Dan Szymborski 11y

Buen negocio para los Marineros

Luego de mucha fanfarria, los Marineros de Seattle finalmente firmaron al as Félix Hernández con un contrato de siete años. Aunque no están disponibles todos los detalles del contrato, el acuerdo básico ya está cuadrado, y le garantiza al ganador del Cy Young de la Liga Americana en el 2010 el quedarse en Seattle hasta el 2019 a un costo de $175 millones.

El brazo de un lanzador es quizás una de las cosas más frágiles en el planeta, pero los contratos de los lanzadores superestrellas tienden a funcionar en más ocasiones que las que no. Las posibilidades favorecen a los Marineros de que obtengan una buena recompensa por su inversión en uno de los mejores lanzadores del béisbol.

Los lanzadores como grupo tienen una reputación bien ganada como inversiones riesgosas, pero si miramos los peores contratos en la era de la agencia libre, son los lanzadores de poca monta los que decepcionan. Los cuentos de malos contratos incluyendo los nombres de los ahora conocidos (al menos entre los gerentes) Wayne Garland, Chan Ho Park, y Darren Dreifort. Pero estos lanzadores, entre los otros contratos desastrosos que se pueden nombrar, no son Félix Hernández. Garland fue firmado con un contrato de 10 temporadas basado en una temporada como abridor, Dreifort tenía un largo historial de problemas en el brazo, y Park había tenido exactamente una temporada de nivel estelar en su carrera en ese punto. El Rey Félix no es poco experimentado, ciertamente no de forma ordinaria, y la última vez en que no llegó a 30 aperturas en una temporada, ni siquiera tenía edad para beber.

Desde el punto de vista de las proyecciones, el sistema de proyección ZiPS sugiere que en el mercado abierto, un jugador con las habilidades de Hernández podría conseguir unos $177 milliones hasta el 2019 en el mercado de agentes libres. Hernández no es agente libre, pero en esta etapa de su carrera, en la que ya es fabulosamente rico, con otros $40 millones garantizados, y universalmente considerado uno de los mejores lanzadores en el béisbol, los Marineros no iban a terminar con una ganga en sus manos.

Esta es obviamente una gran cantidad de dinero. Solíamos llamar a cantidades como esta como "dinero de Monopolio", pero para llegar a esos números, necesitaríamos unas 11,559 ediciones del juego de mesa. Pero los equipos no son pobres tampoco, a pesar de lo ellos han dicho desde los inicios del béisbol profesional hasta ahora. El béisbol es un gran negocio – incluso los Marlins no tienen que hurgar entre los cojines de los muebles de sus oficinas centrales para conseguir el dinero para pagar su nómina – así que los números de nueve cifras luego del signo de dólar no son tan horrorosos como si los viéramos en una factura eléctrica de nuestro hogar.

La cosa acerca de los $175 millones es que en realidad refleja que hay un riesgo significativo de lesión en todo esto. Hernández ha promediado cerca de 5 victorias por encima del reemplazo por temporada. Si pudiésemos garantizar absolutamente esas 5 victorias cada temporada por la duración del contrato y los salarios aumentan un 5 por ciento por año, uno podría esperar que ese jugador valga unos $270 millones de acuerdo con los precios al detal. Esos aproximadamente $100 millones que faltan son esencialmente el descuento por las probabilidades de lesiones, o simplemente la reducción en la efectividad de un jugador superestrella.

Así que, ¿cómo han resultado esos otros contratos de lanzadores estelares? Nos remontamos al 1990, y miramos a cada acuerdo multianual de cuatro años o más a un lanzador que haya terminado entre los primeros cinco en WAR en su liga en cada una de las anteriores dos campañas y que haya tenido tiempo suficiente de servicio para calificar a la agencia libre. ¿Por qué el 1990? Es duro echarle la culpa a los equipos por los errores tempranos en la agencia libre, ya que era un concepto nuevo en Grandes Ligas y no había mucha experiencia de la cual aprender. Luego en la década de los años 80, tienes los años de la conspiración – desde el momento en que Dave Winfield se convirtió en el jugador mejor pagado con un salario promedio de $2.5 millones en el 1980, pasó casi una década hasta que se rompió la barrera de los $3 millones.

Por cada lanzador abridor, tomé los salarios que se le pagaron, el valor estimado en el mercado de sus victorias por encima del reemplazo (basados en la información histórica de los contratos en toda la agencia libre), y se comparó su juego con los dólares que se le pagaron. Johan Santana también fue incluído ya que está a punto de concluir su contrato de cinco temporadas. Otros lanzadores como Cliff Lee todavía están comenzando sus acuerdos multianuales y no se les incluyó ya que los últimos años de los acuerdos, los que no han sucedido, son los más riesgosos.

Como pueden ver en la gráfica que les presentamos, cuando se habla de la firma de los mejores lanzaodres con contratos a largo plazo, pocos fueron desastrosos. Mike Hampton fue fácilmente el mayor fracas entre los jugadores, devolviéndole practicamente nada a los Rockies de Colorado y eventualmente, los Bravos de Atlanta, pero Hampton también fue un jugador con un historial mucho más pobre que el que tiene Hernández. Entre los lanzadores, incluso los peores contratos devolvieron casi la mitad de su valor, lo que es mucho más de lo que se puede decir con lanzadores agentes libres de segunda categoría.

Va a pasar la mejor parte de la década hasta que veamos como resulta el nuevo contrato de Félix Hernández, pero las probabilidades están a favor de que los Marineros reciban mucho del valor de su dinero. Los Marineros tienen un establo impresionante de lanzadores prospectos, así que tienen buenas oportunidades de que llenar gran parte de su rotación a lo largo del camino sin la necesidad de contratar otros lanzadores caros. Uno coloca sus fichas con su mejor mano y deja que las cartas caigan donde deben caer.

Si Félix Hernández le sigue los pasos a Randy Johnson y Ken Griffey Jr. (presumiblemente) al Salón de la Fama, lo hará en gran parte como un Marinero. Anótenle una a Seattle.

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