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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Mi compañero, mi rival, mi manager
Desde hace algunas semanas, Andy Murray sumó a su entorno de trabajo a la empresa XIX Globosport, para manejar su imagen y potenciar nuevas oportunidades comerciales. ¿Dónde entra lo particular del asunto? Es que la flamante compañía surgió de la asociación de Simon Fuller (empresario inglés creador de la franquicia televisiva "Idol") y el indio Mahesh Bhupathi. Sí, el legendario doblista, ex N°1 del mundo, ganador de cuatro Majors y aún vigente en el Top 10.

Bhupathi, de 38 años, y que en diciembre pasado proyectó que la presente sería su última temporada en el circuito, ya había incursionado en el mundo empresarial con la marca Globosport (previa fusión con XIX Entertainment, de Fuller), patrocinando torneos y representando a compatriotas como Sania Mirza, Somdev Devvarman o Sanam Singh. Pero ahora el indio tiene en sus manos a uno de los mejores tenistas del planeta, a quien calificó como "el mejor jugador británico de la historia".

La última semana, ambos coincidieron en Monte Carlo. Murray cayó en tercera ronda con Wawrinka. Bhupathi, junto a Bopanna, en el debut ante Melzer-Paes. En sus contactos con la prensa, Andy dio detalles del vínculo: "Ugo (Colombini, también manager de Juan Martín del Potro) va a ocuparse de todos los temas tenísticos. Mahesh, de lo comercial. Los próximos cuatro o cinco años de mi vida van a ser muy importantes para mí y necesito tener a la gente correcta alrededor". Bhupathi, que en el pasado supo enfrentarse dos veces a Murray en dobles, cambiará ahora Mónaco por Londres, para reunirse con distintas empresas y gestionar nuevos esponsoreos o inversiones para la carrera del último campeón del US Open. Y que Andy solo se preocupe por jugar...

La historia sin fin y el regreso esperado
Marion Bartoli es una abonada a este espacio. La separación laboral de su padre/entrenador, el nuevo vínculo con Mauresmo, la unión con Novotna, con Bremond, la reaparición de su padre. Numerosas situaciones ajenas al juego en sí la han puesto últimamente en el centro de la escena. La última noticia justamente era el regreso oficial de Walter Bartoli al puesto de coach, algo que él mismo le había confirmado al diario L'Equipe. Pero ahora la propia jugadora lo desmintió: "Mi padre me ayudó algunas semanas, pero solo hasta que yo pueda encontrar a alguien. Aún estoy buscando entrenador".

Más confusión a una historia de un entramado muy singular, que en el pasado la alejó de la Fed Cup y que, curiosamente, en plena parábola de las idas y vueltas con su padre, ahora la vio regresar después de nueve años. Sí, finalmente Bartoli volvió a jugar para el equipo francés. Y fue con buenas victorias ante las kazajas Shvedova y Voskoboeva para que las capitaneadas por Mauresmo aseguraran su plaza en el Grupo Mundial II. Marion ya había aceptado la convocatoria en febrero (luego de negarse tajantemente por varios años), pero entonces un estado febril la mantuvo al margen. Esta vez, el círculo se cerró.

Li, China y el deporte: combo de influencia mundial
En una época en la que las revistas están en extinción y apelan al ingenio para sobrevivir, hace un tiempo que la revista Time se ganó un prestigio a nivel mundial. Esta vez cumplió sus 100 ediciones y lo hizo a lo grande. Editó siete distintas portadas con personalidades que, de algún modo, son referencia en lo que hacen: Jay Z, Jennifer Lawrence, Rand Paul, Aamir Khan, Malala Yousafzai, Elon Musk y... Li Na. Sí, la tenista china apareció como una de las personas más influyentes del mundo.

Haber sido la primera asiática en alcanzar la final de un torneo de Grand Slam, ser la primera china en llegar al Top 10 (llegó a estar cuarta) y, luego, ser la primera asiática en ganar un Major, sumado a un carisma que enamora, la catapultan como referencia absoluta, por lo que la publicación ratifica que no solo es una moda para gran parte de la población mundial, teniendo en cuenta que en China viven 1.300 millones de habitantes.

Para orgullo de Li, su perfil en la revista fue escrito por Chris Evert, nada menos. "Estoy emocionada por aparecer en la portada", dijo quien hoy está 5ª en el ranking mundial. "Es un gran orgullo para mí estar en la posición de poder ayudar a crecer, promover y construir más el tenis femenino en todo el mundo, especialmente en mi China nativa. No podría estar más honrada". Todo dicho por ella, consciente de lo bien que le hace a su deporte.

Vuelve Paradorn Srichaphan
Sí, el tailandés ya se está entrenando y proyecta para este mismo año su regreso al deporte profesional. Pero bien vale la aclaración aquí: no en el tenis, sino en el golf. No hay error. El ex N°9 del mundo (lo fue en 2003) comenzó a jugar hace solo dos años, pero ya se ilusiona en grande: "Mi objetivo es ser el primer asiático en cambiar de un deporte al golf profesional. Scott Draper, de Australia, ex Top 50 en el tenis, lo hizo años atrás. Fue el primero. Yo quiero repetir la historia para Tailandia", expresó Srichaphan en un comunicado.

El ganador de cinco títulos ATP, que en junio cumplirá 34 años, dejó el tenis en 2010, como consecuencia de una lesión en la muñeca. Alentado por sus amigos, el tailandés comenzó a jugar al golf y ya participó de dos torneos en el ASEAN PGA Tour, algo así como el tercer circuito asiático. "Le dedico mucho tiempo a este deporte. Practico todos los días: temprano por la mañana y luego el resto de la tarde", contó entusiasmado Paradorn. ¿Hasta dónde lo llevará su nueva aventura?

Matosevic y el efecto Nadal
No es noticia que Rafael Nadal genera en sus rivales sensaciones difíciles de describir. Más aún en polvo de ladrillo. Y más en Monte Carlo, donde ya venció en ocho oportunidades. Durante la semana, quien lo exteriorizó fue Marinko Matosevic. No funcionaba la derecha del australiano y, mucho menos, su saque en las canchas lentas de Mónaco.

A eso se le sumaba la habilidad del español para alcanzar pelotas difíciles, casi imposibles para cualquier tenista. Menos para él. Esta vez, la potencia del australiano se colmó tras un fantástico passing shot cuando estaba arriba en el marcador por 6-1, 4-2 y 40-15. Con ese gran golpe, claro, la victoria estaba casi sentenciada. El oceánico lo sabía.

Por eso, antes de sentarse en su silla, se cruzó hasta la del ibérico, pateó una de sus botellitas y, lleno de impotencia, se fue al último descanso, ante la sorprendente mirada del ex N°1 del mundo que, con una sonrisa, miraba a su grupo de trabajo sin entender la situación. "Fue un momento divertido. Quizás pensó que afectaría a mi concentración, pero concentrarse es para mí algo rutinario. Lo único que hice fue volver a poner las botellas en su lugar", dijo en conferencia un risueño Nadal tras el lapidario 6-1 y 6-2.

Una cuestión de personalidad
El Masters 1000 de Miami fue sede, semanas atrás, de un insólito enfrentamiento público entre Benoit Paire y Michael Llodra. Insultos cruzados, protestas airadas, broncas no disimuladas. Un cruce que alimentó repercusiones inesperadas para una primera ronda y que, en Monte Carlo, la prensa francesa volvió a poner en foco. "Me entristeció lo que pasó -recogió el guante Paire-. Creo que a veces uno puede tener una discusión con un rival, pero aquí además de todo era con un compatriota y con quien me llevaba muy bien antes de eso" (en Miami advirtió que no volvería a hablarle tras lo sucedido).

"He estado trabajando mucho con mi coach en el aspecto mental. Y creo que lo que hemos conseguido en estos tres años ha sido fantástico. La gente le decía: "No vas a poder controlarlo". Y aquí estoy, próximo a jugar Roland Garros y, a lo mejor, como preclasificado", enmarcó Benoit, varias veces apuntado por su "explosivo" carácter dentro de la pista. "Sé que hablo mucho en la cancha, pero ahora me siento capaz de mantener la calma y la concentración en el juego. Debo saber diferenciar el momento en el que estoy jugando un punto de aquel que sucede antes o después", agregó el jugador. Aunque aclaró: "Igual uno tampoco puede convertirse en un robot. Espero seguir aprendiendo, pero a mi propio ritmo. No quiero cambiar mi personalidad".

La hermana de...
Hay muchas historias de hermanos, padre-hijo y parientes en el tenis. Y por si no la tenía en cuenta, súmele una más. Esta semana la novedad en la familia Gulbis no pasó por Ernests, quien viene ascendiendo fuerte en el circuito ATP. En esta ocasión los flashes se los llevó Laura Gulbe, su hermana.

Con 18 años, y siendo la 1143ª de la WTA, fue partícipe del éxito de Letonia en Montenegro, donde su equipo logró el ascenso al Grupo I de la Zona Europa/África de la Fed Cup. Gulbe, cabe destacar, fue parte del dobles que puso el 3-0 ante Estonia, en una de las cuatro series que debieron disputar para conseguir la suba de categoría. El resto de los festejos fueron obra de sus compatriotas Diana Marcinkevica (249ª) y Jelena Ostapenko (683ª).

Gulbe, que ya había jugado dos series de Fed Cup en 2012, parece estar lejos de seguir los pasos de Ernests, pero al menos le robó el protagonismo de la semana dentro de la familia. Más cuando el hermano mayor se fue de Monte Carlo entre discusiones con los umpires, raquetas rotas y actitudes más propias de alguien de la edad de Laura.