BUENOS AIRES -- Era todo felicidad. Su victoria ante Elena Baltacha había puesto el definitivo 3-1 de Argentina ante Gran Bretaña. Y la sirena de la autobomba no paraba de sonar. Arriba, empapadas y a puro canto, ellas. Todas contentas, claro. Pero una se destacaba del resto. La zurda de Tandil. Esa que tuvo que esperar dos años para volver a jugar un singles en Fed Cup, tras el durísimo doble 6-0 ante la japonesa Misaki Doi en los playoffs del Grupo Mundial II. Hoy tuvo revancha y su cara, con una sonrisa de oreja a oreja, lo delata. Ni más ni menos que María Irigoyen.
"Es un sueño para mí. Todavía estoy temblando", explicaba minutos después de uno de los más grandes momentos que vivió en una cancha de tenis, a sus 25 años, y que hizo que el tremendo triunfo de Paula Ormaechea (143ª) ante Laura Robson (38ª) tuviera aún más valor. "Esto es increíble, como lo fue en los Juegos Panamericanos (NdR: ganó el Oro en dobles en Guadalajara 2011). Pero ahora tuve el plus de que fue de local, con la gente, mi familia", remarcaba Irigoyen, en una improvisada rueda de prensa en la puerta del vestuario.
Aún con síntomas de cansancio, tras estar dos horas y 33 minutos para el decisivo 7-5, 3-6 y 6-1, pero lista para jugar un dobles que finalmente se suspendió por temor a que faltara luz natural, la argentina reconoció que el duelo ante Baltacha lo empezó "súper nerviosa, pero decidí focalizarme en las piernas y en mi táctica para el partido, que era jugar alto, pesado y moviéndola para desgastarla. Ahí pude soltarme y disfrutar del partido".
Irigoyen, vale decir, con este triunfo le puso un broche de oro a estos últimos dos meses, en los que consiguió atravesar la clasificación del WTA de Florianópolis y alcanzó las semifinales del torneo de Innisbrook, con 25 mil dólares en premios y dónde derrotó a tres jugadoras con mejor ranking. "Con confianza y trabajo duro las cosas llegan", apostilló la 202ª del mundo luego de vencer a Baltacha, top 50ª en septiembre de 2010 aunque sin actividad en los últimos seis meses por una lesión.
"Recibí anoche la noticia que podía jugar el single, pero desde el martes sabía que estaba la posibilidad", remarcó la muchacha de Tandil y le tiró un guiño cómplice a Bettina Fulco, capitana del equipo, quien completó diciendo que "la veía sólida en estos días y la venía siguiendo en estas últimas semanas, en las que tuvo buenos resultados. Por ser zurda sabía que iba a molestar a su rival, aunque no esperaba que sea Baltacha. Además de que su juego es típico de polvo de ladrillo, que también iba a incomodar".
Y siguió la capitana, ya hablando de lo que fue la serie en sí. "Las chicas hicieron grandes partidos. Todas tiramos para el mismo lado y eso es muy positivo. Es un grupo muy parejo. Cualquiera puede jugar singles o dobles, lo que es una gran ventaja y muy bueno para mí", explicó Fulco haciendo foco en la relación dentro del plantel. Y si de unión se habla no se puede pasar por alto lo resaltado por Florencia Molinero, habitual singlista del equipo argentino y quien este domingo fue relegada por Irigoyen. "Hablamos anoche. Ella se merecía jugar este partido por cómo viene jugando. Estoy muy contenta por su triunfo", dijo la 224ª del mundo.
En definitiva, todas felices y con la grata sensación de haber mantenido su lugar dentro del Grupo Mundial II.