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El tiro por la culata

MIAMI -- El pez por la boca muere.

Los Knicks son el equipo superior en esta serie ante los Celtics, pero no dejan de ser un conjunto que no gana una serie de playoffs desde el 2000.

Su rival Boston, no pierde una serie de primera ronda desde el 2005.

Sin embargo, más allá del historial de uno y otro, los Knicks decidieron que era un buen momento para comenzar a hablar de más.
Primero fue J.R. Smith, quien aseguró que "si él hubiese jugado en el cuarto partido, los Knicks habrían cerrado la serie".

El mismo Smith que se perdió ese partido por un codazo irresponsable, y que debería haberse quedado callado y aportar lo suyo en el tabloncillo.

El mismo Smith que falló sus primeros 10 intentos desde la cancha en el juego 5, que a la postre terminó ganando Boston para acortar la diferencia a 2-3 en la serie en el Madison Square Garden.

Pero las palabras de más no terminaron con Smith.

Luego de la derrota en el T.D. Garden en el cuarto encuentro de la serie, Kenyon Martin decidió que era un buen momento para pedirle a la gente que vaya al estadio vestida de negro porque sería "el entierro de Boston".

Olvidémonos por un momento de lo políticamente incorrecto que fue la declaración teniendo en cuenta el momento difícil que acaba de pasar la ciudad de Boston.

La realidad es que es una declaración poco inteligente.

No hay necesidad de motivar a un equipo veterano de Boston al cual ya todos habían descartado; sí otra vez...

New York comenzó ganando 11-0 y parecía que a las palabras se las llevaría el viento, pero los Celtics nunca dan el brazo a torcer con facilidad.

Con buenos aportes de Jason Terry y Brandon Bass, sobreviviendo los minutos pesados de Paul Pierce, con un Kevin Garnett que ha bajado 52 rebotes en los últimos tres juegos y mira certera a distancia, los Celtics respondieron a las declaraciones de Martin con buen juego dentro del tabloncillo.

Que es lo que deberían haber hecho los Knicks; jugar y callarse la boca.

Una cosa es tener confianza, y otra es ser irrespetuoso. Una cosa es motivar a los propios, y otra motivar a los contrarios.

Los Knicks no tuvieron movimiento del balón a la ofensiva, esta noche no fueron efectivos a distancia y exageraron como de costumbre en el aislamiento.

El baloncesto de equipo siempre puede más que el baloncesto de héroe.

Terry se vistió de Bostoniano y recordó las declaraciones del ex pelotero de los Medias Rojas, Kevin Millar, cuando dijo que "si nos dejan ganar el quinto...".

En esa ocasión, los Medias Rojas se convirtieron en el único equipo en la historia en revertir un déficit de 0-3 en las Grandes Ligas nada más y nada menos que ante los Yankees.

En la NBA, nunca en la historia un equipo ha ganado una serie estando abajo 0-3. Apenas tres conjuntos han extendido esas series a siete juegos, y estos Celtics son ahora uno de los únicos 12 en la historia de la NBA en haber llevado una serie a seis juegos tras estar 0-3.

Ahora la serie vuelve a Boston, y ya no se escucha la algarabía en los pasillos de Nueva York. De hecho se escucharía a una moneda caer en pleno Manhattan.

Los Knicks deberían ganar esta serie considerando que su banca es más profunda que la de los Celtics, que a la vez les cuesta mucho anotar puntos.

Pero ahora la presión es toda de Nueva York. Porque si pierden ese sexto juego de visitante, cualquier cosa puede pasar en un partido decisivo.

Y en el caso improbable de que los Knicks pierdan en siete juegos, sería el fracaso más grande en la historia de la postemporada de la NBA.

Sería además un golpe del cual Carmelo Anthony y su ya reputación perdedora en playoffs no se recuperarían.

Tenemos serie entre los Knicks y los Celtics.

Nunca hay que menospreciar la experiencia de Boston en postemporada, porque el pasado nos muestra que es extraño ver a un equipo tener éxito en playoffs sin antes al menos haber fracasado alguna vez.

En el deporte hay que saber perder y hay que saber ganar, y lo de Martin fue de poca clase y doy fe que ha avergonzado a muchos fanáticos de los Knicks.

Aunque de los errores se aprende, y asumo que de aquí en adelante pensará dos veces antes de hablar.

Por lo pronto no se escucha nada de cara al sexto juego el viernes.

La tensión está en su punto más alto.

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