco con Colin Kaepernick de QB. Kaep tiene en Harbaugh a un entrenador en jefe que es un maestro desarrollando QBs. Alguien que no está casado con un sistema ni con un estilo de juego. Lo que hizo con Andrew Luck en Stanford fue completamente diferente a lo que está haciendo ahora en SF con Colin Kaepernick.

Sólo espero que este muchacho, que parece ser centrado y maduro más allá de su años, entienda lo que requiera ser un grande en esta posición: trabajo, disciplina y sobre todo un gran respeto por el juego. Vendrán muchas tentaciones y distracciones. Para bien de los aficionados a SF, pero en particular, a los que amamos este deporte, espero sepa manejarlas. Montana, Young, Kaepernick... hay que irse acostumbrando.

De Baltimore, ¿qué se puede decir? Es otra de las historia que hace de esta una postemporada inolvidable. Cada año un equipo que parece descarriado repunta para convertirse en el equipo "del destino". Sucedió con los Gigantes en 2007 y 2011, con Green Bay en 2010. ¿Cómo no puede ser el equipo del destino cuando convierten en 4 y 29 para ponerse en posición de empatar a San Diego? ¿Cuántas veces se ven pases de 70 yardas para TD faltando 41 segundos y sin tiempos fuera?

Baltimore se sobrepuso a la adversidad, mantuvo la fe y aprovechó situaciones favorables en sus últimos dos encuentros. En Denver supieron atacar a Peyton Manning y neutralizarlo después de la lesión de Knowshown Moreno. Contra Nueva Inglaterra ajustaron su plan ofensivo para atacar a la secundaria de los Pats después de la lesión de Aquib Talib. Una clave del éxito es aprovechar las oportunidades que se presentan y Baltimore lo supo hacer.

Al final, lograron su pase al Super Bowl por dos razones: 1) fueron el equipo más duro físicamente. Pare mediados del tercer cuarto su línea ofensiva tenía el control del partido, y su línea defensiva frustraba a Tom Brady; y 2) tuvieron mayor determinación y deseos de triunfo. Ray Lewis es el jugador emblemático de Baltimore, Tom Brady el de Nueva Inglaterra. Lewis jugó con un brazo lesionado y terminó con 14 tacleadas. Brady, en cuarta y cuatro por avanzar de su yarda 19, a 8:40 del final, perdiendo por 15 puntos y con buenas posibilidades de conseguir el primero y diez, decidió deshacerse del balón en lugar de arriesgar el pellejo por su equipo al estilo John Elway en el Super Bowl XXXII.

Brady quería ir al Super Bowl, pero no pagar el precio de entrada.