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El diario de Peyton Manning

Peyton Manning posa con las tropas y sus familias en la Naval Air Station Sigonella en Italia. USO Photo

BRISTOL -- Hace un año, Peyton Manning terminó una parte de un viaje en el fútbol americano profesional, una estancia de 13 temporadas con los Indianapolis Colts, y comenzó otra aventura que lo llevó con los Denver Broncos.

Avanzando hasta el presente. Manning recién terminó un nuevo viaje personal con la USO (servicio unido a las organizaciones, una organización sin fines de lucro que se encarga de llevar programas, servicios y entretenimiento a las fuerzas armadas de los Estados Unidos fuera de su territorio), visitando a los hombres y mujeres del ejército en lo que describe como un evento que cambió su vida.

En un recorrido que inició el 25 de febrero y culminó 3l 2 de marzo, Manning estuvo acompañado por el almirante, James Winnefeld, el vicepresidente de la junta de jefes del estado mayor y el segundo oficial de mayor rango en las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Manning fue presentado a Winnefeld por el entrenador de mariscales de los Colts, Clyde Christensen, quien también hizo el viaje junto con el receptor abierto agente libre, Austin Collie, el receptor de los Tampa Bay Buccaneers, Vincent Jackson, quien creció en una familia militar, y el ex lanzador de las Ligas Mayores, Curt Schilling, un miembro habitual en los viajes de USO.

Manning llevó un diario detallado de sus viajes. Cuando los miembros del personal militar leyeron algunas de sus entradas mientras el viaje estaba cerca de terminar, alentaron a Manning a compartirlo públicamente porque sentían que sería bueno para la moral de las tropas. Aquí está una versión editada de la visita de Manning a las fuerzas armadas:

LUNES, 25 DE FEBRERO

En el avión en este momento, estamos volando a Rota, España. Vamos a visitar a las tropas ahí todo el día, después volaremos a Nápoles, Italia, el martes por la noche para visitar a algunas tropas más. Hoy dios un recorrido por el Pentágono y fuimos al Walter Reed Hospital para visitar a los soldados heridos. Visité a muchos amputaos mientras estaban en su rehabilitación y aprendiendo a caminar con piernas ortopédicas. Sus actitudes sobre la vida, su determinación para mejorar y el deseo para permanecer en el ejército fueron muy inspiradores. Firmé muchos balones y me tomé muchas fotografías. Si alguna vez me quejo de algo otra vez, entonces sentiré vergüenza después de lo que vi hoy.

Nuestro líder en el viaje de la USO es el almirante, James Winnefeld. He estado hablando con él en el avión durante las últimas dos horas, y es el líder más impresionante con el que he estado. Le hice muchas preguntas acerca de sus ideas sobre el liderazgo y cómo puede relacionarse con jugar como mariscal de campo, y tuvo algunas ideas geniales. Nuestro país tiene suerte de contar con él.

El personal de rehabilitación aquí excepcional. Después de nuestra visita al Walter Reed, el almirante nos llevó a Curt Schilling, Clyde Christensen y a mí a la práctica de béisbol de su hijo de 14 años, John. Más tarde, ese mismo grupo se trasladó al Cementerio Nacional en Arlington para ver la Tumba del Soldado Desconocido y la de John F. Kennedy. Fue mi primera vez en ambos lugares. Tuvimos una cena en la casa del almirante, en un vecindario militar. Me dijo que el general Patton alguna vez vivió en esa casa. Lancé algunos pases con el hijo del almirante, L.J. Después abordamos un avión que se parecía al Air Force One por fuera y nos fuimos.

MARTES, 26 DE FEBRERO

Recién despegamos de España y estamos volando ahora a la Naval Air Station Sigonella en Italia. Vamos a ver a las tropas ahí y luego volaremos a Nápoles. En Rota, la primera parada que hicimos fue en el hangar del avión, donde estaban reunidos cerca de 40 o más miembros de la tropa. El almirante presentó la Estrella de Bronce a tres soldados que habían tenido una participación destacada en acción en Afganistán. Fue una ceremonia corta, pero un gran honor para esos tres soldados.

Visitamos a las tropas ahí. Después fuimos a la base principal y visitamos a más tropas y muchos miembros de sus familias. Muchos miembros de sus familias viven aquí con las tropas en la base o estaban de visita. Ese no es el caso en Afganistán, donde no estarán miembros de sus familias. Muchos balones de fútbol americano. Hable brevemente en el escenario y les agradecí a las tropas por su servicio. Les dije que una de las fuerzas que me han impulsado en mi carrera ha sido ser responsable por mi equipo, y en hacer mi trabajo para ayudar al equipo. En ningún lugar esa filosofía está más definida y se ve mejor que en nuestras fuerzas armadas.

El comandante de la base me dio tres nombres para que los llamara y les lancé un pase a cada uno de ellos, un balón firmado por mí, por Austin Collie y Vincent Jackson. Dos mujeres y un hombre. El hombre, Eric Wagner, y la primera mujer, Linda Pena, dejaron caer los pases dos veces, hasta que finalmente los atraparon. La segunda mujer, Mara Giardini, lo atrapó la primera vez. Todos ellos recibieron un gran aplauso cuando atraparon los pases. Tomamos fotografías del grupo con la gente presente, probablemente 200 personas o más. Las otras visitas serán mucho más amplias, según me han dicho. Estoy parado junto a Schilling en la fotografía. Su padre fue militar, y él es realmente bueno con las tropas. Les dijo que odia a todos los aficionados de los New York Yankees, excepto a los que pertenecen a las fuerzas armadas.

Un comentario que me movió fue cuando un soldado me agradeció por venir y "traer algo de casa" para él y sus compañeros. Eso me dijo que estábamos haciendo algo bueno por estos hombres y mujeres especiales. Déjenme decirles que todas las tiendas que venden balones aquí en España tienen que estar agotadas. Desearía haber traído algunos.

MIÉRCOLES, 27 DE FEBRERO.

En este momento estoy en el avión, volando de Camp Lemonnier, Djibouti, a Al Dhafra, Emiratos Árabes Unidos. Pasaremos la noche en un hotel ahí esta noche y después volaremos a nuestro siguiente destino en la mañana. Djibouti es hogar de cerca de 2,000 soldados. No hay familias aquí, únicamente personal militar. Lanzamos balones de nuevo. Tomamos fotografías y estrechamos las manos con las tropas. No venden balones en Djibouti. Todos los balones que firmé estaban raspados, porque las tropas los lanzan por toda la base.

Después de eso, fuimos a la cafetería y cenamos con los amigos. Me senté con cuatro chicos que son lo que ellos dicen Seabees, parte de la Naval. En realidad es CB, que quiere decir Batallón de Construcción. Ellos han estado aquí desde la Segunda Guerra Mundial. Ellos construyen cualquier cosa que nuestras fuerzas necesitan, pistas de aterrizaje, hangares, pequeñas bases de comando. Tomé algunas fotos más y firmé algunas cosas en la cafetería y después fuimos enviados al aeropuerto para volar de vuelta. Antes de eso, un soldado me tomó del brazo y me dijo que era de operaciones especiales de Colorado, que si podía ir a conocer al resto de equipo, quienes son de Colorado y grandes aficionados de los Broncos. Me dijo que tenía que ir con él a la oficina de su equipo, y que no debería llevarme allá debido a que es inteligencia altamente clasificada pero que más tarde pediría disculpas por ello.

Mientras caminaba por ahí le pregunté a un miembro del equipo del almirante, el capitán, Russ Meyers, "¿Qué significan operaciones especiales, exactamente?", y me dijo que estaba a punto de conocer a los SEALs de la Naval, todos de Colorado. Tomamos una fotografía de grupo, les agradecí por su servicio, y ellos me agradecieron por estar ahí. Después me dirigí de vuelta al autobús que nos llevaría al avión. Antes de que abordáramos, vimos despegar a tres F-16 uno tras otro. A una gran velocidad. He visto estos aparatos volando sobre mi cabeza antes de los partidos muchas veces, pero nunca los había visto despegar. Todo un espectáculo. Nos dijeron que no teníamos permitido grabar los despegues por razones de seguridad (Naturalmente, Schilling grabó todo con la cámara de su teléfono celular).

Aprendí que todos los SEAL de la Naval son personal destacado, pero también están los SEAL especiales. Ellos son conocidos como la Élite de la Élite. Ellos gastan como 100,000 rondas de munición al año en prácticas de tiro. Ellos hacen los trabajos más especializados (es decir, matar a Osama Bin Laden, a los piratas que secuestraron al capitán de un barco para pedir rescate unos años atrás). Es algo impresionante.

JUEVES, 28 DE FEBRERO
El jueves realmente fue impresionante. Volé en un C-2 desde el UAE hasta un portaaviones, el USS Stennis. No tengo permitido decir dónde se hallaba el buque exactamente, pero puedo decir que está a las afueras del Golfo Pérsico. Hicimos el aterrizaje en el buque como lo pueden ver en las películas con el cable de acero. Éramos cerca de 12, cascos y gogles puestos para despegar y aterrizar. Me tocó sentarme en la cabina de vuelo durante la mitad. Me dejaron hacer algunos anuncios en el sistema de altavoces. Anuncié que para aterrizar necesitábamos que Curt Schilling y el coach Clyde Christensen se sentaran en extremos opuestos del avión por problemas de balance de peso. Los pilotos tuvieron una buena carcajada.

El trabajo en equipo desplegado entre esos pilotos y la tripulación del barco fue absolutamente increíble. Una vez en el buque, vimos aterrizar otros aviones. Todos tenían un rol. Los de playera morada --uvas, como les llaman-- están a cargo de la gasolina. Los amarillos son directores de la cubierta de vuelo; los de blanco de la seguridad; los de rojo son para situaciones de riesgo, choque u ordenanza. Fue impresionante ver y entender cuán hábil es nuestro personal militar en este país, y con cuánto orgullo ejecutan su profesión.

Al bajar del avión nos recibieron el Capitán Ron Reis, el Almirante Troy M. "Mike" Shoemaker y el Capitán John Beaver. Tres sementales. Reis y Shoemaker son grandes líderes. Cinco mil navegantes a bordo, mucha gente que liderar. Hicimos el espectáculo de USO para una gran multitud. El público fue impresionante para el espectáculo. Muchos me dijeron que era un gran aliciente moral que fuéramos allí. Nos tomamos fotos grupales nuevamente con los marineros. Grandes personas. Mi cuerpo está muy desencajado por los viajes y las diferencias de horarios para no me canso, porque esta gente me emociona e inspira. Autografié un mortero para un marinero. Mi primer mortero. Me dijo que se había usado en la Tormenta del Desierto. Bastante genial.

Volamos de regreso estilo "Top Gun", de cero a 150 millas por hora en cerca de 2 o 3 segundos. Verdadera emoción y sacudida, similar a un golpe por el lado ciego cortesía de Bruce Smith. Aterrizamos de regreso en la UAE, y fuimos a la base militar de allí, Al Dhafra. Hicimos otro espectáculo en su base. Un chico tiró el balón tres veces, pobre tipo. Tuvimos que acercarlo mucho al punto que simplemente le dejé el balón para que pudiera completarlo. A la gente le encantó. Una oficial llegó por detrás de él y le robó el envío desde la misma distancia. El público enloqueció. De nueva cuenta hubo mucha gente que agradeció haberles llevado una parte de Estados Unidos hacia allá. De eso se trata.

VIERNES, 1° DE MARZO

Comenzamos temprano hoy con una salida del hotel a las 6:00 a.m. Abordamos un avión C-17 en Al Dhafra, dirigido a Bagram Airfield, Afganistán. Previamente, además del avión al USS Stenis, estábamos volando en C-40, el cual es un 737 azul y blanco. El C-17 es un caballo de avión. Es una aeronave gris con estilo militar. Se usa para transportar tanques, carros, Hummers, etc. Me senté en la cabina para despegar con otros tres pilotos, lo que fue excelente. Me dejaron usar los altavoces de nuevo una vez que alcanzamos altitud crucero. Los pilotos me dieron un buen léxico aéreo antes de apretar el botón, y los sorprendí con, "Les habla su capitán, el Capitán Manning, bienvenidos a bordo. Actualmente tenemos una altitud crucero de 40,000 pies, mirando a 35 grados hacia nuestro destino, Afganistán. Si miran por sus ventanillas verán bastante arena. Habrá desayuno servido en nuestra cabina de primera clase [la cual por supuesto que no existe en este avión] pero desafortunadamente para aquellos sentados en el puente, no tendrán suerte. [Collie y Clyde estaban ocupados tomando fotos afuera antes que abordáramos y nos subiéramos al avión tarde, así que tuvieron que sentarse hasta atrás]. Actualmente vuelo el avión, y quiero que se acomoden, se relajen y disfruten el vuelo. Cambio y fuera". Recibí una buena ovación del resto de la tripulación pero uno de ellos me dijo que cambio y fuera no era un término que usaban los pilotos, era un término de la tripulación de vuelo, el que usan los sobrecargos. Me disculpé y le dije que esa era la razón por la cual soy un atleta tonto y no un piloto de la Fuerza Aérea.

Después, experimenté algo por primera vez en mi vida. Había lanzado balones en muchos, pero muchos lugares. Botes, cárceles, escuelas, bases militares, hospitales, campos de golf, plazas comerciales, fiestas de cumpleaños, bar mitzvahs, botes de Mardi Gras, en el Barrio Francés, etc., pero nunca había lanzado en un avión. Y no hablo de pases flotados de 3 yardas. Estaba lanzado balas de 35 yardas a un chico que tenía las mejores manos en toda la gira de USO, el Soldado de Primera Stephen Gasperic. Estaba atrapando pases mientras intentaba evitar el equipaje, probablemente también había un par de misiles allá atrás. Cayó un par de veces en algunos pases altos, pero nunca soltó uno. Le dije que el entrenador John Fox podría necesitarlo para terceras oportunidades el próximo año, en la ranura contraria a Brandon Stokley. Winnefeld también estaba lanzando conmigo. Tiene un brazo sólido. Le pregunté si podíamos hacerlo, esperando que no molestara a la tripulación, etc. Me aseguró que para eso estábamos allí. Para levantar la moral, elevar los ánimos, de todos en la milicia. Fuerzas, pilotos, ingenieros, ustedes digan. Es lo que Bob Hope hizo años atrás y es lo que hacemos. Me hizo sentir bien.

Terminé mis pases del día con algunos patrones de lanzamiento a la Sargento de Personal Christine Myers. Todo fue sólido con ella, a excepción del inicio, cuando tiró dos pases. En el tercero, la coloqué en una ruta de gancho de 12 yardas, lo consiguió con esfuerzo, una gran recepción para touchdown. Le pregunté si quería celebrar y azotar el balón, dijo que sí pero no lo haría, pues no quería romper algún equipo de vigilancia a bordo. (Nunca había escuchado eso tras una anotación). Todo en conjunto fue un momento especial. Uno de los mejores momentos del viaje fue ver las sonrisas en su rostro. Todos los miembros de la tripulación de vuelo estaban grabando y tomando fotos de los pases. La mayoría de ellos logró atrapar uno.

Tras dos horas, y 40 minutos de pases mientras volábamos, aterrizamos en el campamento Bagram en Afganistán. Casa de alrededor de 13,000 militares. La nieve cubría las montañas por acá. Al salir del avión, mi humor cambió. Al igual que salir a un campo antes del partido. Simplemente con saber que llegaba a un lugar donde nuestras tropas enfrentan peligros todos los días. Es difícil describir con palabras, pero fue un sentimiento diferente. Nos recibió el Brigadier de la Fuerza Aérea, el General Joseph T. Guastella. Un hombre de hombres este tipo. Nos dijo cuán emocionados estaban estos hombres y mujeres al vernos. Otro oficial nos dijo que las víctimas han bajado mucho en comparación al pasado, lo cual es seña que los militares afganos están dominando más. Eso ciertamente son buenas noticias, pero preferiría escuchar que hay cero victimas. Un recordatorio más de los sacrificios que hacen estos hombres y mujeres. Saludé de mano a muchas tropas apenas me bajé del avión. Pude notar que estaban emocionados.

Nos transportamos a unas instalaciones bajo techo e hicimos el espectáculo. Obviamente, no todos en la base pudieron estar allí, pero una gran parte, llena de emoción, estaba presente. Inmediatamente comencé a tomar fotos y firmar autógrafos. Les agradecí por lo que hacen y les dije que rezaba por ellos y sus familias cada noche, después lanzamos los ocho pases al público en el escenario. La mejor recepción de la gira tomó lugar en este espectáculo por parte del Sargento John Albighetti. Alguien quien supongo está en cerca de los 50 años. Lo llamamos al escenario y se trataba de atrapar el pase justo donde estabas parado. Estaba en una mesa cerca de 40 yardas atrás con gente a su alrededor. Me tiré hacia atrás cinco pasos, finté a la izquierda y disparé lo que llamo un tiro de joroba hacia el pecho del Sargento. La robó desde el aire, cayó de espaldas hacia el público, desapareció por dos segundos, luego regresó, levantó el balón en el aire como lo hacen los receptores cuando quieren demostrarle al árbitro que la atraparon. Puede no estar en la misma clase de Lynn Swann, David Tyree o Dwight Clark, pero debe ir al Top 10 de algún lugar considerando el momento y la situación. Todas las tropas en el público enloquecieron, gran aplauso. Firmamos mucho más después y tomamos una tonelada de fotos con los hombres y mujeres. Después salimos en un vuelo a nuestra siguiente parada, el campamento Bastion, Afganistán, el cual las tropas llaman el Campamento Leatherneck.

El Leatherneck es hogar de unas 3,000 tropas. Nos recibió una vez más el comandante de la base, el Mayor de Cuerpos Marinos, General Mark Gurganus. Más cálido aquí. Sin nieve. Sin montañas. Nos dirigimos a un escenario. El General dijo que la base había sido bombardeada el día anterior 12 veces, y seis hicieron daño a la pista de aterrizaje. También habían perdido a un hombre y dos heridos por una explosión de bomba. Esto ciertamente hizo todo muy real para mí. Dijo que era bueno que estuviéramos allí, que las tropas necesitaban un aliciente. Como antes, firmé muchos autógrafos, me tomé muchas fotografías, antes y después del espectáculo. Hice la misma rutina de lanzamiento. La Soldado de Primera Rowback, hizo una gran atrapada desde un patrón de poste de 35 yardas. Podrán preguntarse qué tiene de especial eso. Bueno, lo especial es que lo hizo cargando un rifle M-16 en su espalda. No estoy seguro si cualquier Marvin Harrison o Reggie Wayne pueden hacer eso. Ciertamente, algo primerizo para mí en la lista de pases completos.

En el medio de las tropas, estaba conociendo y dando la mano, y un soldado me dijo, "Es bueno verte de nuevo, Peyton". Lo miré por un segundo y dije, "¿Edmund Barnes? Del salón de la Sra. Silverstein en el jardín de niños de Newman?" Asintió y tuvimos un gran encuentro. Lo reconocí porque tengo muy buena memoria para esas cosas, pero de hecho tengo una foto de mi salón en mi clóset en Denver. Lo veo con regularidad, y Edmund se ve exactamente igual. Es Capitán en los Marines, y fue impresionante y un sentimiento de orgullo verlo allí. Firmé todo y me tomé todas las fotos que pude. Deseé haber tenido más tiempo para hablar con ellos, pero tenían que regresar a sus obligaciones y nos enfilábamos a un vuelo de siete horas hacia Ramstein, Alemania. Uno de los momentos más únicos de mi vida y uno que nunca olvidaré. Estar en medio de la base de Afganistán, donde aún hay guerra, firmando balones, tomándome fotos en cada iPhone de los soldados, hablando de fútbol americano, con suerte inspirando a estos soldados un poco. Tengo por cierto que ellos me han inspirado.

Aterrizamos en Alemania. La Base Aérea de Ramstein. La base de la Fuerza Aérea más grande en Europa. Cincuenta mil hombres y mujeres en servicio. Hicimos el espectáculo en una plaza comercial de la base. Cerca de 2,000 personas. Muchos de los presentes eran familiares de las tropas en base, o enviados en África o Afganistán u otro lado, o heridos. Obviamente, todas las familias de militares tienes un lazo especial. Ocho de ocho pases en la plaza. La mejor recepción fue hecha por un bebé de 1 año que portaba el jersey N° 18 de los Broncos, cargado por su mamá que portada el 18 de los Colts. (Le quité un poco a ese lanzamiento, por cierto). Conocí a una pareja militar con gemelos idénticos llamados Peyton e Eli. Pensé que Peyton era un poco mejor parecido. Tomamos fotos grupales luego de eso con muchos de los chicos allí y nos dirigimos al hotel.

SÁBADO, 2 DE MARZO

Antes de despegar hacia Andrews, D.C., nos detuvimos al hospital en la Base de Ramstein, llamado Lanstuhl. Conocimos algunos de los doctores y enfermeras que hablaron con nosotros sobre el trabajo que el hospital hace. Dijo que cada vez llegan menos guerreros heridos del rango bajo, lo que aprendí significa Afganistán, donde la acción se lleva a cabo, lo que es una buena señal. El objetivo es tratarlos en el hospital en orden de regresarlos a casa o al hospital Walter Reed. El almirante agradeció al personal por su increíble trabajo durante esta guerra. Ciertamente son héroes a su vez.

Abordo del avión C-40 para el vuelo de nueve horas a D.C. Cerca de aterrizar mientras escribo, y realmente ha sido un viaje que cambió mi vida. Tengo un gran respeto y admiración por nuestros hombres y mujeres en las fuerzas armadas. Le diré a cada atleta que conozco que vaya a una gira de USO. Haré otra. Espero ya no ir a Afganistán porque eso significaría que nuestras tropas están fuera de allí. Les diré a los atletas que visiten a los guerreros heridos en el Walter Reed. Tuve suerte de recibir un número de monedas militares de varios soldados. Estas monedas representan la unidad de un soldado. Es un asunto de orgullo, me explicaba el almirante. Será ungran recuerdo tangible para mí. Tengo un par de gorras y playeras a su vez. Pero mis memorias principales serán las intangibles que se quedarán conmigo por siempre. A punto de aterrizar. El almirante acaba de agradecer nuestra participación en la gira. Schilling y yo nos levantamos y agradecimos a él y a su esposa por guiarnos en el tour; y fuimos gratos con su personal. Vaya, esta gente es impresionante. Dimos las gracias al personal de USO. Este fue el tour N° 76 de USO. Orgulloso de formar parte de él. Pienso que el viejo Bob Hope habría estado orgulloso también. Dios bendiga a las tropas.