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La sorpresa de la Copa

BUENOS AIRES -- Los habitantes de Buenos Aires no tienen paz. Vivir en una ciudad tan convulsionada hace que las personas pierdan cierto grado de sorpresa y de espontaneidad. ¡Ya nada nos sorprende!

Ni siquiera una comparsa peruana que ayer a medianoche atravesó la avenida Corrientes haciéndose oír con sus pitos, sus bombos y sus poderosas trompetas. Los pocos habitantes que a esa hora nos desvelábamos como buenos noctámbulos nos detuvimos a ver el rarísimo fenómeno.

Yo estaba cerrando el puestito de revista donde trabajo luego de una intensa jornada laboral. Al principio no entendí nada. Luego escuché los cantitos de los hinchas del Real Garcilaso.

De inmediato pensé: "es una crónica ideal para ESPN.com". Y me acerqué a ver qué sucedía. Confieso que siempre admiré a aquellos hinchas de equipos chicos. Equipos que siempre están luchando el descenso o la sobrevivencia en este mundo salvaje del fútbol. Sin embargo, los hinchas peruanos del Real Garcilaso eran otra cosa.

Como todos sabemos los equipos suman simpatizantes a medida que se hacen conocidos o que logran triunfos importantes. Real Garcilaso debe ser el club más joven del mundo (cuenta con apenas cuatro años de vida) y ya le ganó a un gigante del mundo a Nacional de Montevideo, acaba de eliminarlo de la Copa por penales. Y ya está en los cuartos de final entre los ocho mejores equipos. Un puñado de hinchas de este equipo salió anoche a las calles a festejar.

La Máquina celeste de la salsa cuzqueña, llamado así porque es un equipo que juega al ritmo de la salsa sensual de los cantantes del Callao, tiene una buena cantidad de seguidores en Buenos Aires y no todos son peruanos. Ayer se hicieron oír y yo rescaté un par de testimonios.

Un argentino estaba entre los simpatizantes, él me contó:

-Me hice hincha del equipo mas joven del mundo porque mi señora es del Cuzco y me parece una gran iniciativa que se apoye y se promueva a nuevos clubes en todo el mundo.
-¿Usted cree que es necesario que aparezcan nuevos clubes? -le pregunté haciéndome el movilero de un canal televisivo.
-Por supuesto, el fútbol está en decadencia, muy corrompido por las prácticas maquiavélicas que tiene incrustadas en su seno desde hace décadas.
Un limeño tocaba la trompeta y cantaba a favor del Real Garcilaso.
-Muchacho, ¿es posible que lleguen a la final de la Copa? Sería un echo histórico para el fútbol peruano.
-Sí, pana vamos a llegar, somos los mejores de América.
-¿Qué se siente ser hincha de un equipo tan modesto?
-Mucho orgullo, porque en este club todo se construye desde cero, como debe ser.

Los pocos hinchas del Real Garcilaso continuaban alentando mientras se perdían por las avenidas iluminadas de la gran ciudad. Al otro día, serían la tapa de todos los diarios. El fútbol peruano volvería a ser la gran noticia del mundo deportivo. Me quedó dando vuelta la pregunta de un hincha de este equipo.

-Y usted, señor periodista, ¿por qué no se hace hincha de este querido club peruano?

Mientras la ciudad ahora sí, bajaba sus persianas, reflexioné. Soy hincha de Independiente, pero debería alentar al Garcilaso, por lo menos por esta Copa.

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