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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Marion Bartoli y el efecto Mauresmo
Ya sin la tutela de su padre Walter como entrenador, la francesa reveló que su nueva guía en el circuito será la flamante capitana de Fed Cup Amélie Mauresmo. El dato de su rol en la Federación no es menor, ya que fue Mauresmo la que convenció a Bartoli de volver a competir para Francia en el torneo entre países, luego de nueve años de desacuerdos y una relación tirante originada en el solo hecho de no poder contar con su padre/entrenador durante los entrenamientos del equipo.

"Para los torneos grandes, por lo menos, voy a trabajar con Amélie. Pero necesito encontrar a alguien más, porque un año no se conforma solo de Grand Slams, Indian Wells y Miami. Son muchos torneos y necesito a alguien conmigo cada semana", agregó la jugadora, que también tiene nuevo preparador físico: Xavier Moreau, ex integrante del equipo de trabajo de...Mauresmo. "Él la llevó al N°1. Creo estar en buenas manos", concedió Marion. De todas maneras, el lazo con su padre sigue estando: "Fue un largo proceso, hablamos mucho del tema. Lo quiero demasiado como para decirle: "Esto fue todo, se terminó". Aún lo llamo cada día. No es que nos peleamos ni nada parecido. Creo que él también piensa que esto me hizo bien, más allá de que no sea nada fácil para mí. Quiero decir, estoy sola ahora, no tengo a nadie de mi familia conmigo. Pero es parte del momento que atravieso en mi carrera y realmente siento que puedo apuntar más arriba. Y si eso requiere sacrificios y duros momentos, pues estoy lista para superarlos".

Un mosquito dando vueltas
El español Nicolás Almagro tuvo un ayudante de lujo durante su paso por Buenos Aires. Junto a él, codo a codo y minuto a minuto, estuvo su compatriota Juan Carlos Ferrero, exnúmero uno del mundo y ganador del certamen argentino en 2010. ¿Simplemente amistad? No, el extenista cumplió un rol mucho más importante. "Está aquí, y lo hará durante toda la gira latinoamericana, como mi asesor técnico. Mi coach sigue siendo Samuel López, pero en estas semanas me estará ayudando Ferrero", explica el undécimo del ranking, quien finalmente tuvo su punto final en Buenos Aires en las semis ante el suizo Wawrinka. Una particularidad: López también fue el coach de Juan Carlos. El círculo cierra perfecto.

Maradona para todos
El exfutbolista argentino pasó por el torneo de Dubai y resultó un foco de atracción aparte. La danesa Caroline Wozniacki fue una de las que conoció a Diego, a quien calificó como "la leyenda del fútbol". Pero el campeón del mundo en 1986 también posó con las campeonas de dobles Sania Mirza y Bethanie Mattek Sands y participó del sorteo prepartido entre Sara Errani y Sorana Cirstea. El exentrenador del Al Wasl se entusiasmó con el juego de la rumana, le tiró flores a Wozniacki y se lamentó por la baja de Serena: "Verla jugar es un show. Es espectacular", afirmó según lo atestigua la web local Sport360. Para cerrar, contó que va a volver para el torneo de varones, dijo que iba a entrenarlo a su compatriota Juan Martín del Potro durante la semana y se refirió a la ausencia de Rafael Nadal, que va a jugar en Acapulco: "Yo no soy el que organiza el evento, pero si lo fuera, creeme que Nadal estaría jugando aquí". 100% Maradona.

La (no) invitación de la polémica
Al no conseguir ingreso directo al ajustado cuadro de Dubai (el corte fue en el puesto 29), la rusa Svetlana Kuznetsova, N°46 del mundo y excampeona de Roland Garros (2009) y el US Open (2004) pidió un wild card que los organizadores no concedieron. En cambio, se inclinaron por la francesa Marion Bartoli (que por ranking no hubiera necesitado invitación alguna, pero no se pudo inscribir a tiempo por un "malentendido"), la británica Laura Robson y la kazaja Yulia Putintseva. Lejos de agotarse en ese rechazo, la historia continuó en boca de la propia Kuznetsova pero también tuvo eco en sus colegas.

"El torneo tiene el derecho de elegir a quien quiera, pero me parece el tipo de jugadora que debería estar siempre en un cuadro principal. De todas maneras estoy segura que en uno o dos meses va a tener el ranking como para hacerlo porque está jugando a gran nivel", apuntó Victoria Azarenka. Sin la correción política de la bielorrusa, Serena Williams fue más allá: "Es una campeona de Grand Slams, ¿cómo a tan grande jugadora no le dan un wild card? En su situación yo no jugaría". Es que Kuznetsova acabó disputando la clasificación y, por fin, consiguiendo su lugar en el main draw. "Aprecio el apoyo de Serena -cerró la rusa-, pero en mi situación, necesito jugar. Por un lado pienso lo mismo que ella porque creo merecer una invitación; no cualquiera se animaría a decir: "¿Sabes qué? No voy a jugar...". Pero al mismo tiempo creo que debo mantenerme humilde y probar que puedo hacerlo, que puedo pasar una qualy". Ya con el boleto al cuadro, se río de la situación: "Fue raro. Por momentos decía: "¿Dónde estoy? ¿En serio estoy jugando una clasificación?". Espero no tener que hacerlo de nuevo".

El futuro ya llegó
De paso por Memphis, torneo que ganó en 2006 y en 2012 y donde la última semana llegó hasta las finales de dobles junto a su compatriota Johanna Larsson, la sueca Sofia Arvidsson recordó una anécdota del año de su primer título. "Después de una práctica se me acercó un chico de unos 13 años y me preguntó: "Ey, ¿quieres pelotear un rato?" "Seguro...", contesté. Jugamos unos 10, 15 minutos y yo pensaba: "Wow, este chico es bueno...puede llegar a ser un gran jugador en el futuro"". No estaba tan errada Arvidsson en su pronóstico: el chico era Ryan Harrison, ex N°7 del mundo en Juniors y hoy, a poco de cumplir 21 años, ya figura 76° en el ranking ATP (y llegó a estar 46° en julio de 2012).

Diego... ¿qué?
Acababa de ganar su partido de primera ronda y era, sin dudas, el jugador del día. La sala de prensa en Buenos Aires lo esperaba para obtener sus impresiones, tras vencer al brasileño Thomaz Bellucci (38°) y conseguir así su primera victoria en un torneo ATP. Y arribó nomás, con una sonrisa de oreja a oreja. Y ese buen estado de ánimo se trasladó a su primer comentario: "¿Cómo me nombraste?", le dijo, entre risas, al presentador de la conferencia. "¿Cómo?", le pidió una repetición, con más sonrisas. "No, no es así. Es Diego Schwartzman", remarcó. Para que quede bien claro. Luego sí, sus impresiones de su gran victoria en Buenos Aires.

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