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Haas le sumó un capítulo a su libro

BUENOS AIRES -- Digno de una película. Hace un año y medio comenzó con su operativo retorno. Fue paso a paso, cumpliendo con cada uno de los objetivos y subiendo en el ranking a fuerza de buenas victorias. Y esta semana, merecidamente, volvió al primer plano y se ganó -una vez más- el reconocimiento de todos por su estético y efectivo tenis. Lluvia de elogios para Tommy Haas, el hombre del revés exquisito, de poderosa derecha y de mil recursos en su juego, algo que fue adquiriendo en sus 17 temporadas -con varios impasses, es cierto- en el circuito.

El gran impacto, sin dudas, se dio aquella noche de Key Biscayne ante Novak Djokovic. Un primer set brillante y un cierre - con todo lo que cuesta- firme para volver a vencer a un número uno del mundo después de 13 años. Y anote uno más, porque, con el festejo ante el serbio, el alemán se dio el gustazo de conseguir triunfos ante nueve de los últimos diez líderes del ranking ATP. ¿Cuál es la piedra en el zapato? El español Rafael Nadal, a quien nunca pudo sacarle un set en los cinco enfrentamientos.

Otro ibérico, justamente, fue quién frenó su paso en el Masters 1000 de Miami en semifinales. David Ferrer lo sacó del camino en poco más de dos horas de acción, con algunos síntomas de cansancio por parte del germano. La derrota, obviamente, no borrará sus grandes actuaciones en el certamen estadounidense, donde, luego de un apretado triunfo ante el holandés Sijsling, se impuso claramente al ucraniano Dolgopolov, al serbio Djokovic y al francés Simon de manera consecutiva.

"A veces me resulta difícil creerlo, pero lo cierto es que nunca me rendí. Siempre tuve confianza en mí, en lo que podía dar. Si uno cree en sí mismo, todo es posible", remarcaba Haas tras ser elegido como el regreso del año para ATP en 2012, tras subir cerca de 180 posiciones. Atrás habían quedado las lesiones en un hombro y en la cadera, culpables de sus largas inactividades en 2003 y 2010. Hoy, a días de cumplir 35 años (lo hará el 3 de abril), tuvo revancha. Volverá a estar en el top 15, honor que había alcanzado por última vez en enero 2008.

Su próxima meta, el top 10. En los siguientes meses defiende semifinales de Munich, tercera ronda de Roland Garros y el título en Halle, donde en la final venció al mismísimo Roger Federer. Será momento de sumar y hacer un buen colchón, dado que después se les vienen las finales de Washington y Hamburgo, allá por el mes de julio. Todo, de todas maneras, está en sus manos. Tiene los golpes, claro, y, más importante aún, está preparado mentalmente para derrotar a los mejores, sin dudas lo más difícil en este deporte.

Así, el ex N°2 del mundo en 2002, quien en Miami se dio el gustazo de recibir en la cancha a su pequeña hija -uno de sus principales motivos para su regreso a la elite-, vuelve a sonar fuerte y a dejar embelezado a cualquiera con sus subidas a la red, con su derecha invertida y con su soñado revés a una mano. La cámara amenaza con seguir teniendo imágenes por filmar. El tenis, agradecido.

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