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La otra cara de Lucas

Lucas aconseja y alienta a su hermana en el ring Ramón Cairo

BUENOS AIRES -- Callado, serio, profesional, amigable pero a la distancia, cordialmente formal. Lucas Matthysse prefiere la soledad de las mañanas en Junín, en donde vive y entrena, acompañado de sus perros, escuchando el canto de los pájaros. Agreste y sencillo, este hombre es para muchos el boxeador más inquietante del boxeo argentino. No tiene el marketing de Maravilla Martínez, y está lejos de la gran trayectoria de Omar Narváez, pero se encuentra, a los 30 años, en el mejor momento de su carrera. Su marca es de 33 ganadas con 31 KO, y 2 derrotas, ante Devon Alexander y Zab Judah, ambas más que cuestionadas, y que contaron con un denominador común, pues los dos, Alexander y Judah, estuvieron inspeccionando la lona, como decían los viejos periodistas. Y, como suele decirse en el boxeo, Lucas tiene tres cartas ganadoras, al menos hasta ahora: boxea, pega y aguanta.

El viernes 10 de mayo, Matthysse anduvo por Buenos Aires. No fue una casualidad. Es que, aunque le encanta la paz de Junín, tenía un motivo especial: acompañar a su hermana, Soledad, quien se enfrentó esa noche con la gran reina del boxeo argentino, Marcela La Tigresa Acuña. "No sé si me gusta del todo el boxeo femenino, pero bueno... si hasta mi mamá hizo algunas peleas... Tenemos todos el boxeo en la sangre, y Soledad... bueno, es la hermana, por muchas razones a uno le cuesta todo esto, creo que sufro más viéndola pelear a ella que estar en el ring, porque yo con los guantes puestos puedo hacer lo que me deje el rival, pero a ella, me encantaría protegerla". Comentó Lucas.

Edith Soledad Matthysse, a los 32 años, suma ahora 10 triunfos (1 KO), 5 reveses y 1 empate. Está casada con Mario Narváez, hermano de Omar, el campeón supermosca WBO, en una larga cadena familiar con tradición boxística. Soledad finalmente perdió por puntos con Marcela Acuña, quien de esa manera conquistó el campeonato Internacional supergallo de la IBF, que se encontraba vacante, sumando así otro cinturón al que ya posee, el plata supergallo del WBC. Lucas, al lado del rincón de Soledad, perdió su calma habitual. Y si bien hasta tuvo tiempo de sacar algunas fotos de su hermana, también siguió cada round como lo que es: un hombre de boxeo y de familia. "Acuña es una muy buena peleadora, por supuesto, yo y todos la respetamos muchísimo, creo que perder con ella, de esta manera, por puntos, no deja de ser una muy buena actuación, aunque a mí me hubiera gustado otra cosa, claro...", dijo refiriéndose a su hermana.

El equipo de Lucas Matthysse pasó un fin de semana en Buenos Aires, dispuesto a viajar el martes 14 a la noche rumbo a la ciudad de Nueva York: conferencia de prensa el miércoles 15, en el corazón de Manhattan y luego al Caesars de Atlantic City, para enfrentar a Lamont Peterson (29 años, 31 triunfos con 16 KO y una derrota) el sábado 18 en el Boardwalk Hall.

"Es un buen boxeador. Yo respeto a todos y espero respeto. A esta altura, ni él ni yo podemos perder, cada pelea es como una final: yo tengo muchos planes importantes y él también, ¿qué vamos a descubrir de nuevo?", pregunta Lucas. La pelea fue anunciada, en un comienzo, como unificatoria, ya que Peterson es el campeón IBF, mientras que Lucas es titular, Interino, del WBC. Finalmente se decidió que será sin coronas en juego. ¿Es lo mismo, Lucas? "Ya lo dije recién, así que voy a repetirlo, para que se me entienda mejor --dice, hablando más pausadamente aún--: títulos en juego o no, cada pelea, como éstas, es una final y hay que ganarla, sí o sí".

Mario Arano, el promotor de Lucas Matthysse afirma que el grupo está viviendo un momento inmejorable. "Lo vengo diciendo desde hace ya mucho tiempo: Lucas todavía no tiene techo. Además de ser un excelente boxeador y además de ser un gran profesional en su vida privada, es como persona, un ejemplo: no es conflictivo, jamás adopta una actitud de vedette, es humilde y disciplinado, todo junto en un boxeador es el sueño del promotor".

Arano comenta que se ha sumado a Al Haymon, considerado "El manager del año" por la prestigiosa revista The Ring. "A veces aparece como un villano; algunos dicen que no es bueno para el boxeo. Pero nadie puede negar que Haymon no es bueno, sino muy bueno para sus boxeadores", escribió David Greisman. Entre sus boxeadores se anotan Floyd Mayweather, Adrien Broner, Danny García... Eso sin contar que ya tiene las firmas de varios representantes olímpicos. Sin dudas, uno de los hombres más influyentes del boxeo de hoy. Haymon, como ya tiene la firma de Danny García y se Peterson, se asegura así que para el 7 de septiembre en Las Vegas, el ganador de Matthysse-Peterson enfrentará a Danny García.

"Creo que es un paso importante para Lucas –afirma Mario Arano-, porque Haymon es un exitoso total y acá no hay celos, sino deseos de que Lucas siga creciendo y para eso estamos todos los que lo rodeamos en su equipo, incluyendo a un boxeador como un Sebastián Luján, que se ha prestado a tremendos entrenamientos. Porque también es cierto que nosotros hemos crecido sin irnos de nuestras raíces: en Junín, Arano Box tiene un gimnasio, habitaciones para los boxeadores y todas las comodidades para entrenar al mejor nivel, por lo que salimos de la Argentina con la preparación totalmente concluida", afirma Arano, siempre orgulloso de lo que hace. Y tiene sus razones.

Matthysse es dirigido en el rincón por Dionisio "El Cuty" Barrera (el mismo que fue campeón sudamericano de los welters en 1991, conducido justamente por Arano). Al lado de Barrera está Darío Fernández –capaz de conducir un entrenamiento, ser sicólogo amistoso de Lucas o un cocinero intachable-, el preparador físico Gerardo Pereyra, el doctor Edgardo Leguizamón y "El Pitufo" Arano, hermano del promotor y hombre todo terreno.

A todo esto, pongamos el foco en Lamont Peterson, hombre que padeció lo suyo con test positivos de doping, que se dio el lujo de ganarle a Amir Khan en el 2011 y de hacer, entre otras peleas, un gran combate frente a Víctor Ortiz, en el semifondo de Marcos Maidana y Amir Khan. De boxeo elusivo, inteligente y quizás algo frío por momentos, Peterson tiene que afianzarse como campeón de IBF, aspirando al mismo tiempo, a un soñado choque con Danny García, la figura de la división.

Se esperan dificultades para ambos, tanto para Peterson como para Matthysse. En su última pelea, Lamont apareció más combativo y dispuso de Kendall Holt en 8 asaltos por el campeonato welter junior de la FIB. Para esta pelea se marcó un límite de 141 libras (el límite welter junior es de 140) y no habrá títulos en juego.

"Es a García al que quiero", afirma Lucas con una sonrisa. "Los que me conocen, saben que cuido mucho las palabras. No me gusta estar diciendo cosas de más, pero también todos saben que yo quiero los desafíos más importantes y que con García sería un combate muy fuerte para los dos, y muy importante para mí, que quiero demostrar que por algo estoy donde estoy y que, por algo, quiero estar todavía más arriba de donde estoy", afirma Lucas. García viene de ganarle por puntos a Zab Judah el 27 de abril y ahora, el actual supe campeón WBA y campeón regular WBC de las 140 libras, suma 26 peleas, todas ganadas, con 16 KO. A los 25, el oriundo de Filadelfia se perfila como una de las figuras más atractivas del panorama actual.

Por una semana, Lucas no podrá ver a su hija, Priscilla, puesto que es tiempo de armar las maletas y emprender el viaje. "Por suerte, se acabó la espera y lo único que le pido a dios es que suene la campana, porque si algo me hace feliz es estar en un ring, a solas con mi rival, aunque me saquen el banquito..."