BUENOS AIRES-- Los micros escolares fueron la postal más repetida en las zonas más cercanas al José Amalfitani al comenzar la jornada. Camisetas de casi todos los clubes de la URBA y de otras regiones del país le dieron color al playón de ingreso a las plateas y populares del estadio de Vélez. CUBA, Regatas de Bella Vista, GEI, San Fernando, Atlético y Progreso, Newman, Pueyrredón, Remo (Azul), Los Pinos, y Los Matreros fueron algunos de los ejemplos del público mayoritariamente infantil que, dentro del estadio, se ubicaron en las cabeceras y plateas altas.
Uno de los mayores entusiasmos lo tuvieron los grupos que llegaron desde lejos. Lugares como Concepción del Uruguay y Azul aportaron lo suyo: los entrerrianos, del club Universitario, llegaron en dos micros con 50 chicos a bordo. "Ver a Los Pumas es una fiesta siempre, sea cual sea el resultado. Por eso no dudamos en armar esta movida y trasladarnos para acá.", dijo uno de los entrenadores, que coordinaba el grupo.
Si bien a falta de una hora para el inicio la llegada fue pausada, a partir de las 15 el tránsito sobre Juan B. Justo se incrementó y el ritmo fue creciendo, hasta volverse constante. Por eso, cuando a las 15.35 todo el plantel Puma y de La Rosa salieron a la cancha a hacer movimientos de precalentamiento grupales (antes habían trabajado con pelota de manera individual), la ovación para los de Phelan se hizo sentir con aplausos, gritos de aliento y cánticos de los que ya estaban dentro. Y hacia los jugadores ingleses hubo respeto: no se escucharon silbatinas.
La tarde soleada también jugó, porque los equipos hicieron los trabajos previos hasta 15 minutos antes del arranque. Cuando volvieron a la zona de vestuarios para la estocada final, la ovación se redobló. Ya las populares estaban cubiertas, al igual que las plateas.
Con ese marco los equipos saltaron a la cancha, momento en el que se entonaron las estrofas de los himnos de ambos países. Sobre la platea Sur se desplegaron cientos de cartulineas celestes y blancas, que enmarcaron una de las instantáneas que se recordará de la tarde.
Es que Los Pumas arrancaron con gran intensidad y batalla, pero con el correr de los minutos la pelota la tuvo cada vez más Inglaterra y la multitud lo sintió. Sólo el try de Montero en el arranque del segundo tiempo animó al público, pero el rápido try de Rob Webber apagó la ilusión.
Para el final, y pese al gran dominio inglés, la gente despidió con aplausos la salida en camilla de Manuel Montero, luego de que el wing de Pucará cayera mal y se lesionara su rodilla izquierda, cuando el final ya estaba escrito de antemano y mientras que algunos se levantaban de sus butacas.