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Puerto Rico vuelve a mapa mundial

SAN FRANCISCO -- Lejos de lamentar la derrota en la final, Puerto Rico tenía muchas razones para irse del Clásico Mundial de Béisbol con satisfacción y confianza de que el deporte podrá tener un nuevo auge en la isla.

"Volvimos a poner a Puerto Rico en el mapa del béisbol internacional", declaró el manager puertorriqueño Edwin Rodríguez tras el revés 3-0 ante la República Dominicana.

El orgullo de Rodríguez por la tarea cumplida, con un meritorio segundo lugar, se justifica.

Previo al Clásico y pese a ser local en la primera ronda disputada en San Juan, Puerto Rico no asomaba en los pronósticos de nadie. Sobrevivir la primera vuelta era una utopía al tocarle una llave con Dominicana y Venezuela, las dos superpotencias de la zona caribeña.

Su equipo estaba conformado por un puñado de figuras de Grandes Ligas, como Carlos Beltrán, Yadier Molina, Ángel Pagán y Alex Ríos. Su cuerpo de lanzadores estaba conformado por trotamundos como Nelson Figueroa y Giancarlo Alvarado, así como prospectos desconocidos.

Sin embargo, los boricuas no se cansaron de sorprender. Sortearon la primera ronda y mandaron a casa a la Venezuela de Miguel Cabrera, Pablo Sandoval y compañía. Luego, en la segunda etapa disputada en Miami, eliminaron a Estados Unidos, otro peso pesado. Tras viajar de costa a costa, con si acaso 24 horas de descanso, se encargaron de destronar al bicampeón Japón en semifinales.

No cabe duda que Puerto Rico rebasó todas las expectativas y ahora confía que su extraordinaria campaña sirva de inspiración para un renacer del béisbol, que lleva varios años languideciendo en cuanto a popularidad y jerarquía en el escenario deportivo de la isla.

Su liga profesional de invierno sobrevive a duras penas, atrayendo pocos fanáticos.

Cuna del mítico Roberto Clemente y de astros como Orlando Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez, el número de jugadores en las mayores ha decaído drásticamente, algo atribuido en gran medida a la instauración del draft hace dos décadas. De hecho, al comienzo de la temporada de 2012 había apenas 11 peloteros puertorriqueños en rosters de las mayores, la menor cifra desde que Grandes Ligas empezó a llevar la estadística en 1995.

Por eso fue una consigna del cuerpo técnico y de los jugadores tratar de demostrar en este Clásico que Puerto Rico aún debe ser tomado en serio.

"De nuevo, el béisbol organizado mira a Puerto Rico con ojos positivos con lo que se está haciendo con el desarrollo de muchos jugadores", dijo Rodríguez. "Lo segundo es motivar a esta juventud que está saliendo y dejar saber que el béisbol profesional y este nivel de Grandes Ligas tiene mucha exposición mundial. Eso debe motivar a muchos para seguir desarrollándose en esta disciplina. Esta misión se desarrolló por completo".

Hay talento en camino. Uno de ellos es el pitcher José Berríos, quien con 18 años fue el jugador más joven del Clásico y es uno de los mejores prospectos de los Mellizos. También en la mira cercana están los torpederos Javier Báez (Cachorros) y Carlos Correa (Astros), éste último la primera selección del primer draft.

"Al llegar a la final, lo más importante es que en Puerto Rico la gente se ha unido y el béisbol ha crecido", dijo Ríos. "Nos va a dar un poco más de motivación para crear más peloteros".

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