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Shayne Skov, hecho en México

PIEDMONT -- El primer jugador producto del fútbol americano de México que llegue a la NFL, tendrá que esperar al menos un año más. El apoyador de la Universidad de Stanford, Shayne Skov, decidió que jugará su último año de elegibilidad colegial en vez de tratar de subir al fútbol americano profesional.

"Disfruto demasiado del fútbol americano en la Universidad, de mis compañeros y de todo, que prefiero jugar mi última temporada en este 2013", dijo Shayne Skov en su casa en Piedmont, California, un suburbio de Oakland.

"He tenido ya cuatro años excelentes", añadió. "Y quiero aprovechar todo lo que pueda por el lado de la escuela y del fútbol americano. Es un programa increíble, donde he hecho unas amistades increíbles".

Skov, nació en San Francisco, pero desde muy pequeño se mudó junto con toda su familia a Guadalajara, donde conoció por vez primera el deporte de las tacleadas, al igual que su hermano menor Patrick.

Ambos comenzaron a jugar en el Club Carneros A.C., la institución más reconocida de fútbol americano en el occidente de México; los dos ya habían jugado básquetbol y algunos otros deportes en Guadalajara.

"Mi papá me llevó para que conociera el fútbol americano", dijo Shayne. "Nunca me había interesado, la verdad. Ni siquiera me gustaba mucho el golpeo en principio y estaba muy flaco".

Shayne jugó tres temporadas para Carneros en categorías infantiles y en dos quedó campeón.

"Teníamos un equipazo", recordó. "Quedamos campeones y poco a poco comencé a enamorarme del fútbol americano. Comencé a crecer y darme cuenta que podía jugarlo a buen nivel.

"Para mi segunda temporada también empezó a gustarme el golpeo", agregó. "Jugaba de profundo y a veces de receptor. Fueron buenos tiempos".

El padre de Shayne, Peter Skov, jugó futbol americano en California hasta nivel preparatoria. Se casó y poco tiempo después decidió mudarse a Guadalajara por las bondades del clima templado, algo que los médicos habían recomendado a su esposa Terri, la madre de Shayne, enferma con arteriosclerosis.

"Siempre me gustó el fútbol americano y quería que mis hijos jugaran", comentó el padre. "La verdad nunca imaginé que mis hijos iban a conocerlo en México".

Shayne regresó a Estados Unidos para comenzar la preparatoria, mientras que su hermano Patrick se quedó en Guadalajara con el resto de su familia. Ahora, Patrick es fullback también en la Universidad de Stanford, y jugó las siete categorías infantiles de Carneros.

"Era mucho mejor que yo", dijo Shayne. "Él era el bueno. Era el mejor corredor de la liga. Anota cinco, seis, siete… touchdowns por partido. Golpeaba fuerte. Era el mejor de todos los Carneros".

Patrick dijo que sus mejores recuerdos con Carneros de Guadalajara fueron sus amigos y compañeros, así como sus cinco campeonatos nacionales.

"Pero también en preparatoria decidí regresar a Estados Unidos, como mi hemano Shayne", mencionó. "Vine para acá y comencé a jugar futbol americano en mi preparatoria. Poco me creían que yo había aprendido el deporte en México".

Después de su primer año de preparatoria en su hogar de Piedmont, donde vivía con unos familiares, Shayne decidió pedirle a su padre que lo internara en una escuela de Nueva Jersey. Patrick prefirió el área de Nueva York.

"Quería estar cerca de mi hermano, pero no tan cerca como para vivir en la misma escuela", dijo Patrick. "Nuestra familia se había quedado en Guadalajara y yo tenía mucha ilusión de vivir cerca de mi hermano, ya que desde muy pequeño, cuando él regresó a Estados Unidos, ya sólo nos veíamos en vacaciones".

Patrick regresó a jugar sus últimas temporadas en Carneros, tres veranos en fila, porque extrañaba a su familia y al equipo de sus amores. Mientras, Shayne, convertido en una estrella nacional del fútbol americano de preparatorias a escala nacional, recibía invitaciones de los mejores programas colegiales del deportes.

"Pero ni por un momento dudé que prefería a Stanford", aseguró. "Yo soy de aquí y aquí volví cuando me regresé de Guadalajara. Por acá, la gente o quiere ir a Stanford o quiere ir a California en Berkeley; a mí me invitaron ambas".

Shayne llegó a Stanford reclutado por Jim Harbaugh, actual entrenador en jefe de los San Francisco 49ers, que el 3 de febrero enfrentarán a los Baltimore Ravens en el Super Bowl XLVII.

Harbaugh consideró que Shayne tenía talento natural, pero era difícil para él creer que venía del fútbol americano de México.

"Tiene mucho talento y estoy seguro de que llegará a la NFL", dijo Harbaugh. "Es un tipo que trabaja muchísimo y tiene gran habilidad para el futbol. Es un líder en la cancha y fuera de ella. Es un gran estudiante, igual que su hermano Patrick".

Shayne, ahora de 6'3" de altura y 250 libras de peso, llegó a la universidad en el 2009, pero se lastimó la rodilla y fue operado, por lo que perdió casi toda la temporada del 2011. Fue uno de los capitanes de Stanford en el Rose Bowl anterior, que ganaron el 1 de enero pasado 20-14 a Wisconsin.

Desde que llegó a Stanford, primero bajo el mando de Harbaugh y luego del entrenador David Shaw, nunca ha ganado menos de 11 partidos y ha estado en cuatro juegos de la Serie de Tazones de Campeonato (BCS, por sus siglas en inglés).

"Nunca me arrepentiré que preferí venir a Stanford, en vez de ir a otras escuelas de otras conferencias como el SEC y SCC, que se supone son más fuertes", indicó. "Hemos vivido grandes experiencias aquí, que no cambio por nada del mundo".

Su hermano, comenzará las prácticas primaverales como el fullback titular de Stanford.

"Los entrenadores hablaron conmigo y la posición será mía salvo que no haga suficiente para conservarla", dijo Patrick. "Este año, mi primero activo, me metían sólo en equipos especiales. Pero sé que voy a jugar mucho a la ofensiva en el 2013".

Para muchos, la próxima temporada, en la que Skov será capitán de la universidad, será uno de los candidatos All-American entre los mejores de la nación.

"Creo que puede ser mi mejor temporada, ya que estaré sano por completo", anticipó. "La temporada pasada, al principio, aún tenía molestias en la rodilla; no me curaba por completo, y sé que me puede ir mejor en el draft de la NFL, si juego al 100 por ciento todos los partidos la próxima temporada. Esa es otra razón por la que me quedaré un año más en la escuela. Quiero que vean al mejor Shayne Skov".

Skov, y el resto de su familia, hablan perfecto español; una de sus dos hermanas, la menor, nació en Guadalajara; su padre se naturalizó hace algún tiempo, y él, igual que Patrick, sueñan con hacerlo pronto.

"Sólo necesito tiempo para irme a Guadalajara para hacer todos los trámites", dijo Patrick. "Somos mexicanos de corazón y de residencia; aún considero que es mi casa. Me considero afortunado de que llegué a México tan niño".

Los hermanos Skov recibirán este sábado un homenaje en la sede de los Carneros --a donde aún regresan en verano y en su tiempo libre para entrenar niños en el club-- quienes dedicarán un campo de juego con su nombre.

Su padre, dueño de un negocio de hamburguesas llamada Guadalagrill en Guadalajara, aún colabora de manera altruista con la organización de fútbol americano infantil y juvenil.

"Le debemos mucho a Carneros y es lo mínimo que podemos hacer, tratar de ayudar en la medida de nuestras posibilidades", dijo Shayne. "Son como una familia para mi.

"Y si algo te aseguro es que cada vez que alguien me pregunta si soy un producto del fútbol americano de México que aspira llegar a la NFL, contesto que sí", añadió. "Estoy orgulloso de eso y sé perfectamente de dónde vengo".

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