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Mariano de vuelta a Kansas City

Momento en que Mariano tuvo que ser ayudado a salir del terreno en KC tras su lesión. Kyle Terada/USA TODAY Sports

KANSAS CITY -- No hay una sombra marcada con tiza de Mariano Rivera en la franja de advertencia del Kauffman Stadium. No hay cintas amarillas como las que usa la policía en el lugar donde el incomparable cerrador de los Yankees cayó al suelo el pasado 3 de mayo y se torció el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha mientras intentaba atrapar elevados durante las prácticas de bateo.

Y para Rivera, no hay necesidad de conmemorar la escena de la lesión que le robó gran parte de la temporada 2012, ni tampoco hay razón pata tener miedo de volver al estadio.

De hecho, dijo que cuando los Yankees tomaran sus prácticas de bateo el viernes en la noche antes del partido ante los Reales, él estará afuera intentando atrapar elevados una vez más, muy cerca del punto donde comenzó a gritar de dolor antes de ser sacado del terreno.

"Nada va a cambiar", dijo. "Voy a seguir haciendo lo que amo hacer. Quizás me pare en el mismo punto donde me caí, donde estuve. Pero lo voy a disfrutar. No hay nada que lamentar. Estoy saludable nuevamente. Recordaré este momento, y viendo donde estoy, es algo gratificante. Es algo bueno para mí".

Rivera dijo que su regreso a Kansas City no tiene ningún otro significado para él más allá de marca el tiempo que pasó entre ese día, la cirugía que le siguió cinco semanas después, y su regreso a la acción esta temporada, en la que ha comenzado de manera increíble, con 13 salvamentos en 13 intentos.

"Me pudo haber sucedido en Nueva York, me pudo haber pasado en cualquier parte", dijo Rivera. "Pero me pasó en Kansas City. Vamos a jugar contra Kansas City. Solo me voy a divertir como siempre lo he hecho, de la misma manera. Eso no me va a detener o me va a hacer decir que no quiera estar aquí. No. Yo quiero estar aquí. Quiero disfrutarlo. Quiero ver el medico que me llevó al hospital y decirle gracias. Yo quiero hacer eso''.

Rivera ciertamente ha disfrutado esto, su temporada de despedida, en su propia y distintiva forma -- tomándose su tiempo para reunirse con los empleados de los estadios en cada visita que hace el equipo en actividades privadas, y coleccionando regalos de despedida de cada equipo contrario a lo largo del camino.

La última imagen que los fanáticos en Kansas City tenían de Mo fue de él sonriendo y saludando con la mano mientras era sacado del terreno en Camilla, a pesar de que, como admite ahora, la lesión en la rodilla -- donde sufrió una torcedura en el menisco medial -- fue la más dolorosa que haya experimentado en su carrera en el béisbol.

"Yo esperaba que no fuera tan grave, pero conociendo el juego, y conociendo la magnitud del dolor que sentía, yo sabía que no era algo leve", dijo. "Pero, ¿qué más podia yo hacer, llorar? Yo solo quería que la gente no me viera salir de esa manera. Teniendo eso en mente, que pudo haber sido lo último que vieran de Mariano".

La multitud en el Kauffman Stadium tendrá la oportunidad de ver nuevamente a Mariano Rivera, y no siendo sacado en camilla de un estadio. Quizás lo vean en un partido, haciendo lo que mejor sabe hacer, y mejor que nunca. Pero incluso si no llegase a ver acción en cualquiera de los tres partidos en el fin de semana, los que lleguen temprano al estadio tendrán la oportunidad de ver a Rivera hacer algo que adora hacer casi tanto como lanzar.

"Yo voy a estar en el jardín central, David Robertson y yo, y estaremos atrapando elevados como siempre lo hacemos", dijo Rivera. "Y nos vamos a reir sobre esto. Lo haremos. Lo garantizo".