Omar Fares 11y

Asad, pide confianza a la afición

GUADALAJARA -- Como jugador, Omar Andrés Asad parecía tener un destino esplendoroso. Lo tuvo, sin embargo las lesiones le impidieron alcanzar metas que lo hubieran colocado en un punto más arriba de lo que logró.

La historia del futbol argentino y sobre todo de Vélez Sarsfield lo tiene registrado como un héroe de 1994.

Aquel año, el atacante de origen libanés había tenido su tarde de gloria primero en el estadio Morumbi ante el Sao Paulo al anotar el gol del triunfo en la final de la Copa Libertadores. Pero la emoción no terminaría ahí. Seguía una parte sublime reservada para él y su club. Omar se convertiría en el artífice de la victoria sobre el Milán de Italia en la Copa Intercontinental (hoy Mundial de Clubes). Un gol de antología que no lo olvidará él ni la gente de Vélez. Era el equipo del Virrey Carlos Bianchi. En ese entonces, Asad contaba con 23 años, toda una vida por delante. Aquel delantero soñaba con triunfar también con la Selección de Argentina, participar en un Mundial, ser figura, emigrar a Europa. El infortunio de las lesiones le obstruyeron su ascenso y debió decir adiós con tan sólo 29 años de edad.

El camino que le quedaba para seguir ligado al futbol era la carrera de técnico. Y fue a paso lento hasta que en 2009 recibió su oportunidad con el moribundo Godoy Cruz al que salvó de un descenso anunciado para trasladarlo a la Copa Libertadores y dejarlo a las puertas de un título de Liga. El éxito seguiría con el Emelec de Ecuador uno de los más populares junto con el Barcelona de Guayaquil. Pero entre 2011 y 2012 los resultados ya no fueron tan efectivos, ni con San Lorenzo de Almagro, ni en su segunda parte con Godoy.

El año pasado estuvo cerca de firmar con Estudiantes Tecos, pero una diferencia entre dirigentes evitó su debut en el futbol mexicano.

Cuando nadie lo esperaba, Asad fue el elegido para sustituir a Tomás Boy en el banquillo del Atlas.

Para el Turco las circunstancias en las que arriba a los rojinegros no le son desconocidas. Un club con problemas económicos, todavía con ciertos problemas de porcentaje que le pueden complicar su permanencia en Primera División, y además una herencia pesada que dejó su antecesor el Jefe Boy tras una campaña en la que dejó en tercer lugar a los Zorros.

De todos los técnicos entrevistados por la directiva del Atlas, Omar Asad fue quien aceptó las condiciones para dirigirlo y en charla con ESPN.com habla de su nuevo desafío.

"La iniciativa y el proyecto futbolístico que tienen con la institución, el equipo y la relación con las fuerzas básicas, eso es lo mío, el trabajar en conjunto. Lógicamente la prioridad es el primer equipo que también abarca a los juveniles. Yo estaba en una lista de nombres que llenaba la expectativa que tenían ellos. Me gusta, ya había venido en esa época cuando estaba por cerrar en el otro club (Estudiantes), vine acá de visita, me trajo un amigo y me quedé impactado porque es muy similar a Vélez Sarsfield, tienen las mismas instalaciones a nivel social, en lo futbolístico se manejan igual, eso me convenció de entrada. Un año y seis meses después termino desembarcando en este club y me quedó esa buena imagen", cuenta Omar luego de un intenso entrenamiento en el inicio de la pretemporada con los rojinegros.

Como todo técnico y jugador que recién llega al Atlas ya está enterado de la problemática de un club integrado por más de 120 socios y que se mantiene como el único que es una Asociación Civil en el futbol mexicano.

"Sé que hay problemas económicos, que hay un cambio en los directivos, pero hay confianza, pero en ese cambio puede venir mucho respaldo y sanear las finanzas para resolver inconvenientes que tiene el club. Pero estamos en eso, en solucionar eso y a darle con todo".

¿Estás listo para convencer a los jugadores de tratar de no distraerse en este tema?

LA SOMBRA DEL 'JEFE' BOY
Durante años, la afición del Atlas vivió venerando la imagen de Ricardo La Volpe, el técnico que de 1997 a 2001 ofreció partidos cargados de emociones y buen futbol pero sin ningún campeonato que avalara aquella manifestación en la cancha.

Tomás Boy, en su segunda etapa con los rojinegros, y en un solo torneo logró conquistar el corazón de una afición golpeada por 62 años sin un título de Liga y con tres descensos en su historia.

Asad está consciente de que el recuerdo de Boy estará muy fresco en la memoria de la gente.

"Seguro, y es la ley del futbol. Yo también en Argentina agarré un equipo casi descendido y lo puse en Copa Libertadores, peleó el campeonato hasta faltando dos fechas, y al técnico que venía atrás de mí siempre lo iban a estar comparando conmigo, es normal. Lo que sí no hay que errarle es en el trabajo porque el club tiene todas las comodidades y prestaciones para que el jugador se desarrolle. Después, con el transcurrir del tiempo y el torneo se verá si podemos seguir peleando arriba, y de esa manera vamos ir creciendo. Si no trabajas es difícil, y a mí me encanta, es una de las causas por las cuales acepté, hay que estar casi todo el día en el club, no vamos a estar en nuestras viviendas porque nuestras familias están alejadas. No tenemos horario de cerrado o abierto así que nos brindamos para el jugador, el club, y es la manera más fácil de no equivocarse, estar cerca de todo".

¿Entiendes el escepticismo de la afición del Atlas?

"Es normal, yo tenía un año dirigiendo y fui a uno de los dos grandes de Ecuador como Emelec, el otro es Barcelona (de Guayaquil) y lo dejé primero. Sé a qué me expongo con la afición, pero le pido que me conozcan por mi trabajo en cancha, después hay muchos matices que te da el partido como un penal en contra, el arbitraje, si el rival te deja, una expulsión. Me gustaría que vean mi idea y vamos a plantear los partidos para darle alegría a la gente."

Otro de los retos de Asad es rescatar un proyecto que en otros tiempos caracterizó al Atlas: la producción de sus propios jugadores. Primero fue la generación de Oswaldo Sánchez, Jared Borgetti, Héctor López, Rodolfo Navarro, Esteve Padilla, Jorge Castañeda, Damián Álvarez. Luego la de Erubey Cabuto, Rafael Márquez Álvarez, Omar Briseño, Gerardo Torres, Juan Pablo Rodríguez, Miguel Zepeda, Daniel Osorno, César Andrade. Posteriormente no hubo camadas, sólo brotes individuales como Andrés Guardado, Hugo Ayala, Jorge Torres Nilo, Edgar Pacheco y Hugo Isaac Rodríguez.

La base del actual equipo se compone por jugadores foráneos como Miguel Pinto, Facundo Erpen, Leandro Cufré, Amaury Ponce, Óscar Razo, Rodrigo Millar, José Luis Chávez, Omar Bravo y Matías Vuoso. Los canteranos son suplentes como Edson Rivera, Guillermo Martín, Juan Pablo Vigón, y Alberto Pinter.

"Puede ser que se hayan visto mejor en un momento dado, pero no creo que se hayan descuidado. Son momentos, yo trabajé ocho años en fuerzas básicas y no siempre salen jugadores. Ahorita hay una camada importante en Primera, de esa hay que hablar no tanto de los chicos. De la camada 91 hay ocho jugadores del Atlas y eso es lo importante, que son muy jóvenes, salieron y están en Primera. Habrá un jugador que sale de cada camada, hay que esperar a los juveniles, pero son muy jóvenes y hay cantera.

"A los jóvenes hay que llevarlos de a poco, no hay que tirarlos a la arena y estirarlos, hay momentos, hay que manejar eso y es mi función decidir cuál es la mejor opción".

Uno de los jugadores baluarte del torneo pasado partirá en diciembre. Omar Bravo regresará a su club de origen, Chivas, el odiado rival deportivo del Atlas. Asad señala que aprovechará al máximo el tiempo que esté con ellos.

"Para mí es mucho tiempo, mi trabajo con él en relación al grupo ya lleva seis meses y eso me hace más fácil las cosas. Sé que hay mucha comunión entre todos, y el hecho puntual de que Chivas se lo lleve lo fortaleció para llegar de la mejor manera al inicio del torneo. He platicado con él, lo encuentro muy entero y vamos a buscarle el mejor posicionamiento y que le dé frutos al Atlas".

LOS MAESTROS, BIANCHI Y BIELSA
Asad puede presumir de haber tenido dos maestros de lujo en su faceta como jugador. Carlos Bianchi y Marcelo Bielsa. Dos referentes del futbol argentino. Ambos lo dirigieron en Vélez Sarsfield, y lo dejaron marcado por siempre.

"Es como fui como jugador. Fueron muchas pautas de trabajo, muchos logros, palabras adecuadas en momentos justos hacia el jugador, vocación táctica-ofensiva, tenían una mentalidad ganadora en todas las canchas como visitantes en estadios muy complicados. Es difícil lograr eso, es trabajando día a día y una vez que lo consigues ya tienes mucho del éxito asegurado porque tienes un plantel ganador y eso te acerca mucho al jugador. De los dos grabé eso y es lo que trato de ponerle al jugador".

¿Bianchi fue el que más te influyó?

"Porque estuve más tiempo, ganamos siete títulos con él, y con Marcelo sólo fue uno porque después se tuvo que ir (al Español de Barcelona). Tuve dos entrenadores exitosos, muy valiosos, ricos para sacarles cosas. Carlos fue quien me dio la titularidad en el equipo, Bielsa me confirmó a pesar de la lesión, fueron un montón de cosas positivas".

Asad se instala en su momento más sublime. El triunfo sobre el poderoso Milán de Italia dirigido por Fabio Capello, con jugadores de la talla de Franco Baresi, Costacurta, Paolo Maldini, Roberto Donadoni y Daniele Masaro, entre otros.

Pero ni con todos esos nombres, Asad y Vélez se intimidaron y lograron la hazaña de doblegar al catenaccio.

"Fue en la final de la Intercontinental, una picardía mía, fue el momento sublime mío, del equipo, del entrenador y de cada uno de mis compañeros porque ninguno había jugado en una situación parecida. También fue el gran momento del club que pasó de ser un club humilde con pretensiones de seguir creciendo a estar en lo máximo por lo menos en un año al ser campeón de América y del mundo. Creo que fue el mejor año de mi carrera, lo disfruté mucho porque ese año quedó muy marcado para mí".

¿Fue como tocar el cielo?

"Y sí porque me eligieron el mejor jugador del partido, salí como el más valioso, gané la copa, hice el segundo gol que fue hermoso, cerré un año brillante, yo estaba muy bien físicamente, al otro año me tocó selección nacional, es lo máximo que puede pedir un jugador de futbol; ser campeón del mundo es lo mejor, te consagras, como jugador te sientes realizado, como ser humano estás pleno y lo disfruté".

¿Qué representa Vélez Sarfield en lo personal?

"Vélez es mi casa, quiero mucho a toda la gente, cada vez que voy me recibe muy bien, hay una pantalla gigante en el estadio que recuerdan mi época y sale mi nombre, me ovacionan. Ahí juega mi hijo, ya lo hizo en Primera, así que es mi segunda casa, tengo un cariño enorme de por vida. Esto viene de herencia por mi primo, y estoy agradecido con Vélez por la oportunidad que me dio de jugar ahí, le brindé todo, la salud, la rodilla no me dejó jugar más, pero soy Omar Asad gracias a Vélez Sarsfield, y le di todo a Vélez. Vélez está ahí arriba por un conjunto de jugadores, pero indudablemente también por mí que di hasta la salud."

¿Qué te faltó como jugador?

"Dar un paso importante a nivel de Europa que ya estaba, casi a punto de venderme el club y justo vino la lesión. Jugué en la Selección, hice goles lindos, feos, gané copas, torneos locales, internacionales, a nivel de jugador me faltó una transferencia a Europa para ver de qué se trataba. Pero no me quejo porque disfruté todo lo que me dio, como persona me desarrollé bien, tengo familia, tengo hijos y me siento realizado".

¿Qué te falta como técnico?

"Soy un técnico joven, en Primera División llevo casi tres años, este sería el cuarto. Me han pasado muchas cosas vertiginosas, en Godoy Cruz que era un equipo casi descendido lo llevé a Copa Libertadores, y quedó tercero en el torneo, el mejor equipo de 2010, fui a un grande de Ecuador y lo dejé en primer lugar, fui al tercer grande de Argentina como San Lorenzo, o sea son cosas muy vertiginosas que en tres años para un técnico tan joven es mucho, que otros van paso a paso en una Liga de Ascenso, las pruebas las hice en fuerzas básicas y salté a la Primera y me fui para arriba. Me van a encontrar con mucha fuerza, energía, y trataré de que mis jugadores entren igual".

Omar Andrés Asad ha reiniciado su actividad como técnico luego de un arranque en 2009 en el que asombró al resucitar al modesto Godoy Cruz. Hoy quiere hacer algo parecido con Atlas. La cita para el comienzo es el 19 de julio en el estadio Caliente ante Xolos de Tijuana. Ahí terminará la teoría y comenzará la realidad.

^ Al Inicio ^