Brian Windhorst 11y

Sin lugar para rencores

BOSTON -- Parece que puede ser difícil sacar mucho veneno cuando la magia te ha dejado.

Hubo juego físico, algunos insultos aparentemente originales e intimidatorios de Kevin Garnett que despertaron en Carmelo Anthony una extraña ira pasiva-agresiva, y chismes jugosos sobre estos insultos que dejaron a Facebook y Twitter en llamas.

Pero, ¿qué fue esto? Un público serio, casi apacible, de Beantown que al parecer trató a Anthony con más respeto que angustia. Una falta casi sobrenatural de conversaciones en la cancha, al menos según un par de jugadores de los Knicks. Y Anthony hasta ayudó a Garnett a levantarse después de una caída.

"No hay rencores entre yo y KG", dijo Anthony. "Se cayó, y le ayudé a levantarse".

Nadie sabía exactamente qué esperar, pero un brote de cortesía y una afición tibia no estaban en el menú. Con excepción de algunos empujones benignos entre Garnett y Tyson Chandler en medio del último cuarto y un puñado de molestos que hicieron referencia al supuesto insulto infame de Garnett, no hubo nada extraordinario.

"Yo creía que iba a ser un ambiente hostil", dijo Anthony. "Fue un bastante tranquilo".

Dijo Amar'e Stoudemire: "Pensaba que el público iba a ser un poco más grosero".

Podría tratarse de la ciudad de Boston rechazando cientos de años de reputación o -- y esto es mucho más probable -- una base de fans y un equipo de Celtics que tenía preocupaciones más importantes que desquitarse en contra de un hombre que se veía amenazante a medias de pie en un muelle de carga rodeado por una docena de guardias de seguridad como Anthony el 7 de enero.

Los Celtics terminaron con su quinta derrota consecutiva cuando los Knicks capturaron su mejor victoria en tres semanas para llevarse un triunfo por 89-86. La victoria cortó la racha negativa de 11 derrotas consecutivas de New York en Boston -- que databa del 2006, antes de las llegadas de Garnett, Ray Allen y Rajon Rondo -- y le inyectó algo de vida a un conjunto de Knicks que de pronto se siente bien acerca de sus perspectivas nuevamente.

El entrenador de los Celtics, Doc Rivers, se salió de la reserva a principios de esta semana después de una derrota en Detroit, amenazando con entregar boletos de ida fuera de la ciudad si algunos de sus jugadores no repuntaban. Fue tan emocional que el presidente del equipo, Danny Ainge, tuvo que retractarse por los comentarios de Rivers al día siguiente, empezando por la palabra "realista" y luego básicamente negando todo lo que Rivers había dicho en una combinación de enojo y frustración.

Desde entonces, los Celtics han perdido dos más, uno a principios de esta semana en Cleveland, donde Kyrie Irving se los comió vivos con 40 puntos, y el jueves. Boston jugó con mucha más agresividad, desde Paul Pierce, quien se enteró antes del partido que los entrenadores del Este le habían negado un lugar en el Juego de las Estrellas, hasta Rondo, quien hizo su típico despliegue por televisión nacional con un triple-doble.

Para un equipo que ha tenido problemas con la intensidad y el esfuerzo por momentos esta temporada, los Celtics realmente jugaron como un equipo que estaba más desesperado que vengativo. Y aún así lo patearon, literalmente, al perder el balón dos veces en el último minuto para ayudar a los Knicks a resistir.

"Si viera este esfuerzo cada noche estaría muy contento", dijo Rivers.

Los Knicks también tenían cosas más importantes en la cabeza que tratar de refritar viejos rencores. Tras perder cuatro de sus seis partidos anteriores, habían perdido todo el colchón que tenían sobre los equipos que les seguían en la tabla. Además, no jugaban realmente bien de manera consistente desde que Raymond Felton quedó fuera por una lesión en el dedo el mes pasado.

Luego, los Knicks vieron el equipo de arbitraje con los veteranos Joey Crawford y Dick Bavetta, y supieron que de todas maneras no debían forzar su suerte. La NBA dice que no cambia las asignaciones para los partidos de la temporada regular, así que puedes describirlo como un feliz accidente.

"Incluso antes de pisar la cancha, sabíamos el [arbitraje] que habría, así que sabíamos qué clase de partido iba a ser", dijo Anthony.

Cuando todo terminó, Stoudemire había entregado su mejor actuación en general desde que regresó de una cirugía de rodilla con 15 puntos y nueve rebotes. Iman Shumpert, quien también viene de una lesión en la rodilla, fue una influencia fuerte y positiva. J.R. Smith acertó lo que resultó ser el tiro ganador con 1:11 minutos de juego por delante y forzó una pérdida de balón sobre Pierce hacia el final. Anthony anotó 28 puntos en 28 tiros, pero mostró confianza al final del partido cuando los Celtics aplicaron marcas dobles.

Y Felton anunció que regresaría el sábado, cuando los Knicks jueguen en Philadelphia. De pronto, los Knicks están a punto de entrar en su etapa más saludable desde el inicio de la temporada y tienen una buena victoria sobre la cual construir.

"Estamos luchando por mantenernos en la punta de la división", dijo el entrenador de los Knicks, Mike Woodson. "Teníamos que ver de qué estábamos hechos, y nuestros muchachos respondieron al llamado".

^ Al Inicio ^