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Ni a los talones

NEW ORLEANS -- Randy Moss nos dio tema de conversación en esta semana de Super Bowl. El receptor abierto de los 49ers tuvo la puntada de autonombrarse el mejor jugador de su posición en la historia, "sin quererle faltar al respeto a Jerry Rice", según él. Estuve presente en el momento en que pronunció esas palabras en el Superdome, confieso que pensé que había escuchado mal y tuve que volver a reproducir la grabación.

Una pena porque su charla con los medios había sido, hasta ese momento, muy interesante. Habló de lo abatido que estaba Colin Kaepernick después de la derrota ante los Seahawks y de la forma en que sus compañeros lo ayudaron a pasar la página. "Son un gran fanático de 'Kap'", dijo Moss. También habló de su primer encuentro con Michael Crabtree, al que le dijo: "no he venido a quitarte tu lugar, vengo a aportar... Si en algo me puedes corregir, ten la confianza de decírmelo; porque quiero poder hacer lo mismo contigo".

Iba bien el señor Moss, hasta que lanzó el elogio en boca propia. Quien decida compararse con Jerry Rice saldrá perdiendo, de entrada porque sus tres anillos de Super Bowl y su balance numérico es simplemente arrollador.

Moss cumplirá 36 años en febrero de 2013. Suponiendo que jugara hasta los 40 años, cosa que no ocurrirá porque estaba prácticamente retirado en el verano, tendría que promediar 1,900 yardas, 140 recepciones y 10 touchdowns por temporada para alcanzar a Rice. Así de aplastante es la proporción.

Es cierto que Moss revolucionó la posición de receptor abierto. Las defensivas no tenían el antídoto para frenar a un jugador con su estatura y velocidad. Los esquineros se veían constantemente superados en trayectorias profundas. En sus mejores momentos, era un golpe de nocaut. Sin embargo, así como tuvo momentos brillantes, tuvo otros lamentables por su escasa dedicación, por sus desplantes de vedette y su falta de disciplina. Esa combinación simplemente no puede existir en el mejor de la historia.

Moss desperdició su talento en varias etapas de su carrera. Su último año en Vikings fue insufrible, los dos años que pasó en Raiders fueron para el olvido, y en Tennessee simplemente desapareció. Lo preocupante es que a estas alturas de su partido personal "no le caigan los veintes", no tenga la madurez, la sensatez para saber que no puede decir semejante disparate, ¡y menos con el uniforme de los 49ers, que Rice portó con tanto compromiso!

La vida le está poniendo en el camino una última oportunidad de ganar un anillo Super Bowl, debería aprovecharla y ser autocrítico. Antes de mencionar el nombre de Jerry Rice debe ponerse de pie, porque no le llega ni a los talones.

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