ESPN.com 11y

El 81º Scudetto

ROMA -- Con la final de la Coppa Italia, se terminó oficialmente la temporada 2012-2013 de la Serie A italiana, la "Cátedra de la Táctica". Así, es tiempo de análisis, porque viendo el cuadro general pueden entenderse mejor las cosas pasadas y se cuenta con mayores elementos para adivinar lo que será del futuro, si bien, inevitablemente, el mercado es el factor más determinante y de eso aún no se sabe nada, además que rumores.

Este año, más allá de nuestra típica sección para los números, analizaremos los cinco mejores y los cinco peores equipos del año, hablaremos de la revelación del torneo, y en fin le dedicaremos algunas palabras a los restantes nueve cuadros.

LOS CINCO PEORES
Inter: Inter protagonizó su peor temporada en catorce años, quedándose afuera de todas las competiciones europeas por haber terminado nada menos que en novena posición, con apenas 54 puntos (¡dos menos que Catania!).

Tal resultado, unido a la salida en octavos en Europa League y a la eliminación en semifinal de Coppa Italia por mano de Roma, no podía que costarle el banco a Stramaccioni, a pesar de todas las confirmas que llegaron por parte del presidente Moratti a lo largo del año.

El joven técnico romano tuvo mucha mala suerte, pero al mismo tiempo cometió también muchos errores, en particular el de permitir que el cuadro se relajara, perdiendo las riendas del plantel, tras el triunfo de visita a Juventus en la ida disputada en noviembre. El cuadro, en efecto, tras ese importante resultado se fue a pique, recuperando sólo por momentos pero sin nuca encontrar constancia.

En nuestra opinión Stramaccioni es un entrenador hábil, que con menos presiones y más tiempo para trabajar y aprender ciertos mecanismos, podría volverse uno de los mejores. Sin embargo, el de Inter no es el banco justo par "hacerse los huesos", especialmente tras una campaña como esta, porque ahora los hinchas exigen (justamente) un rescate inmediato.

Así el club nerazzurro optó por Mazzarri, quizás el mejor entrenador junto a Conte en el panorama del Calcio, si bien recordamos ese pequeño límite de mentalidad del que hablábamos antes, que frenó a Nápoli a la hora de dar la vuelta de rosca. Sin embargo, en ese contexto es probable que dirigir a uno de los Grandes del Calcio lo haga crecer y lo mejore al técnico, porque entrenar en un club como este significa salir a ganar siempre.

La decisión nos parece acertada, pero el trabajo para el entrenador toscano no será fácil y hará falta tiempo, en nuestra opinión, para empezar a cosechar frutos. El hecho es que el cuadro viene de una temporada en el que muchos jugadores se lesionaron (algunos de manera grave), en el que se cambió muchas veces de esquema (creando una gran confusión) y en el que resulta casi imposible entender el real valor de muchos jugadores, lo que sería necesario para programar el mercado.

Por ejemplo, Pereira parecía un excelente adquisición pero tuvo una temporada negativa, pero con un año tan malo para todo el equipo es imposible entender si el uruguayo no logró adaptarse al campeonato italiano o si, simplemente, sufrió debido a las pésimas condiciones de todo el conjunto.

En ese marco, la sociedad hizo muy bien en tomar enseguida una decisión, para que su nuevo entrenador tenga tiempo para trabajar y estudiar la situación. En ese mismo sentido deberán trabajar para el mercado, intentando traer los jugadores que Mazzarri necesita lo antes posible, porque de los nombres que llegarán y del trabajo del técnico dependerá toda la temporada de Inter que, como ya quedó dicho, no puede absolutamente fallar más.

Roma: El segundo peor equipo de la temporada, en el Calcio, fue Roma: la Loba se jugó la primera plaza de esta poco envidiable clasificación con Inter, porque si bien no tuvo una campaña tan negra como la de los nerazzurri, la terminó de manera horrible y, en fin de cuentas, perdió más, considerando que se dejó superar por Lazio en la final de la Coppa Italia.

Una derrota dura, porque le costó la posibilidad de levantar un trofeo, de jugar en Europa League la próxima campaña y de pasar a la historia como primer equipo en obtener la Estrella de Plata, la que significa haber vencido diez ediciones de la copa nacional; por encima, todo eso saliendo derrotado en un clásico: en suma, la peor de las caídas.

En ese desafío los giallorossi tenían la posibilidad de rescatar otra campaña llena de desilusiones, problemas y contradicciones. La cosa que menos convenció fue la decisión de la sociedad de echarlo a Zeman, movida dictada de manera evidente por el humor del plantel.

El hecho es que el año anterior, a pesar de los resultados pésimos obtenidos por Luis Enrique, la dirigencia capitalina no quiso despedir al director técnico, que al final del campeonato optó por dimitirse. En esta campaña, Zeman no estaba obteniendo resultados peores que los de su colega y, cuanto menos, a menudo el cuadro jugó un gran fútbol, dando la impresión de poder pelearse las posiciones más altas de la clasificación.

Sin embargo, apenas las cosas se pusieron mal la sociedad decidió defender al plantel en cambio que al técnico y terminó por sacarle el mando, a pesar de que todo el "proyecto" se basaba en la filosofía del Bohemio. Una contradicción bastante grande que, en definitiva, fue un mensaje claro a los jugadores de que el poder lo tienen ellos. Algo parecido a lo que pasó en la pasada campaña en Florencia, club que terminó por cambiar prácticamente el entero plantel por ese motivo.

La llegada de Andreazzoli mejoró un poco el promedio de puntos del cuadro, que encontró sin dudas mayor solidez, pero al mismo tiempo perdió totalmente su capacidad de crear juego y terminó por transformarse enseguida en un equipo defensivo y amarrete, con una increíble carencia de ideas y fantasía. Seguramente, no era esa la dirección que Roma quería tomar, sino nunca hubiesen elegido a Zeman para empezar la temporada.

Lo peor es que la sociedad luce totalmente aturdida y desorientada y no sabe que hacer para mejorar. Al revés, se siguen cometiendo los mismos, graves errores de los pasados años, como el de la comunicación, totalmente equivocada y viciada por esas costumbres que hacen que la mentalidad del club de la capital sea de un equipo chico, más que de uno grande.

El hecho de que ningún jugador haya tenido el coraje de poner la cara tras la derrota en el clásico de Coppa Italia habla por sí mismo de las carencias a nivel de carácter y a nivel organizativo.

Veremos que pasará durante el verano, pero la impresión es que mucho deberá cambiar en la infraestructura de la sociedad, no sólo en el plantel y en la directiva técnica, para que Roma pueda crecer y dejar de sur un equipo "medio", comportándose finalmente como hacen los grandes.

Palermo: El club siciliano parecía estar en el buen camino para poder protagonizar una temporada tranquila, con la llegada de Sannino, un gran entrenador, y algunas movidas de mercado muy interesantes. Sin embargo, el técnico duró apenas tres fechas antes de que Zamparini lo despidiera.

Ojo, en ese momento echarlo al entrenador parecía la cosa más lógica, porque el cuadro no sólo perdía, sino que no jugaba a nada, mostrando un pésimo estado físico y una actitud desatenta y desganada.

Sannino, a quien el Señor bendijo con el don de la honestad, tras su regreso en las últimas fechas del campeonato declaró que la diferencia entre el excelente rendimiento de los rosanegros en ese período, respecto al inicio del campeonato, se debía al hecho de que estando tan cerca de la retrocesión el plantel se convenció a seguir su filosofía, encentrada toda en la importancia del trabajo y del sacrificio.

En suma: el entrenador pretendía sudor y sangre, mientras que el plantel quería fatigar menos y divertirse más. Zamparini, en eso, cometió el mismo error de la dirigencia de Roma, es decir descargó toda la responsabilidad sobre el técnico y así terminó por enviarles a los jugadores el mensaje de que ellos tenían razón y que el poder estaba en sus manos.

Pero el Presidente no quería "ser menos" que nadie y así terminó por cumplir con una labor enormemente peor a la del club giallorosso, porque no se conformó con un único cambio de banco, sino que terminó por echarlo al sustituto de Gasperini para llamarlo a Malesani, para luego entregarle nuevamente el mando a Gasperini y, en fin, llamarlo para cerrar el campeonato a Sannino, otra vez.

Por encima, todo eso fue condimentado por una serie de decisiones tremendas en el mercado de invierno, trayendo muchísimos jugadores secundarios, la mayoría de los cuales jugaron poco y mal.

Así, la temporada no pudo que cerrarse con el descenso, pero lo peor fue que la retrocesión llegó sobre el final acompañada por la clara sensación que hubiese alcanzado muy poco para cambiar el destino de una temporada totalmente negativa; quizás hubiera sido suficiente llamarlo a Sannino nuevamente unas tres jornadas antes.

Ahora, la próxima temporada los sicilianos deberán rescatarse buscando un inmediato regreso a la Serie A, algo para lo que deberán "comenzar desde cero", puesto que la mayor parte de sus mejores jugadores ya se están yendo a otros cuadros para poder seguir jugando en Serie A.

Pescara: junto a Juventus, fue el equipo que respeto más fielmente el pronóstico de inicio de año: como esperado, la Vieja Señora llegó primera y el Delfino último.

El conjunto albiceleste nunca se vio preparado de manera adecuada a la máxima categoría del fútbol italiano y si bien al inicio logró sumar unos cuantos puntos, evidentemente subestimado por el resto de los equipos, la ronda de regreso fue tremendamente negativa, con apenas dos puntos, e inevitablemente el conjunto se fue a pique y retrocedió en calidad de colero.

Era realmente impensable contar de salvarse armando un equipo tan inexperto, joven y totalmente nuevo. En ese marco, nos sorprendió la inconsciencia de la directiva del club: habíamos hecho la hipótesis de que la sociedad estaba proyectando un equipo que sumara experiencia en Serie A, para ser otra vez protagonista en Serie B el año que viene, en cambio las decisiones del mercado de invierno y la gestión de muchos jugadores (Como la de Quintero) marcaron un cambio de rumbo neto, inútil tanto para mantener la categoría cuanto para prospectar el futuro.

A todo eso, hay que recordar que el albiceleste fue uno de los peores conjuntos en la historia de la Serie A, superando el récord de derrotas sufridas en un campeonato con 20 equipos, una marca negativa que duraba desde más de medio siglo, perdiendo en total 28 veces, una más respecto al Venezia del 49/50.

No hay mucho más que decir al respecto. Pescara, en suma, desilusionó tanto por su incapacidad de medirse con la Serie A cuanto, sobre todo, a la hora de prepararse para el futuro. Ratificando el hecho de haber sido uno de los peores cuadros que hayan pasado por la Primera División italiana. De todas maneras, no fue el peor en absoluto del campeonato, porque en definitiva su descenso estaba ya escrito y hubieron equipos que respetaron mucho menos las expectativas, como justamente Inter, Roma y Palermo, cuadros que obtuvieron menos de lo debido y de lo esperado.

Genoa: el último cuadro en esta poco envidiable clasificación es Genoa, porque el Grifo sufrió por todo el campeonato y, de no ser por la penalización sufrida por parte de Siena, con toda probabilidad no hubiera logrado ni siquiera salvarse.

En efecto, el Grifo fue uno de los equipos que peor jugó a lo largo de casi toda la temporada o, cuanto menos, así fue tras el despido de De Canio. La decisión de echarlo al técnico que decidió el mercado y trabajó por toda la pretemporada fue totalmente incomprensible, considerando que en ese momento habían apenas pasado 8 jornadas en las que los xeneizes habían cosechado 9 puntos, alternando altos y bajos pero mostrando cosas positivas.

Además, la decisión fue tomada tras la derrota ante Roma por 4 a 2 en un partido en el que falló más el equipo, que el entrenador, considerando que el planteo del técnico había sido perfecto tanto que en veinte minutos su equipo ganaba 2 a 0 y tuvo repetidas ocasiones para meter el tercero que podía cerrar el trámite.

Por encima, la inestabilidad e incoherencia del presidente Preziosi, quien hace de todo para no ser menos que su colega Zamparini, tocó el fondo con lo que pasó más tarde, con la llegada de Delneri.

El yerro no fue tanto la elección, que parecía ser positiva, sino el de no echarlo también al segundo entrenador no obstante la larga serie de resultados negativos. Preziosi, con tal de defender su decisión, tardó trece jornadas en cambiar dirección, a pesar de que el equipo con Delneri en el banco cosechó apenas ocho unidades en esos trece desafíos.

Al final, la tercera fue la vencida, como suele decirse, si bien la elección de Ballardini sirvió para que el equipo encontrara algo de continuidad, si bien Genoa terminó por ser uno de los equipos com menos ideas y de peor fútbol en todo el torneo.

En realidad, en efecto, las movidas acertadas no fueron tanto las del banco cuanto las del mercado de invierno, porque las llegadas de Manfredini y Matúzalem, entre muchos otros, fueron determinantes para que el cuadro aumentara aún más su nivel y así lograra salvarse.

El sufrimiento, la inestabilidad y el pésimo fútbol de esta temporada fueron enormemente inferiores a las reales posibilidades del equipo, motivo por el cual el Grifo se encuentra en esta tabla.Pero el hecho de haberse salvado y, sobre todo, el de haber construido durante el invierno un equipo aún más competitivo del que se disponía al principio de la temporada, salvaron bastante el año y así el conjunto fue el último de los peores.

Con la impresión de que si el presidente encontrará un poco de coherencia y serenidad, el próximo año será mucho más tranquilo y con mayores satisfacciones, para el equipo xeneize.

LO MEJOR I LO PEOR I REVELACIÓN I NUMEROS

^ Al Inicio ^