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El 'nuevo' Stephen Strasburg

Si Strasburg está intentando mantener bajo su conteo de pitcheos, le está saliendo mal. Rob Carr/Getty Images

A Stephen Strasburg le manejaron su carga de trabajo el año pasado, y él no estuvo particularmente emocionado por eso. Este año, Strasburg intenta controlar su propia carga de trabajo, adoptando un estilo de lanzar por contacto para poner fuera a los bateadores, en un intento por bajar su conteo de lanzamientos y ayudarlo a estar fresco para septiembre y octubre. El único problema es que eso quizá no mejore las cosas.

En las 251 entradas que Strasburg lanzó entre 2010 y 2012, los bateadores rivales hicieron contacto solamente en 74 por ciento del tiempo que hicieron el swing, el tercer porcentaje más bajo en las Mayores para un pitcher abridor. La falta de contacto se tradujo en un porcentaje de 31 por ciento de ponches, fácilmente el más alto de cualquier abridor, y ni siquiera tuvo rival. Clayton Kershaw, el siguiente pitcher con el porcentaje más alto de ponches, tuvo 25.9 por ciento. La diferencia entre Strasburg y Kershaw fue tan amplia como la que hay entre Kershaw y Aníbal Sánchez.

Nuevo método

Luego de sus primeras tres salidas en 2013, Strasburg no ha lucido nada como el Strasburg de antes, al menos en términos de contacto. Los bateadores rivales hacen contacto en el 80 por ciento de sus swings, y su porcentaje de ponches ha bajado a solamente 19 por ciento, ligeramente abajo del promedio de la liga. Mientras tanto, su porcentaje de roletazos ha subido de 44.5 por ciento a 56.9 por ciento. Esencialmente, Strasburg cambió los ponches por los roletazos. Crash Davis estaría orgulloso.

Sin embargo, pese al cambio, Strasburg no se ha vuelto tan eficiente. Durante los últimos tres años, promedió 3.92 lanzamientos por cada bateador que enfrentó mientras acumulaba muchos ponches. Como un pitcher de contacto para roletazos, promedia 3.87 lanzamientos por bateador enfrentado esta temporada. Aún y si se mantiene en la lomita por espacio de 220 entradas este año, enfrentaría aproximadamente a 900 bateadores a lo largo de la temporada. Con el paso que lleva, le tomaría 3,486 lanzamientos. Con sus números de 2010 a 2012, 900 bateadores le tomarían 3,246 lanzamientos. Eso equivale a 40 lanzamientos menos en un año, o básicamente un lanzamiento menos por salida.

Incluso si pensamos que hay algún tipo de curva de aprendizaje, y que Strasburg será más eficiente cuando se sienta más cómodo intentando conseguir roletazos, las estadísticas muestran que no hay una gran diferencia entre el número de lanzamientos efectuados por pitchers de roletazos o pitchers de ponches.

Los 25 pitchers abridores con promedio más alto de roletazos en las Mayores el año pasado -- con mínimo de 100 entradas lanzadas, se combinaron para promediar 3.69 lanzamientos por cada bateador enfrentado. Los 25 pitchers abridores con promedio más alto de ponches promediaron 3.89 lanzamientos por cada bateador enfrentado, así que los pitchers de roletazos fueron más eficientes en el parámetro por bateador. Sin embargo, porque los pitchers de roletazos deben apoyarse en su defensiva para conseguir los outs, y hay más oportunidades para los bateadores de embasarse con una rola, los pitchers de contacto también enfrentaron más bateadores cada entrada (ver tabla).

En 220 innings lanzados, la diferencia total de lanzamientos por entrada acumula 92 menos realizados por el grupo de roletazos. Eso es básicamente tres lanzamientos menos por partido, lo que quizá sea suficiente para darle un bateador extra a Strasburg por cada salida. Sin embargo, a cambio de esa ganancia marginal en eficiencia de pitcheo, hay una pérdida en cuanto a actuación.
Los pitchers de ponches se combinaron para un ERA- de 87 el año pasado, lo que significa que, como grupo, evitaron carreras en una relación de 13 por ciento mejor que el promedio de la liga. Mientras tanto, los pitchers de roletazos tuvieron un ERA- de 102, así que permitieron dos por ciento más de carreras que el promedio de la liga, cuando estaban en la lomita. Puesto de forma sencilla, los pitchers de ponches son más efectivos que los pitchers de roletazos, porque los ponches son outs, mientras que los roletazos solamente a veces son outs.

Más abanicados, por favor

Nada de esto es para sugerir que los roletazos son malignos y que Strasburg debe ir por el ponche ante cada bateador, por supuesto. Hay un balance que debe darse entre dominio completo y eficiencia, y pitchers como Roy Halladay -- por lo menos, en la versión que acostumbrábamos ver -- han mostrado que puedes usar roletazos y ponches para tener éxito. Strasburg no necesita tener un promedio de 30 por ciento de ponches para ser un gran lanzador.

Pero debe aspirar a más del 19 por ciento que ha ponchado durante sus primeras tres aperturas. Si se mantiene lanzando por contacto con el mismo rango, permitirá más imparables y más carreras, y el costo para el equipo no valdrá la pena de ahorrarle unos cuantos lanzamientos por apertura.

Lanzar para contacto suena como una buena idea en teoría, pero hay ocasiones en que tiene sentido solamente lanzar la bola en medio del plato, y retar al oponente para hacer algo con ella, pero la mayoría de las veces, la mejor opción de un pitcher es despachar él mismo al bateador rival. Dejar fuera de la ecuación a la defensiva quizá sea fascista, pero también es más efectivo, y de hecho no incrementa tu conteo de lanzamientos de forma significativa.