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Ríos piensa más allá de Alvarado

OXNARD, California -- Como prácticamente cualquier boxeador mexicano o mexicoamericano de la actualidad, Brandon Ríos creció cautivado por las formidables actuaciones y los memorables triunfos de Julio César Chávez.

Inspirado por el ídolo mexicano, Ríos se visualizó desde muy chico como un futuro campeón mundial, yendo hacia el frente en todo momento sobre el ring, como lo hacía Chávez. Y también se visualizó portando uno de esos cinturones verdes de campeón mundial, como los del legendario 'JC' y otras leyendas del boxeo.

Esos son los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el organismo fundado en la Ciudad de México y con el que indiscutiblemente han estado asociados todos los grandes campeones mundiales de raza mexicana de los pasados 50 años.

"Yo soy mitad mexicano y mitad americano (estadounidense), por eso ese cinturón significa tanto para mí", dice Ríos. "Desde que era chico yo quería ese cinturón; yo le dije a mi papá que quería el cinturón verde del CMB".

Ríos no tuvo la oportunidad de pelear por un campeonato mundial del CMB cuando estuvo en la división de los ligeros (135 libras), de la que fue monarca reconocido por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) entre 2011 y 2012. Y ahora, en súper ligero (140 libras), no se ve viable que pueda ganar el título del CMB por conflictos entre empresas promotoras.

Lo que le queda al originario de Lubbock, Texas es ofrecer otra actuación dominante este 30 de marzo cuando enfrente por segunda ocasión al también mexicoamericano Mike Alvarado.

El pasado mes de octubre ambos dieron una pelea repleta de acción en el Home Depot Center de Carson. Ríos, haciendo su debut en la división, sacó la mejor parte de los intercambios y ganó por nocaut técnico en el round 7 de un pleito sin título de por medio que muchos consideraron el mejor de 2012.

La revancha será en el hotel-casino Mandalay Bay de Las Vegas, pero a diferencia del primer combate, esta vez la batalla será la principal del cartel y el vencedor se llevará a casa un cetro: el interino de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Aunado a estos incentivos, Alvarado (33-1, 23 KO), originario del estado de Colorado, intentará desquitarse de su primera derrota como profesional, una que siempre resulta muy dolorosa para cualquier deportista. Ríos (31-0-1, 23 KO), por su parte, buscará mantenerse invicto, dar otra buena demostración para los aficionados y, en el mejor de los casos, hacer méritos como para recibir una oportunidad contra alguna de las grandes estrellas que tiene la promotora Top Rank: Juan Manuel Márquez, Manny Pacquiao o Timothy Bradley.

El nombre de Ríos definitivamente se ha estado mencionando en el campamento de Márquez, pero en Oxnard se toma el asunto con las debidas reservas.

"A sus 39 años él (Márquez) ya busca el negocio, busca las bolsas más grandes y si hay otros peleadores donde a él le convenga más cuando se trata del dinero, pues yo creo que va a aceptar mejor esas peleas", reconoce el entrenador de Ríos, Robert García.

Próximo a cumplir 27 años de edad, Ríos se siente listo para despuntar, pero no tiene problemas en admitir lo evidente: "No soy el mejor aún. Para ser el mejor tienes que enfrentar a lo mejor.

"Quiero a los mejores, ahora estoy todavía joven, todavía aprendiendo; todavía quiero ser el mejor, aún tengo hambre, el deseo de ser el mejor, de ganar más cinturones de campeonato y dar a mis fans lo que ellos quieran".

García está convencido de que todo lo que su protegido necesita es ganar bien el 30 de octubre contra Alvarado en una función que será transmitida en Estados Unidos por HBO y luego esperar a que el promotor Bob Arum pueda conseguirle una pelea de las grandes.

"Brandon ya está a un paso de encabezar una función grande de PPV (pago por evento) por los [posibles] rivales que tiene en Top Rank. Estamos a un paso", dice un García optimista, propio de quien ha sido el mayor responsable del ascenso de Ríos en el ring. "Tenemos que ganarle a Mike Alvarado, y ganándole, Brandon se convierte en una estrella de PPV donde en dos o tres años quizá le digamos, 'Brandon, ya has hecho tanto dinero que... retírate' ".

Ríos, un tipo con un estilo de pelea atractivo, podría estar más o menos cerca de esa gran pelea que le catapulte al estrellato, pero también podría estar lejos si, por ejemplo, flaquea contra Alvarado.

Cuando se le pregunta cuál es el peleador al que realmente le trae ganas, el 'Bam Bam' no menciona un nombre en automático y dice que quiere al que tenga en su poder el cinturón del CMB.

"No importa quién sea. Sé que Danny García lo tiene (el título de peso súper ligero) y lo va a defender con Zab Judah, así que cualquiera que gane esa pelea es al que yo quiero", enfila Ríos hablando detrás de unas gafas oscuras.

Danny García es promovido por Golden Boy Promotions, igual que el argentino Lucas Matthysse y Adrien Broner, otros púgiles que Ríos estaría encantado por enfrentar. Pero por ahora eso no sucederá; Golden Boy Promotions y Top Rank no están haciendo negocios juntos.

Ante este panorama, Brandon Ríos se ve más obligado a ganar y gustar en su siguiente compromiso. Su margen de error, dadas esas grandes expectativas, es mínimo.

Él dice que contra Alvarado va a tener más movimiento de cabeza esta vez para contrarrestarlo, que ha visto el video de la primera pelea al menos 200 veces, que ha detectado los errores de su oponente y los suyos propios, y que está seguro de que volverá a ganar.

¿Qué tan seguro?

"Le doy 5 ó 6 rounds esta vez", afirma el llamado 'Bam Bam' en la entrevista conducida tanto en español como en inglés, idioma este último en el que claramente se siente más cómodo. "Garantizo una victoria. Yo nunca garantizo nada pero esta vez me siento muy confiado".

Asegurar que ganará por nocaut en menos de la mitad de los 12 asaltos en los que está pactado el pleito es, sin duda, desafiante, sobre todo porque, como el mismo Ríos advierte, Alvarado es un peso súper ligero de talla grande, que pega fuerte y un guerrero que vendrá más duro que la primera vez en su oportunidad de cobrar desquite.

Ríos, simplemente, se siente muy bien las 140 libras.

"Mi peso está perfecto ahora, 135 era difícil, me estaba matando para dar ese peso", explica el púgil avecindado en Oxnard, unas 35 millas al oeste de Los Ángeles. "Ahora en 140 lo estoy dando [el peso] fácil y me siento muy bien".

García considera que lejos de perder poderío con el cambio de división, Ríos lo ha aumentado. "Puedo asegurar que ha ganado fuerza, porque bajarse esas cinco libras [para dar el peso en ligero] le hacían daño, le tumbaban mucho músculo".

El entrenador californiano, quien se ha convertido en uno de los más exitosos en los últimos años, aumentó para este campamento el número de rounds de sparring de su peleador, con un estimado final que rondaría los 170 ó 180, y también agregó trabajos de atletismo en pista, como sprints, para mejorar su rapidez y explosividad.

"Estamos preparados para lo que traiga Alvarado", dice García. "Él (Alvarado) tiene que hacer cambios, él perdió la primera pelea. Estamos preparados por si quiere boxear pero también por si quiere pararse a intercambiar golpes".

Brandon Ríos sin duda que tiene la mira en Mike Alvarado. Su mente, no obstante, se entretiene pensando en los Márquez y los Pacquiao. Y su ilusión, contrariada por las circunstancias, no se despega del tan añorado cinturón verde del CMB.