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Un verdadero monólogo

BUENOS AIRES -- En el monólogo o stand up, estilo de comedia tan de moda por estos días, hay un único protagonista que es capaz de entretener al público.

Si analizamos lo que sucedió a lo largo de 90 minutos, la definición le cabe perfecto al show del viernes en el Monumental. La selección argentina logró borrar de la escena a Venezuela y desató risas y aplausos entre su audiencia.

Está claro que existe un personaje capaz de despertar suspiros y gritos antes de salir de su camarín. O que genera ovaciones sin decir una palabra. El actor al que todos quieren ir a ver se llama (¿hace falta aclararlo?) Leo Messi.

Lo más sencillo es caer en redundancias y elogios (merecidos) hacia el 10. Porque como bien explicó su compañero Mascherano, "Messi transformó lo extraordinario en normal". Sin embargo, cometeríamos una gran injusticia si no decimos que la nota destacada de la función de la 11ª fecha de las Eliminatorias fue la presencia de compañeros que colaboraron de gran forma en la performance.

El conjunto de Sabella contó con Fernández y Garay, dos centrales firmes que casi no pasaron sobresaltos. Laterales como Zabaleta y Rojo que fueron al ataque más que de costumbre. Un todoterreno como Mascherano, preciso en el robo y posterior cesión. Mediocampistas como Montillo y Gago, socios ideales de Messi en el pase corto o profundo. Delanteros como Lavezzi, más sacrificado que resolutivo, e Higuaín, un animal del gol. Y un espectador de lujo, Sergio Romero, como si estuviera sentado en 1º fila.

¿Y Venezuela? Nunca pudo entrar en partido. Con la propuesta de jugar sin complejos, pobló el mediocampo, pero jamás encontró la pelota. Sufrió desbordes por la bandas y mantuvo sus ilusiones hasta el minuto 28 cuando tras una rapidísima triangulación entre Montillo, Messi e Higuaín, el delantero de Real Madrid abrió el marcador.

En ese preciso instante, César Farías se quitó el saco y lo dejó en el banco. Algo así debía hacer la Vinotinto. Sacarse la ropa de gala con la que llegó (fue el único que venció a Argentina en las Eliminatorias) y trabajar más duro para revertir la historia.

La tarea se transformó en casi imposible cuando, al cierre de la primera mitad, Cichero tocó el balón con el brazo y Messi cambió el penal por gol. Marcar dos goles quizás no era una utopía, sólo si se tomaba en cuenta el antecedente de Puerto La Cruz o aquel 2-3 del 17/11/2004 también en River. Por lo que mostraban ambos, el desenlace ya estaba prácticamente sellado.

Recién a los 3 del complemento llegó la primera intervención de Romero, luego de un corner cerrado de Arango por derecha. Y a los 13, nuevo minuto fatal para Venezuela. Otra genial asistencia de Messi para que Higuaín, en offside, anticipe con la punta a Daniel Hernández y estampe el 3-0. Doblete personal para llegar a 9 gritos en 10 partidos rumbo al Mundial 2014.

El partido cayó en un pozo y segurmente el equipo albiceleste comenzó a pensar en el compromiso del martes en La Paz. Sólo quedó tiempo para confirmar que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. En dos jugadas calcadas, Rondón desbordó por izquierda, mandó el centro atrás y el ingresado Rómulo Otero no acertó a la red.

En su 6ª victoria en igual cantidad de presentaciones como local de Venezuela, el líder Argentina alcanzó los 23 puntos y dio otro gran paso camino a Brasil.

Es indudable que Messi, en la previa reconocido con una plaqueta de AFA por "sus cualidades humanas y deportivas", es actor protagónico de esta Selección. Tiene 32 goles en 78 juegos con la Mayor y la capacidad de destrabar cualquier cerrojo.

Al margen del convincente 3-0, Sabella puede apoyar la cabeza en la almohada y dormir tranquilo. Se arrancó con un "Messi y 10 más", y hoy varios de esos 10 ya tienen nombres propios. Un respaldo por si algún día (ojalá no pase tan a menudo), Leo se resfría.