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Maravilla: La ventaja de ser local

BUENOS AIRES -- Es tan viejo como el boxeo: para ganar en el patio ajeno, hay que lograrlo por una gran ventaja. Si no, el campeonato quedará en casa. Es injusto, no es lo lógico, no debe ser así, pero es así. Martin Murray lo sabía muy bien y de hecho lo hablamos con gente de su equipo. A pelea pareja, gana el campeón. O empata, como le ocurrió justamente a Murray, cuando viajó a Alemania para pelear con Félix Sturm por la corona de la Asociación Mundial de Boxeo.

Maravilla Martínez no le ganó a Murray la noche del sábado, en Vélez, en una noche histórica, en la que se calculan unas 30 mil personas que aguantaron la mayoría de ellas una lluvia intermitente y por momento muy fuerte.

Maravilla Martínez no le ganó a Murray la noche del sábado, en Vélez, en una noche histórica

-- Carlos Irusta

Para nosotros, había un punto de ventaja para el británico. Y, como ha ocurrido y ocurre, esa ventaja no alcanzó para los tres jurados, que le dieron tres puntos cada uno al argentino. A través de las redes sociales, descubrimos ahora los reproches para Martínez, quien, deberemos aceptarlo, hizo todo lo que pudo.

Se decía que habían elegido a un boxeador como Murray para que estuviera a la medida de Maravilla: lento de pies y manos, robótico y sin plan B, sin grandes variantes. Hubo que agregar, también, y nosotros los hicimos, que es joven (8 años menos que el campeón), ligeramente más alto, hambriento de gloria y físicamente un mediano grande, que debe haber subido al ring con unos 80 kilos.

Si Murray fue elegido a pesar de todo por eso, o hubo un error, o Maravilla ya no puede hacer rendir a su físico lo que su físico no da. Porque más allá de todos los rumores, lo cierto es que ha tenido problemas (y operaciones), en los tobillos, en la rodilla... sin contar con las viejas lesiones en la mano izquierda.

No se puede contra el tiempo, y todo el trabajo que hizo Martínez no le alcanzó. En los cuatro primeros asaltos lució más veloz, se movió sin dificultades a los costados y llegó con algunas manos, no potentes, al rostro de su rival. Desde el rincón le empezaron a pedir a Murray que saliera de su letargo. Habría que decir que el golpe más claro de Murray fue una mano abajo que acusó Martínez.

A partir del quinto round Murray comenzó a soltarse y Martínez a sufrir la pelea. Con un plan elemental --izquierda en punta, jugarse en todos los cruces a meter la derecha a fondo, sabiendo que los golpes del argentino no le iban a hacer daño y poner presión en los asaltos finales--, Murray comenzó a complicar a Maravilla Martínez, quien a partir del sexto capítulo sufrió un corte en la ceja izquierda.

Fue en el octavo cuando esa derecha de Murray llegó con nitidez, aunque sin gran potencia al mentón de Martínez, provocándole una caída legítima, puesto que si bien se podría decir que estaba mal parado, el golpe existió, fue neto y justo, permitiéndole un 10--8 al británico.

La pelea, al menos para nosotros estaba pareja en las tarjetas, pero no en el ring, porque Murray lucía como el más fuerte, el más entero, ante un Maravilla que, empujado por la gente, trataba de enfriar la pelea, manejando la larga distancia. A esta altura era claro que, como se había previsto antes, era la fortaleza y mayor envergadura física de Murray la que desequilibraría la pelea.

Cayó Martínez en el décimo asalto, tras una derecha cruzada a la cabeza, y debió haber sufrido la cuenta del referí italiano Massimo Barrovecchio, quien concedió un empujón. Puso todo lo que tenía Martínez en los rounds finales, sobre todo en el último, y tuvo a su favor el estatismo de Murray quien, para asegurar el impacto, mantuvo siempre la calma, tirando sin enloquecerse.

Maravilla, con esa vieja ley de tener la ventaja del local, se llevó la victoria

-- Carlos Irusta

Para nosotros ganó Murray por un punto y, como era de esperar y como sucede habitualmente en el boxeo, ganó Martínez. Se fue al hospital con la muñeca izquierda rota, según se dijo, y un nuevo problema en la rodilla. A los 38, el físico no le responde como antes y se le nota. La pelea con Chávez Junior, aunque fue una victoria amplia para él, también dejó secuelas. Y de ahora en más, el futuro será un tema a estudiar profundamente con su equipo.

Maravilla, con esa vieja ley de tener la ventaja del local, se llevó la victoria. Y no olvidemos que puso todo lo que pudo en el ring, a pesar de las lesiones, a pesar de los años. Habrá que aceptar que ya no es el mismo. El tema pasa por saber si él también hará esta misma lectura o si cree que aún puede exigirle más a un físico veterano de muchas batallas.

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