Jaime Vega-Curry 11y

Hablemos de los "Inadaptados"

BRISTOL -- Pregunta: ¿es usted de las personas que disfrutan de tomar riesgos? ¿De los que adoran el 'mucho que perder, poco que ganar', apostándole todo a ese 'poco'?

Entonces, atienda esta propuesta: busque un promotor boxístico, haga los trámites pertinentes y organice un torneo tipo 'todos contra todos' entre Sergio Martínez, Timothy Bradley y Austin Trout.

¿Quiere arriesgarse aún más? Bautícelo y promuévalo como 'Los Inadaptados'. Nadie le garantiza su éxito -- en efecto, probablemente el nombre sea contraproducente -- pero al menos será fiel a la realidad.

A simple vista, su gancho de ventas parece ser bueno. Los tres son campeones mundiales, que militan en divisiones cercanas entre sí y de mucho imán para el público. Suman un impresionante balance combinado de 105-2-2 y, sobre todo, los tres vienen de apuntarse las más importantes victorias de sus respectivas carreras, ante rivales de la talla de Julio César Chávez Jr., Manny Pacquiao y Miguel Cotto -- todos ellos reconocidos vendedores del 'pague-por-ver'.

Y si es así, ¿por qué les viene como anillo al dedo el mote de 'los inadaptados'?

Sencillo: son aquellos con habilidades especiales, dignos de admiración, pero que nadie los quiere. El olvido parece arroparlos irremediablemente, porque no logran entrar a esa corriente general en la que todos los demás navegan.

¿Es acaso su culpa?

Veamos.

'Maravilla' Martínez, poseedor de sólida pegada y un estilo que desluce a cualquier rival, fue considerado por largos meses como uno de los mejores tres peleadores libra por libra del mundo. Tras sus impresionantes victorias sobre Paul Williams y Kelly Pavlik, quedó enredado entre los entretelones del boxeo y se tuvo que conformar con un par de peleas de segundo nivel. Entonces, se le dio: logró su tan reclamado choque titular contra el hasta entonces invicto Chávez Jr.

Esa noche fue su consagración –y al día siguiente comenzó su segundo calvario.

Martínez conectó a gusto y gana a Chávez Jr., le ganó ampliamente los primeros 11 asaltos, demostró su cría al resistir una caída y consecuente embestida en el 12 y se apoderó del título mediano del CMB. Y cuando la lógica diría que los grandes combates estarían a la vuelta de la esquina, sus planes inmediatos se limitan a una defensa titular de poco rédito -- no en Las Vegas sino en Buenos Aires -- frente al británico Martin Murray y luego una potencial revancha ante Chávez Jr., quien mientras tanto se divierte ignorando a las autoridades y probablemente le hará esperar, una vez más, aunque ahora se hayan intercambiado los papeles de campeón y retador.

Al mismo tiempo, su victoria no parece haberle consolidado en las clasificaciones extraoficiales del mejor peleador libra por libra. Por el contrario, muchos le ha excluido de las primeras tres casillas y -- peor aún -- otros tantos ni siquiera le consideran el boxeador argentino más atrayente del momento, al concederle esa distinción a Lucas Matthysse.

Similar es el caso de Bradley. Aunque un asterisco lastra todo lo que tenga que ver con su carrera profesional -- por lo cuestionable de su victoria sobre Manny Pacquiao -- lo cierto es que fue, cuando menos, competitivo ante el filipino, y los libros dicen que está invicto y que es campeón mundial de las 147 libras. Pero desde que se efectuó esa pelea en junio, Pacquiao dejó claro que no le interesaba una revancha, el promotor Oscar de la Hoya ha descartado un choque contra Floyd Mayweather y su agenda a corto plazo permaneció meses encerrada entre dos signos de interrogación.

Ahora, esta semana se anunció su compromiso inmediato: se enfrentará al ruso Ruslan Provodnikov (22-1, 15 KOs) el 16 de marzo en el Home Depot Center en Carson, California. Nuevamente: ni su rival ni el escenario son de primerísimo orden, y no parece haber sido por elección propia, sino por falta de otros planes más interesantes.

Trout transita la misma ruta. Su 'delito' fue arruinar los planes que se tejieron a su alrededor, que lo colocaban en plan de víctima frente a Cotto para dejar la tarima lista para un combate Cotto-Canelo Álvarez. No fue así; Trout paseó a Cotto, y desde entonces ha gastado más energías en lanzar retos a los cuatro vientos, cual si gritara 'hey, estoy aquí, alguien acuérdese de mí', y no en sacarle provecho inmediato a la mejor demostración de su carrera profesional.

Los 'pecados' son diferentes, pero las consecuencias son un común denominador entre los tres.

Jaime Vega-Curry es el Deputy Editor de ESPNDeportes.com. Antes, desde 1989, trabajó como reportero y editor asociado de Deportes en el periódico El Nuevo Día en Puerto Rico, de donde pasó a dirigir el contenido deportivo de la cadena de medios impresos y electrónicos ImpreMedia desde Los Ángeles, California. Se especializa en Boxeo, Béisbol y Baloncesto, entre otros.

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